Tal vez uno de los episodios más sorprendentes del mundo de la informática, es la interacción ser humano – máquina. No solemos prestarle atención porque afortunadamente, el grado de desarrollo de la tecnología hoy en día es tan grande que esa cortante filo que separa los dos mundos está más difuminado que nunca. Pero no es suficiente para lo que está por venir.
Costó años de investigación crear máquinas lo suficientemente complejas que elaboraran tareas que el hombre era incapaz de hacer por si solo. Ese fue el primer paso. Una vez desarrolladas, las máquinas tenían un potencial enorme, y la barrera que nos separaba de ellas no era más que quien las usaba: sólo podía hacerlo prácticamente quien las inventaba, ya que la complejidad de convertir nuestras órdenes en tareas procesables era muy alta.
Para conseguirlo, pasamos de los engranajes, las válvulas, los cientos de botones y las tarjetas perforadas, a los lenguajes de programación más elaborados. Por fin, la ciencia era capaz de comunicarse mediante lenguajes más o menos estructurados y lo más importante, más homogéneos entre varias computadoras. Y de repente, en un movimiento que muy pocas personas esperaban, llegaron los usuarios. Eso lo cambió todo.
La inteligibilidad mutua
Esta propiedad lingüística se refiere a la capacidad de dos hablantes de variedades diferentes para comprenderse mutuamente sin haber estudiado o aprendido la variedad ajena. Es algo muy subjetivo, atado a condicionantes culturales como el grado cultural o educativo de los “hablantes”. Cuando los usuarios no-científicos llegaron a la informática, ocurrió algo similar. Necesitábamos comunicarnos con las máquinas, y ellas con nosotros, pero ninguna de las dos partes entendía muy bien al otro. Al menos no del todo.
Todas las empresas de informática de mundo han trabajado en esto. Sin embargo, hoy hablaremos de lo que hizo Apple ya que estamos en Applesfera, y porque personalmente que es una de las compañías que más han ayudado a la popularización de algo básico para comprender el acercamiento entre el ser humano y la máquina: las interfaces, definida como un modo de dar comunicación entre distintos niveles.
Las tres interfaces importantes
Aunque quizás sea una lista con matices, para explicar el camino recorrido hasta ahora hablaré de las tres interfaces más importantes que, en mi opinión, existen en la informática hoy en día:
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El teclado: Elemento básico en cualquier computadora hoy en día, fue de los primeros dispositivos en diferenciarse de las grandes máquinas de válvulas y miles de botones, llevando la posibilidad más cercana y conocida a los usuarios, acostumbrados durante años a las máquinas de escribir. Las interfaces todavía eran textuales y se necesitaba un alto grado de conocimiento del lenguaje de la máquina para comunicarnos con ella.
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La interfaz gráfica y el ratón: Sin duda, la visualización de la información organizada como una metáfora de la vida real (“escritorio”, “carpetas”, “archivos”…) fue la que más rápidamente caló en el usuario. El ratón, como elemento de control e introducción de datos sin ningún tipo de conocimiento previo, fue decisivo para popularizar la informática y acercarla más a la gente.
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Las pantallas táctiles: Lo estamos viviendo ahora mismo. La llegada de la tecnología táctil a los dispositivos ha aumentado el uso y sobre todo, el abanico de usuarios que pueden usarlos, no necesitando ni siquiera previo conocimiento de ningún ordenador. Es la interfaz más usable que se ha desarrollado hasta ahora, ya que directamente “tocamos” los elementos que un sistema pone ante nosotros como opciones. Utilizamos también nuevas metáforas de la vida real para movernos, como el desplazamiento inercial en las listas, la ampliación con dos dedos de las imágenes, los giros de las mismas tal y como si tuviéramos impresa la interfaz en un papel.
Pero, durante años, existe un método para comunicarse con los ordenadores que es incluso más vieja que la tecnología informática. Como todo gran descubrimiento basado en la lógica de la anticipación del futuro, lo hemos visto cientos de veces en la ciencia ficción casi desde mitad del siglo XX. Ahora, hoy, es quizás el momento en la historia de la humanidad que más cerca estemos de conseguirlo.
La cuarta interfaz
Incluso la Apple decadente de finales de los ochenta tenía claro cuando investigó el futuro cual era el siguiente paso. Se trata de conseguir un sistema por el cual los ordenadores nos entiendan, hablándoles en nuestro lenguaje natural. Y esta vez, lo de “hablarles” es algo literal. Para ello, aquella Apple de John Sculley prototipó en un vídeo ficticio como debería ser la interfaz perfecta. Lo llamaron Knowledge Navigator, y como véis en el vídeo de arriba, era prácticamente un tablet venido a más con una inteligencia artificial que reconocía las conversaciones naturales.
Es importante matizar ésto: no hablamos de reconocimiento de voz, sino de reconocimiento de una conversación natural como la que podríamos tener con un ser humano. Se trata de que el sistema debe ser lo suficientemente sofisticado como para saber encadenar el hilo de una conversación y abstraerse de lo básico como para saber qué comandos se destilan de ella.
Y ahí está lo importante, lo más bello y quizás lo más complicado de esta tecnología con la que soñamos desde hace décadas: la cuarta interfaz traslada a la parte de la máquina la parte más complicada de la comunicación con las computadores, que no es otra cosa que saber lo que tenemos que decirle y cómo tenemos que decírselo. En esta cuarta interfaz, nosotros hablamos de forma natural y es la máquina quien se encarga de esa tarea. Por primera vez en la historia, la complejidad de las metáforas y las interpretaciones se traslada a la parte electrónica. Un gran paso para el hombre.
Siri y OS X 10.9: Un comienzo
Independientemente de que estoy completamente seguro que todas las empresas están desarrollando algo así para sus sistemas operativos, creo que la alternativa que más ha sorprendido últimamente al mundo de la informática en cuanto a la traslación del lenguaje natural en comandos, ha sido la llegada de Siri. Todavía es un sistema primitivo y tiene muchas cosas que mejorar, pero la aproximación que ha supuesto en el terreno del que hablamos es innegable.
Las noticias de contener a Siri en OS X pueden ser el auténtico cambio que muchos esperan como el fin del interfaz de usuario de los sistemas operativos tradicionales. Al fin y al cabo, todas las empresas tienen ya su interpretación gráfica en sus sistemas operativos (tanto móviles y de escritorio) y estaréis de acuerdo conmigo en que, salvo por supuesto cambios estéticos o funcionalidades, lo que vemos hoy sigue siendo lo que se ideó cuando crearon los primeros interfaces gráficos.
Todavía estamos lejos de tener un HAL9000 (sin demencia, espero) o del Jarvis de Tony Stark, pero estoy convencido que cuando Siri llegue a nuestros Macs vendrá cargado de usos que nos sorprenderán, otros que acogeremos con escepticismo, pero sin duda, todos ellos servirán de punto de partida para todo lo que vendrá después. Que no es otra cosa que controlar y recibir información de nuestro ordenador de la forma más natural posible: hablándole como hablaríamos a otra persona, sin complicados comandos que conocer ni aprendizaje previo que hacer más que la intención de comunicarnos.
“Siri, formatea este texto, añade las imágenes de la carpeta de mi usuario y programa esta entrada para las 12:00 del martes. Abre iTunes, pon The Look de Metronomy y busca alguien en mi agenda con disponibilidad para comer a las 14:00”
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