La privacidad es una de las principales bazas de los productos y servicios de Apple en los últimos años. Esto se aplica tanto a la recopilación de datos que puede hacer por ejemplo un iPhone como a qué datos se entregan por ejemplo a las páginas web mediante Safari. El navegador de Apple es precisamente una de las pesadillas de los anunciantes últimamente, ya que se ha vuelto tan privado que apenas dan beneficios los usuarios de Apple a los anunciantes.
El negocio de la publicidad en Internet se basa en la idea de que el anunciante recopila información sobre el usuario para mostrarle posteriormente anuncios más acordes a sus preferencias. Cuanto más acorde es el anuncio más efectivo se convierte y por lo tanto más rentable para los anunciantes. ¿Qué ocurre? Que ya no es tan fácil recabar información sobre los usuarios que utilizan Safari. Y esto no es algo nuevo, las compañías llevan tiempo perdiendo millones.
Un 60% menos rentables que hace dos años
Según recoge The Information, los esfuerzo de Apple por combatir a los rastreadores en Safari están surgiendo efecto. Los anunciantes cada vez lo tienen más complicado para recopilar información desde el navegador de Apple. Como consecuencia, ya no se pagan tan bien como antes los anuncios colocados en webs que se visualizan desde Safari. Tanto que los anunciantes han perdido una rentabilidad del 60% con los usuarios de Safari respecto a hace dos años.
Esta cifra es anecdótica, no está del todo claro en qué empresas de anuncios se basa ni cuáles son las cuotas exactas. Sin embargo, no deja de ser curioso cómo repercute las pequeñas mejoras constantes que Apple ha implementado en Safari a lo largo de los años. Es uno de los navegadores que menos permite a terceros rastrear al usuarios, impidiendo la utilización de cookies, mezclando los datos para anonimizarlos y bloqueando el rastreo entre diferentes webs. Entre otras cosas.
El negocio de la publicidad en Internet es un acuerdo mutuo entre usuarios y empresas. Generalmente el usuario recibe contenido gratuito a cambio de que las empresas de anuncios muestren publicidad relacionada con el usuario en las webs que visita. Es un acuerdo mutuo que funciona y trata de contentar a ambas partes. Sin embargo, a menudo las prácticas por parte de los anunciantes se han vuelto abusivas, es ahí cuando el usuario acaba molesto.
Vía | The Information
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