Hace unos días encontré por casa la identificación de corredor de la primera 10K que hice con el Apple Watch original. Antes de comenzar a escribir un análisis planifico en forma de guión la información que quiero mostrar, y recuerdo aquel primer análisis del primer reloj de Apple lo difícil que me lo puso: las pruebas ya no se hacen sólo en casa, hay que sacarlo a pasear (o a correr). En el Apple Watch original (rebautizado al año siguiente como Apple Watch Series 1) descubrí que quizás estábamos empezando la era del Apple Watch, y con el Apple Watch Series 2 directamente me tiré a la piscina con él para probar los nuevos sensores (literalmente).
Ya había tenido varios dispositivos deportivos (como la Nike+ Fuelband, por ejemplo) y había probado el reloj inteligente que más éxito tenía en el momento, el mítico Pebble de tinta electrónica. Sin embargo, el Watch me hizo pensar muchas veces que era un producto mucho más ambicioso que incluso su competencia (que se había adelantado a Apple), algo que sin duda ha sido decisivo para que la compañía acabe liderando el segmento con su Apple Watch de estos relojes inteligentes.
Durante todos estos años, la definición de producto cambió, orientándose hacia un componente mayoritariamente de salud y donde la tecnología se hace fuerte cuando vemos lo que hacen los últimos modelos: un electrocardiograma o medir el oxígeno en sangre, sólo con ponernos el reloj en la muñeca. Ciencia ficción en otros tiempos, de los que no hace tanto. Sea como fuere, quien lleve hoy en día un Apple Watch en su muñeca posiblemente coincida en algo más: es ya casi tan imprescindible llevarlo puesto como llevar el móvil encima. ¿Qué hacer aún mejor en un dispositivo que ya tiene tan claro su hueco en el mercado?
Una transformación de generaciones convertida en experiencia
La auténtica transformación, en mi opinión, la vivimos con el paso del Apple Watch Series 3 al Apple Watch Series 4: la compañía acababa de definir qué es lo que quería que el reloj fuese, y para ello comenzó cuidando al máximo algo que es la parte más importante del dispositivo - su pantalla. Uno de los cambios más importantes de aquella generación que se vio complementada una pantalla siempre activa, en el Apple Watch Series 5 y un sensor clave en la apuesta por la salud de Apple: la posibilidad de hacer un electrocardiograma desde la muñeca, sin ningún sensor más.
El Apple Watch Series 6, justo el modelo que precede al que hoy estamos analizando, volvió a sorprendernos con un sensor aún más avanzado: la medición de oxígeno en sangre, que pudimos incluso estudiar a fondo en un artículo donde contrastamos su uso con personal médico.En muchos sentidos, el Series 6 supuso la coronación del éxito del dispositivo que combinaba estilo de vida, tecnología, deporte y determinados usos de salud - en un diseño que parecía evolucionar en la dirección correcta.
El siguiente paso lógico entonces sería evolucionar su pantalla. Durante meses, los rumores se encargaron de traernos incluso una nueva forma cuadrada - muy similar a la que hoy en día tenemos con los iPhone 12 o iPhone 13 - a la vez que hablaban de una pantalla más grande. Cuando Apple nos lo presentó el pasado 14 de septiembre, descubrimos cómo la forma redondeada actual seguía estando presente - eso sí, con una pantalla más grande (aproximadamente un 20% que la del Series 6 o SE) y con la tranquilidad de que este diseño sigue manteniendo compatibilidad con todas las correas que ya tengamos de modelos anteriores.
La idea de Apple es la de mejorar la experiencia de usuario con una pantalla más cómoda en todos los aspectos, tamaño, tacto y resistencia. Curiosamente, la diferencia en el tamaño de la pantalla es muy evidente desde la primera vez que llevas el reloj en la muñeca, donde puedes compararlo mentalmente con generaciones anteriores. Esta reducción en el borde que abraza el área de visualización y el aumento en casi un 20% del tamaño de la misma es algo más que apariencia: efectivamente, la interacción con el reloj es mucho mejor.
Una pantalla mejor para tocar y mirar
La compañía le ha querido dar protagonismo al mayor espacio de visualización en varios sentidos. Empezando por lo evidente: la información que nos muestra el reloj en la pantalla. Al ganar más espacio para mostrar complicaciones, en este Series 7 contamos con dos nuevas esferas que aprovechan el contenido al máximo. La primera de ellas, y una de las que definen a esta generación, llamada "contorno", lleva hasta los mismísimos márgenes de la pantalla las horas de la esfera, pudiendo incluso ser visibles aunque tengamos el reloj completamente ladeado.
Para conseguirlo, Apple ha rediseñado como construye la pantalla OLED LTPO que integra el nuevo Apple Watch Series 7. Esta nueva pantalla en esta generación está fabricada en una única pieza, reduciendo el espacio de integración de la misma y muy importante, reduciendo los bordes que anclan este panel con la pieza de vidrio de la pantalla. La mejora en el panel además se complementa con un cambio en este vidrio delantero, que ahora cuenta con base plana en un vidrio más grueso y - en teoría - más resistente.
Esta construcción ha sido uno de los cambios por los que Apple ha apostado en esta generación: la pantalla no sólo es más grande, es también más cómoda de utilizar en el día a día gracias a sus bordes más redondeados. Esta última semana probando a fondo el Apple Watch Series 7 he notado algo curioso: los bordes no tan rectos como en el Series 6 algo más curvados son mucho más cómodos para desplazar la pantalla de lado a lado, deslizar de arriba a abajo las notificaciones o el centro de control. Si estamos en movimiento, el borde más curvo ayuda a que el dedo no se "salga" cuando pasa del borde a la pantalla al deslizarlo, y es un trazo táctil mucho más continuo - incluso aunque estemos andando, o estemos haciendo deporte.
Esta construcción también nos aporta otra de las novedades del Apple Watch Series 7: la mejora en la resistencia delantera, según Apple, se consigue porque han fabricado el vidrio delantero más duro hasta ahora. Evidentemente en el uso del día a día no he notado nada, ni en experiencia táctil ni de ningún otro tipo - aunque por supuesto no se ha marcado ni rayado de ninguna forma.
Esto también puede ser debido a la nueva certificación que es otra de las novedades de esta generación, la IP6X: la protección más alta que se puede encontrar en el mercado contra el polvo (protección completa, contra objetos sólidos de alrededor de más de 1mm de diámetro). Eso sí, cuando lo vayáis a comprar una cosa a tener en cuenta: la pantalla en los modelos de aluminio de vidrio Ion-X, pero en los modelos de acero inoxidable y titanio es de cristal de zafiro, aún más resistente (aunque todos los modelos cuentan con la misma certificación).
La ampliación de la pantalla se nota en la muñeca mucho más de lo que podríamos imaginar mirando fotos o los vídeos de la presentación, sobre todo si ya hemos llevado en ella algún modelo anterior. No sólo es por la ampliación del 20% respecto al Series 6, los nuevos bordes curvados de la pantalla parecen ampliar aún más el espacio y lo hacen muy cómodo para consultar al mirarlo desde prácticamente cualquier ángulo. Tanto si vamos haciendo deporte, como si tenemos el brazo en reposo encima de una mesa, o mientras estoy escribiendo este texto, la pantalla se ve perfectamente sin necesidad de mirar el reloj directamente.
Esta pantalla destaca como comentaba antes con la esfera "contorno", pero también nos da una idea de la magnitud de la nueva pantalla con la otra esfera exclusiva del Series 7, "modular Duo" - que permite añadir dos complicaciones horizontales grandes, además de una pequeña y la hora, en la misma pantalla. El resto de esferas también destaca en el mayor espacio, tanto si utilizamos alguna de nuestras imágenes favoritas como si empleamos cualquier esfera con muchas complicaciones: ahora evidentemente es más fácil de verlo todo y las zonas accesibles de la pantalla son mucho más cómodas.
El nuevo sistema operativa también ayuda a optimizar este espacio: watchOS 8 para Apple Watch Series 7 está diseñado para aprovechar más el espacio en pantalla en mensajes, apps como la calculadora, contactos o incluso con un teclado en pantalla completo para poder escribir cualquier mensaje directamente con nuestros dedos (algo que es exclusivo también en este nuevo Series 7). Incluso la introducción del código numérico - si lo tenemos - es más cómodo al ser las teclas más grandes. En general, la sensación de la pantalla más grande es de comodidad y en apariencia parece que llevemos un reloj más grande de lo que físicamente es, donde apena se diferencia en cuanto a envergadura del Series 6 o el SE.
Apple también indica que la nueva pantalla siempre encendida es hasta un 70% más brillante en interiores, lo que ayuda a consultarla más discretamente sin necesidad de mover el brazo. En todos estos días de pruebas, en este sentido si he notado alguna mejora, aunque nunca he apreciado un brillo tanto como un 70% más potente: la pantalla se ve perfectamente en el modo de pantalla en reposo - cuya frecuencia baja a 1Hz - y se aprecian mejor colores y algo de contraste respecto al Series 6. La pantalla en reposo es perfectamente consultable en prácticamente cualquier situación, y se ayuda mucho de la mejora del ángulo debido a la nueva pantalla con bordes redondeados, eso sí.
En el día a día, la nueva mejora en pantalla del Apple Watch Series 7 mejora la experiencia e interacción con él dando la sensación de una nueva generación aunque el factor forma se siga manteniendo. Las primeras horas de uso sorprende al mirar el reloj cuando aún no estamos acostumbrados al nuevo espacio en la muñeca, con un aspecto de amplitud y facilidad de uso al que nos acostumbramos enseguida. Tanto, que si volvemos a un Series 6 lo curioso es la sensación de una pantalla mucho más pequeña que la que estábamos usando hasta ahora.
El corazón invisible del Apple Watch Series 7
Para esta generación, Apple ha mantenido en potencia lo que ya conocíamos en el Series 6. Este nuevo reloj cuenta con un procesador actualizado al que si que han llamado Chip S7, pero que en esencia es un S6 con rediseño de la arquitectura física para encajar en el nuevo cuerpo del reloj, que mantiene a niveles prácticamente idénticos la potencia desde la perspectiva del usuario. En realidad, el S7 sí tiene alguna mejora respecto a su predecesor, pero este incremento extra lo utiliza únicamente para contener el consumo energético y que la nueva pantalla más grande no lastre en batería al conjunto.
En este sentido, la batería es muy similar respecto al Series 6 y no he notado ninguna variación acusada respecto a la generación anterior: aún con la pantalla más grande, el reloj llega holgadamente a final del día con un muy buen porcentaje. Veamos algunos ejemplos:
- Caso 1: Puesta en marcha a las 9:01 al 100%. A las 15:00 el nivel de batería es del 76%. A las 23:00 se llega con un 42%. Con todas las notificaciones activadas, el brillo de la pantalla al 75%, uso de GPS y siempre puesto en todo momento.
- Caso 2: Puesta en marcha a las 8:12 al 100%. Mismo uso anterior, más alguna caminata por la tarde con el GPS activado en modo autónomo (sin el iPhone cerca) y música en los AirPods desde el reloj. Llega a las 2:15 de la mañana con un 30% de batería.
- Caso 3: Puesta en marcha a las 8:30 al 100%. Mismo uso anterior pero además con uso intenso de ejercicio en exterior durante 25 minutos, GPS de forma independiente (sin iPhone) activado y uso de AirPods con música desde el reloj durante todo el recorrido. Llega a las 0:01 con un 28%.
Más allá de estos números, hay un nuevo cambio en el Apple Watch que en mi opinión, es casi tan importante como si contáramos con una batería mejor: la capacidad de carga rápida. Si queremos utilizar el Series 7 como monitor de sueño y en ese momento imagina que lo tenemos al 0% de carga, podremos utilizar el nuevo cargador rápido incluido y en 10 minutos el reloj tendrá la carga suficiente como para monitorizar nuestro sueño durante toda la noche (unas 8 horas).
Este nuevo cargador cuenta por fin con USB-C en lugar del anterior USB-A que conocíamos desde la primera generación, y mantiene el sistema de carga de inducción magnética que ya conocemos, sin ningún cambio en este sentido (este nuevo cargador puede cargar también cualquier otro Apple Watch hasta la fecha). En el futuro, me gustaría que Apple dejase de lado este tipo de carga propietaria e introdujese la carga inalámbrica estándar del mercado como Qi, con la que ya cuentan todos los iPhone - aliviando tener que cargar con un cargador específico para el reloj, y facilitando que podamos cargarlo con cualquier otro si nos encontramos en una emergencia y no lo llevamos encima.
Los tiempos de carga han mejorado mucho y permiten tener el reloj operativo en prácticamente 30 minutos si utilizamos el cargador de 20W de Apple USB-C (con el que he hecho las pruebas de batería siguientes, como media aritmética entre distintos días de prueba):
- Carga en 30 min, desde 0% = 56%
- Carga en 1 hora, desde 0% = 91%
Como veis, podemos poner a cargar perfectamente el reloj mientras desayunamos en casa incluso habiéndolo olvidado de cargar durante la noche (o después de utilizarlo como monitor de sueño), y lo tendremos operativo casi al completo al salir de casa. Esta mejora también tiene mucho que ver en cómo el S7/S6 gestionan la energía en el propio dispositivo, mejorando incluso las 18 horas de media que nos ofrece la propia Apple a niveles teóricos.
La experiencia Apple Watch importante, ampliada
El nuevo Apple Watch Series 7 se puede considerar una puesta al día a lo grande (nunca mejor dicho) del Apple Watch Series 6, indicado sobre todo para quien venga de generaciones anteriores a éste, que contarán con los sensores ECM o el sensor de oxígeno en sangre (que se comportan igual en el Series 7, teniendo la misma sensibilidad exacta) y una nueva pantalla y diseño físico cómodo en el uso diario. Si tenéis un Series 6, esta actualización está pensada sobre todo para usuarios intensivos del reloj y que con un mayor espacio de pantalla pueden mejorar aún más la experiencia que ya les gusta.
El color estrella de esta generación es sin duda el "medianoche", un verde sobrio y elegante muy similar al que vimos con los iPhone 11 Pro. En persona, este verde en el cuerpo del reloj es muy discreto y puede incluso parecer más oscuro si no le incide la luz directamente (es el modelo de análisis que veis en estas fotografías). El resto de colores, como el blanco estrella, el azul o el rojo, sólo estarán disponibles en aluminio. En acero inoxidable hay una variación del color oro algo más llamativa, y en titanio sólo encontraréis el negro espacial y un color blanco más natural y con menos reflejos. En cualquier caso, la calidad de los materiales se resalta con los nuevos colores y la construcción es sólida, como siempre.
Los precios, muy similares a la generación anterior cuando se pusieron a la venta, desde 429€ el modelo sin conectividad celular, que está disponible en cualquier modelo por 100€ más. Para quienes ya no podemos salir de casa sin un Apple Watch en la muñeca, esta actualización pone de forma firma sobre la mesa una generación mejorada en lo esencial en el reloj manteniendo todo lo que ya buscábamos en los dispositivos de Apple - más grande y más resistente además que nunca.
Apple Watch Series 7 (GPS) - Caja de Aluminio en Azul de 41 mm - Correa Deportiva en Color Abismo - Talla única
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