Además de una mejora sustancial en el diseño del nuevo iMac, Apple ha introducido algunas pequeñas mejoras en forma de hardware que suenan, a priori, bastante interesantes. La que más se ha comentado en la Keynote ha sido Fusion Drive, una forma simple de aprovechar lo mejor de dos mundos: los discos SSD y los tradicionales discos duros de platos. ¿Cómo funciona?
La idea es similar a la que Seagate lleva desarrollando en algunos modelos de disco duro desde hace un tiempo con su serie Momentus. La idea es simple, contar con un mini unidad SSD para mejorar la transferencia de datos al HDD tradicional.
Apple ha cogido esta idea y la ha desarrollado un poco más. El primer cambio es que al contrario que la unidad de Seagate, aquí hablamos de dos dispositivos independientes que mediante software son combinados para crear una unidad, es decir, el mismo mecanismo que se utiliza en un RAID 0.
Las diferencias radican en los detalles: lo primero es que Apple introduce una unidad SSD de 128GB, muy superior en capacidad a la de otras soluciones, lo segundo es que el software es algo más inteligente que un simple RAID 0 por lo que el sistema es capaz de aprender de nuestro uso.
Dicho “aprendizaje” se basa en cuales archivos usamos más. De forma predefinida por Apple, el SSD almacenará el sistema operativo y todos los programas de la compañía (iLife, Utilidades…), todos nuestros archivos y aplicaciones irán de forma directa al disco duro tradicional.
Hasta aquí nada nuevo, la pequeña mejora de este sistema es que el software es capaz de detectar cuales son los archivos y programas que más usamos para moverlos de forma inteligente de la unidad HDD al SSD y viceversa de forma automática y sin ningún tipo de control por nuestra parte.
Una opción interesante y que según Apple equipará en rendimiento a un SSD tradicional pero sin poner en juego la capacidad de almacenamiento.
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