El pasado mes de marzo Apple actualizó el MacBook lanzado en 2015. La principal novedad de este ordenador fue la incorporación de un chip Intel Core M3 hasta un 30% más potente que el anterior. Este cambio no ha sido algo menor, ya que hace frente a la principal crítica de este revolucionario equipo: la potencia.
A excepción del MacBook, el resto de equipos de Apple llevan tiempo sin ser actualizados. Mucho tiempo, tal vez demasiado. Hasta el punto en el que si echamos un vistazo a la línea de productos de Apple, no hay ninguno más que esté al día. El iPhone, iPad, iPod, MacBook Pro, iMac, Mac Pro, Mac Mini, Apple TV y Apple Watch llevan meses esperando una actualización.
Intel y los ciclos de desarrollo
En el caso de los productos que ejecutan iOS, watchOS y tvOS, las renovaciones son inminentes y probablemente las veamos en septiembre. Los que utilizan el renombrado macOS, la historia es diferente. Mientras que las otras tres plataformas de Apple están desarrolladas íntegramente por Apple (hardware, software, servicios), los Mac tienen un componente crucial que depende de un tercero: los chips de Intel.
Una empresa emblemática en Silicon Valley y fundamental en el desarrollo de la tecnología en las últimas décadas, Intel no pasa por su mejor momento. Tras recortar su plantilla un 11%, la compañía debe hacer frente a las consecuencias de haber dejado de lado la revolución generada por el iPhone. Uno pensaría que tras el fiasco de sus intentos por remediar una posición extremadamente débil en los chips móviles, Intel redoblaría sus esfuerzos en sus chips de ordenadores.
Pero aquí, Intel también se ha encontrado con problemas. Los ciclos de desarrollo y fabricación de chips más modernos se han alargado y el famoso tick-tock de Intel se ha visto forzado a añadir un paso más a este ciclo. Como consecuencia, cada salto en el rendimiento se produce de forma más lenta y con una diferencia menor con la generación anterior.
Mejorar el cerebro de nuestros ordenadores está siendo cada vez más complicado. Razón por la que muchos abogan por una nueva transición a chips propios de Apple. O lo que es lo mismo, Mac con procesadores ARM. Pero eso es otra historia.
Una cuestión de recursos y rendimiento
En la imagen superior y tal como mencionan en ExtremeTech, se muestra lo poco que han evolucionado los chips del Mac Pro lanzado por Apple hace casi tres años. Puedes consultar las especificaciones de los chips en Intel Ark. Tal como menciona el autor del artículo acerca de los chips Xeon:
Lo primero que hay que señalar es lo poco que han evolucionado los chips de Intel en los últimos tres años. [...] En resumen, no hay muchas razones por las que actualizar la CPU de los Mac Pro's, al menos hasta que Intel pueda crear diseños que realmente lo merezcan.
Como sabemos y desde no hace tanto tiempo, los Mac montan chips de Intel. Siendo un componente tan importante en la creación de un ordenador, Apple no tiene más remedio que quedar a expensas de lo que haga Intel. Una situación que seguramente no sea cómoda para la compañía de Cupertino, famosa por su deseo de controlar las tecnologías más importantes de sus productos.
Ante esta situación, caben dos preguntas:
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¿Por qué Apple no actualiza su línea de ordenadores a los últimos chips disponibles aunque no supongan un gran avance como en otras ocasiones?
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Si decide no actualizar estos componentes, ¿por qué mantiene el precio de sus equipos?
La primera de las respuestas no es tan obvia como parece. Apple, como cualquier empresa, tiene recursos limitados. Por mucho dinero que tenga en el banco, hay recursos que no se pueden adquirir a base de talonario. El talento es uno de ellos. Y en otras ocasiones hemos visto cómo la compañía tenía que priorizar unos proyectos en detrimento de otros. Como por ejemplo durante el desarrollo del primer iPhone OS en 2007, que impactó la evolución de OS X durante años.
Por tanto, lo lógico sería esperar una rebaja del precio de los equipos. Pero no ha sido así. Un procesador Intel Core i5 cuesta alrededor de 200 dólares, menos de un 15% del precio de un MacBook Pro actual. Teniendo en cuenta que Apple monta una versión anterior y que puede negociar con Intel precios más favorables por volumen de compra, digamos que se rebaja en 100 dólares el coste.
Si Apple decidiera trasladar esa rebaja al usuario final, no sería excesivamente significativa. Un ahorro de 100 dólares siempre es bienvenido, pero no supone tanto sobre un precio de 1.500 dólares. La política de precios de Apple siempre ha sido la de mantenerlos durante toda la generación, variándolos solo cuando se renueva.
Numerosos usuarios estamos esperando a ver qué presenta la compañía de la manzana este otoño. De momento, los rumores indican que los MacBook podrían traer numerosas novedades, no solo en cuestión de chips sino también de seguridad y el panel táctil del teclado. Todo indica que la renovación inminente del MacBook Pro será muy importante. Entonces, la espera habrá valido la pena.
En Applesfera | Éste detallado render muestra cómo sería el MacBook Pro con el panel táctil.
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