Te llaman, te llega un mensaje o escaneas un simple QR desde el iPhone y en pocos pasos y segundos puedes perder cientos de euros. Es el objetivo de los estafadores, que diseñan timos que, aunque conocidos en muchos casos, pueden llegar a ser suficientes para engañar a miles de personas.
Hemos recopilado las cinco grandes estafas que están en auge en estos meses y que en algunos casos tienen incluso relación con Apple, por lo que tienden a ser más peligrosos para usuarios con un iPhone. De este modo podrás no sólo estar al tanto tú, sino también informar a los más vulnerables que tengas a tu alrededor.
La falsa multa pendiente de la DGT
Contaba hace poco cómo este verano estuve a punto de picar en una estafa que iba precisamente de esto. Es básicamente un mensaje que supuestamente viene de la DGT y te informa de una multa pendiente. Por supuesto, no falta el enlace adjunto para entrar en "la web de la DGT" y realizar el pago para así ahorrarnos un dinero. Por supuesto, las comillas no son casuales.
Sobra decir que lo que enlazan los estafadores no es una web de la DGT. Usan una técnica que sí tiene la Guardia Civil con multas que se descuentan por pronto pago, pero nunca informan de ello por SMS y ni mucho menos adjuntan enlaces. Y por eso es importante eliminar estos mensajes e ignorarlos por completo. Si tienes dudas sobre posibles multas, la web real de la DGT podrá informarte de ello.
La supuesta falta de espacio en iCloud
Que Apple apenas entregue 5 GB de espacio en iCloud es motivo de peso para que muchos apostemos por pasar a una tarifa de iCloud+ que van desde los 0,99 euros al mes por 50 GB hasta 12 TB por 59,99 euros mensuales. Esta habitual falta de espacio invita a que algunos estafadores envien correos electrónicos haciéndose pasar por Apple e informando de que no tenemos casi espacio.
Esta conocida estafa puede estar más o menos elaborada. Hay veces que de verdad puede dar el pego de que se trata de Apple, aunque ya te advertimos de que Apple nunca envía comunicaciones de este tipo por email (sí en los ajustes del iPhone). Lo que todas tienen en común es que venden miedo a perder fotos y otros archivos con la excusa de facilitar un enlace con el que comprar más espacio en iCloud. Por supuesto, es una web falsa y no debemos entrar en ella.
La urgencia del banco por cambiar nuestros datos
Ya sea a través de un SMS o de una llamada, hay una estafa típica donde las haya y es esa en la que nuestra entidad bancaria (spoiler: en realidad no son ellos) nos alerta de algún problema con nuestra cuenta. Un pago no autorizado, ausencia de algún dato importante…
Son muchas las excusas que pueden usar, pero siempre bajo el pretexto de que les facilitemos datos clave, ya sean los credenciales de acceso a la cuenta bancaria o los dígitos de nuestra tarjeta. En estos casos hay que ignorarlo siempre y en caso de duda real, contactar con el banco a través de sus canales de confianza. Por desgracia, hemos conocido víctimas cercanas.
La estafa del abono de transportes de Madrid
Esta es probablemente la estafa más peligrosa por lo complicada que es de detectar. En la mayoría de casos observamos ciertas tendencias a pedirnos ciertos datos o usar excusas ya muy extendidas como es la necesidad de verificar nuestra información o realizar pagos. En esta se disimula mejor.
Como ya advertimos hace unos meses, en algunas redes sociales están empezando a aparecer publicaciones de Metro de Madrid u otra entidad de transportes anunciando la posibilidad de renovar el bono de transporte online. Y no prometen descuentos, ni nada raro. Por tanto, todo invita a pensar que es real, pero el propio Metro de Madrid reportó que era falso y se sabe que lo que persiguen los estafadores es tu dinero, renovando presuntamente el abono en una web fraudulenta y quedándose con tu dinero.
El peligroso QR que está en la calle
Acabamos con una estafa que también parece inofensiva. Y efectivamente, sólo es una apariencia. Hace tiempo que está en auge las técnicas de QRishing, que no son más que estafas relacionadas con el escaneo de un código QR. Y es peligroso porque en algunos casos pueden parecer códigos aparentemente normales.
Para verlo de forma más clara, un ejemplo. Hace unos meses aparecieron unos misteriosos QR en la red de bicicletas municipales de Madrid. Fueron pegados por estafadores con el fin de confundir a las víctimas y que estas pensasen que escaneándolos accedían a la plataforma de pago para el alquiler de estos vehículos. Y nada más lejos de la realidad, ya que eran pasarelas fraudulentas y que dejan como conclusión la extrema precaución de no escanear códigos de dudosa procedencia y menos si están en la calle.
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