Tenemos una imagen bastante definida de cómo puede ser el iPhone que veremos en otoño gracias a los conceptos que hemos ido viendo por las redes y de las filtraciones de características, pero cuidado: su proceso de fabricación es una batalla interna para Apple que nunca vemos y que suele dar problemas.
MacRumors ha estado hablando con Timothy Arcuri, un analista de la firma Cowen and Company que afirma que Apple está teniendo dificultades a la hora de crear un sensor Touch ID que funcione bien bajo un panel OLED de 5,8 pulgadas. La compañía lo está probando todo para resolver el problema, e incluso ha tenido en cuenta varios escenarios alternativos en caso de no encontrar una solución.
Posibilidades de un lanzamiento más tarde de lo normal
Estos escenarios alternativos serían eliminar el sensor Touch ID y depender solamente de los sensores de iris y el reconocimiento facial que se rumorea, colocar el sensor en la parte trasera del iPhone (y procurando que no sea en un sitio incómodo para el usuario) o bien retrasar la producción del iPhone de 5,8 pulgadas. Esta última opción no retrasaría el lanzamiento de otros modelos de 4,7 y 5,5 pulgadas, pero sí el lanzamiento de ese modelo de 5,8 pulgadas "especial".
Todo depende de si los sensores Touch ID que ahora mismo están fabricando en AuthenTec dan la talla. De no hacerlo nos veríamos con un "iPhone Edition" presentado en septiembre, pero que se lanzaría mucho más adelante porque se habría retrasado su producción a gran escala. Y por supuesto, su disponibilidad sería limitadísima desde buen principio.
De momento es algo que hay que tener en cuenta como factor para que Apple tome decisiones de ahora en adelante, pero hago una llamada al optimismo: siempre ha habido rumores sobre problemas en la fabricación de un iPhone alrededor de estas fechas cada año y finalmente las fechas de lanzamiento no se han retrasado.
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