Tanto Safari como el resto de navegadores ofrecen un modo de navegación privada, con diferentes nombres. Un modo que, ciertamente, ofrece una mayor privacidad, pero quizá no exactamente como pensamos. Un modo realmente útil cuando navegamos desde dispositivos que no son nuestros, pero poco más.
Cuando hablamos de privacidad en la red debemos tener en cuenta dos factores, los dos involucrados en la navegación en sí. Por una parte tenemos que hablar de la privacidad que nos proporciona el navegador en sí, por la otra, de la privacidad que nos garantiza el sitio web al que estamos visitando.
Mayor privacidad sí, pero sobre todo en local
La navegación privada se centra, sobre todo, en ofrecernos privacidad para con el navegador. Antes de entrar en más detalles, pero, aclaremos qué representa utilizar esta navegación privada. Lo principal es que no se guarda ningún historial ni dato de la navegación que realicemos. Esto incluye las cookies, que se eliminan nada más cerrar la pestaña y que, además, no se comparten entre las diferentes pestañas de navegación.
Lo que no hace, y eso es muy importante que lo tengamos claro, es evitar que los sitios web puedan rastrearnos, localizarnos por la dirección IP, guardar un historial de qué estamos visitando, etc. Sí es verdad que el hecho de que las cookies no estén presentes entre diferentes pestañas evita en algo el rastreo, pero todas las medidas se centran en la protección local.
Así, si estamos ante un dispositivo que no es nuestro y necesitamos consultar un momento el correo en iCloud, lo mejor es que usemos la navegación privada. ¿Por qué? Porque en el momento en que cerremos la pestaña estaremos seguros de que ni hemos dejado historial ni la sesión abierta. Además el mismo navegador seguramente ni nos preguntará si queremos guardar nuestra contraseña, pues al tratarse de una pestaña privada se sobre entiende que no será así.
Entonces ¿tiene sentido utilizar la navegación privada? ¿Es realmente privada? ¿De qué nos protege? Como acabamos de ver tiene sentido en tanto en cuanto no dejamos rastro en el navegador, pero poco más. Para los sitios que visitamos la interacción es la misma y nuestra privacidad es exactamente la misma. Al final, y como resumen, donde más destaca la navegación privada es en el tema de las cookies. Iniciamos sesión en determinado sitio y sabemos que, tras cerrar la pestaña, ese sitio debería perder de vista quienes somos. Algo, todo sea dicho, que podemos conseguir vaciando el historial de navegación periódicamente.
La privacidad en internet (y la privacidad en las apps) obedece a muchos factores. Algunos, usamos un VPN para conseguir más, por ejemplo. El modo privado, independientemente del nombre que le demos, aporta un poquito de privacidad, pero, eso sí, no pensemos que ya somos irrastreables con él. Es una pieza más de un puzzle bastante grande llamado privacidad.
En Applesfera | Cómo vivir sin Google: 14 apps y servicios para escapar de sus garras