Que tras el éxito de Crossy Road íbamos a ver una retahíla de títulos intentando acercarse a sus números era algo que todos teníamos muy claro. Que el sucesor de un fenómeno así normalmente poco o nada tiene que ver con el original es algo que, en cambio, las compañías no acaban de tener muy claro.
Splish Splash Pong nos llega de la mano de los creadores de Cube Koala, del que ya hablamos por aquí hace unos días, e intenta repetir los buenos resultados de Hipster Whale valiéndose de las mismas armas: un juego clásico pasado por el filtro de los píxeles poligonales, con personajes desbloqueables y mínimo impacto de la estrategia free-to-play.
A Crossy Road le funcionó porque había algo más de cariño en cómo estaban diseñados los niveles, en el mimo hacia el juego por parte de sus desarrolladores evidenciado en detalles como, por ejemplo, la forma en la que consigues personajes. No es que Splish Splash Pong esté mal, ojo, pero necesitaría mucho más para convertirse en fenómeno.
Si todo eso te importa bien poco y lo único que quieres es un juego con el que picarte en los ratos muertos, entonces sí, hay contenido más que suficiente para que estés un par de días enganchado a este Pong en el que tú controlas en qué momento la pelota cambia de dirección. No es el juego del año y tampoco será el del mes, pero al menos servirá para aguantar hasta que lleguen las novedades fuertes de esta semana.
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