Renovar mi MacBook Pro del 2011 no formaba parte del plan. Han pasado casi seis años desde que lo compré, el portátil que más ha resistido el paso del tiempo. Un auténtico récord personal. Tenía pensado que aguantara otro par de años más por lo menos, gracias a un SSD y el aumento de RAM que le hice hace un par de años.
Pero las cosas no siempre salen como uno espera. Hace unos meses entraron a robar en mi casa y sorprendí al ladrón justo cuando estaba aún dentro. Al oírme, lanzó por la ventana una mochila con todas las cosas que había robado, incluyendo mi fiel MacBook Pro. Era un quinto piso.
Vuelta al mercado de los ordenadores
Abreviando la historia, recuperé la mochila con todas mis cosas y conseguí que detuvieran al ladrón. Al abrirla, el MacBook Pro estaba en mejor estado del que me pensaba. Tan solo un par de rasguños y la esquina inferior derecha ligeramente abollada. Solo defectos estéticos. La pantalla funcionaba perfectamente y el teclado también.Hay que decir que fue un grandísimo alivio. Mi MacBook Pro es la herramienta de trabajo más importante de mi día a día.
Por desgracia, al cabo de las semanas empecé a notar algunos problemas. El teclado a veces se salta una tecla. O cuando el Trackpad no reconoce bien un gesto. O cuando uno de los conectores USB no responde como debiera. O el lector de DVD tarda en arrancar. Aunque debo decir que esto último solo lo he utilizado una única vez para importar un disco a iTunes.
Son pequeñas cosas. Algunas solo han sucedido una vez y no son mayor problema. Pero hacen que me pregunte si irán a más y si algún día empezarán los fallos graves de verdad. Pérdida de datos. Un Mac que no arranca. Esto ha hecho que me plantee renovar mi MacBook Pro y el evento de hoy no podría venir en mejor momento.
Hay una cosa, por encima de todas, que quiero pedirle a Apple.
Más batería, por encima de todo
Durante los últimos años, los ordenadores de Apple han incorporado ciertas mejoras muy interesantes. La pantalla retina es la más llamativa de todas, sin olvidar el Trackpad con Force Touch ni la reducción en peso y dimensiones. También hay que mencionar todas las mejoras de Continuity que solo se soportan en un Mac más nuevo que el modelo de 2011:
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Handoff para trabajo entre dispositivos sin obstáculos.
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Instant Hotspot, perfecto para combinarlo con tarifas de datos casi infinitas.
Y por supuesto, poder jugar al nuevo Civilization VI tiene un peso importante. Pero lo que más le pido a los nuevos MacBook Pro es una batería de 16 horas. Una autonomía descomunal y que Microsoft ya ha prometido sobre el papel en su renovado Surface Book (algo que tendrán que demostrar los análisis).
La propuesta de la compañía de Redmond es interesante, pero personalmente prefiero la integración que ofrece Apple con todos sus dispositivos. En la actualidad, el MacBook Pro de 13 pulgadas cuenta con una autonomía de diez horas. Más que suficiente para una larga jornada de trabajo. Pero tan solo tres horas más de lo que prometía el Mac desde el que estoy escribiendo estas líneas.
Mejorar la batería de los equipos debería ser una prioridad para Apple. Entiendo que un equipo portátil debe ser ligero y de dimensiones contenidas (de lo contrario estaríamos hablando de un equipo de sobremesa), pero también obtener una carga lo mayor posible. El peso, las dimensiones y la autonomía están reñidas entre sí, pero Apple necesita encontrar el equilibrio adecuado entre estas tres variables. Y de ese balance depende gran parte de la experiencia de usuario.
Hace cinco años, esas siete horas de batería fue la razón que inclinó la balanza para que volviera a tener un ordenador de Apple. Ya solo quedan unas horas para que todas las dudas sean resueltas y veamos los nuevos MacBook Pro, puede que incluso un Air renovado. Hacía tiempo que no esperaba una presentación de nuevos Mac con tanto interés.
En Applesfera | Análisis MacBook (2016), vuelve la mitología del MacBook.
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