En los últimos meses ha surgido un tema recurrente entre los usuarios más hardcore del Mac: que Apple tiene a la plataforma abandonada. Uno de los más conocidos es el programador y podcaster Marco Arment, una persona con bastante peso entre la comunidad Mac. Sus últimos dos artículos tienen en el punto de mira al MacBook Pro lanzado a finales de 2016, un equipo que según él tiene varios fallos importantes.
Un Mac insuficiente
Los últimos dos años del segmento Mac han sido extraños. Acostumbrados a actualizaciones de componentes y renovaciones cada cuatro años, este último periodo estuvo caracterizado por su casi total ausencia. El MacBook Pro acabó renovándose con un nuevo diseño el año pasado. El iMac no actualizó sus componentes hasta este junio, dos años después de su última puesta a punto. Como nota discordante, el MacBook imposible ha sido el único que ha mantenido su calendario de actualizaciones anuales.
A principios de este año, Apple reconoció que el Mac Pro había quedado arrinconado por un fallo en el diseño estrenado en 2013 que le impedía actualizar sus componentes. La compañía prometió tener listo un nuevo equipo para el año que viene, al que se le anticiparía un iMac Pro a finales de este 2017. Por si esto fuera poco, incluso Tim Cook ha llegado a confirmar que un Mac mini volverá a formar parte de los planes de la compañía.
En poco más de medio año, hemos pasado de ver tan sólo un modelo de Mac renovado a tener todos los modelos actualizados o contar con noticias sobre la llegada de nuevos modelos y renovaciones. Me cuesta pensar en otros ejemplos en los que Apple haya avisado de la llegada de un producto con tanta anticipación como en el caso del Mac Pro. Una muestra de hasta qué punto estamos viviendo una anomalía en el Mac.
Para personas como Arment, no es suficiente. Es más, en su opinión el MacBook Pro necesita cambiar de rumbo de forma urgente:
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El teclado con mecanismo de mariposa es un fallo de diseño que debe ser abandonado.
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Hace falta un hub USB-C oficial de Apple.
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Más puertos: HDMI, USB-A y un lector de tarjetas SD.
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Abandonar la Touch Bar.
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Un cargador mejor.
Estas quejas no son nuevas, las hemos escuchado con anterioridad por parte del propio Arment y otros usuarios hardcore del Mac. Para ellos, el mejor MacBook Pro es el modelo de 2012-2015, con puertos de sobra, pantalla retina y un teclado de tijera. Además del cargador MagSafe 2.
Todos estos argumentos reman en la dirección de una narrativa que lleva tiempo dando vueltas: a Apple no le importa el Mac, sólo le interesa vender más iPhone y más caros. Aunque puede haber algo de verdad en ello, se está obviando una parte significativa de la conversación. Porque si el Mac no cambia, morirá.
Si el Mac no cambia, morirá
Hace unos meses, Netflix lanzó la serie Star Trek Discovery. Nunca me ha entusiasmado esta saga, pero le di una oportunidad y me gustó. Poco después me enteré de que los seguidores más acérrimos de la franquicia la veían como una auténtica aberración. No hay más que darse una vuelta por Espinof para leer comentarios como este sobre la identidad de Star Trek y esta serie:
"encontrando, por fin, su identidad". Una lastima que su identidad NO sea Star Trek. Triste el dia que me dijeron que hasta Startrek se iba a convertir en una Distopia. Dice muy poco de la sociedad actual.
Esta serie me recordó de forma inevitable a la situación del Mac. Tenemos a una base acérrima de seguidores disgustada con el rumbo de la nueva franquicia del Mac. Para ellos, representa todo lo equivocado que hay en la compañía, con características que los usuarios hardcore no han pedido y que ha eliminado otras que eran muy queridas.
La razón de que la saga Star Trek y el Mac hayan mutado y no sean reconocidos por sus seguidores más cercanos es la misma. Existe una necesidad de rejuvenecer a ambos, de insuflarles nueva vida para atraer a nuevos usuarios. Y deben hacerlo con el difícil equilibrio de mantener a los existentes o, al menos, evitar que abandonen en masa.
El objeto de las mayores críticas dentro de la campaña anti-MacBook Pro es la Touch Bar, una pantalla alargada que sustituye a teclas fijas como una manera de introducir cierto cambio y ruptura con el paradigma del ordenador portátil tradicional, diferente de la introducción de una pantalla táctil de Windows. Este elemento es precisamente el encargado de facilitar la entrada de nuevos usuarios a la plataforma.
La Touch Bar hace visibles atajos de las apps que de otra manera quedan escondidos. Funciones sólo utilizadas por los usuarios avanzados ya acostumbrados a las combinaciones de teclas para invocarlas. Al hacerlas visibles, utilizar estas apps se hace más sencillo y asequible para el usuario novato o medio. Por no mencionar que facilita enormemente la accesibilidad de estas máquinas a personas con alguna minusvalía, tal como indica Steven Aquino.
Con el nuevo MacBook Pro, Apple ha tomado un riesgo. El riesgo de enfadar a los usuarios más avanzados sin conseguir atraer a nuevos que se enamoren de la plataforma. De acelerar su muerte en vez de darle una segunda oportunidad. Los resultados sólo los veremos con el tiempo, pero de momento las ventas del Mac van viento en popa.
¿Cuál es el futuro del Mac?
Esa dificultad de atraer nuevos usuarios que aseguren el futuro del Mac e interés de Apple en perpetuarlo debe ser entendido en el contexto actual. En comparación, durante el último año fiscal Apple vendió 260 millones de dispositivos iOS en total, 100 millones a usuarios totalmente nuevos a la plataforma. El Mac ni siquiera llegó a los 20 millones de unidades vendidas, de los cuales sólo una pequeña fracción desconocida son nuevos.
No se trata sólo de que iOS genera más ingresos para Apple, sino de que su presente está en ellos. El Mac es el pasado, lo cual no quiere decir que deba desaparecer ni Apple deba matarlo. El papel del Mac es imprescindible para el desarrollo de apps en las plataformas de la compañía, entre otras cosas.
Otra evidencia de la disminución en la importancia del Mac en el contexto de la compañía en su conjunto es el número de innovaciones generadas en esta plataforma. Todos los avances en fotografía, potencia de procesamiento, redes neuronales, Siri, coprocesadores de movimiento, Touch ID, Face ID, Animoji, Secure Enclave, pantallas OLED, la impresionante app de Notas, Apple Pencil, Force Touch / 3D Touch, sensor cardíaco, Apple Pay o los AirPods se han desarrollado para el iPhone, el iPad o algún accesorio pensado para ellos.
El Mac sólo ha heredado alguno de ellos. Piénsalo, ¿cuándo fue la última vez que el Mac puso encima de la mesa una innovación propia? La comparación es injusta, porque el Mac es un paradigma que lleva 40 años entre nosotros e iOS sólo 10. Avanzar tecnológicamente es más sencillo en estos equipos, además tiene una recompensa económica y produce una satisfacción para Apple en forma de influencia en el mundo mucho mayor.
El futuro del Mac a largo plazo tiene otros nubarrones que no se llaman iOS ni su desafío a la definición de qué es un ordenador. Más allá del iPhone están los wearables y la realidad aumentada como una combinación prometedora para la computación del futuro. Un paradigma más allá de las pantallas fijas de un portátil o un ordenador de escritorio en el que Apple y otras compañías como Microsoft están trabajando.
Si este futuro llega a materializarse, ¿qué papel jugará el Mac en un mundo así? ¿Se transformará definitivamente para atraer más usuarios o morirá amado por unos pocos usuarios hardcore? Sea cual sea su camino, va a estar plagado de baches y contratiempos.
En Applesfera | Apple está planeando el fin del teclado tal y como lo conocemos, según el WSJ.
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