Lector de huellas trasero o integrado en la pantalla. Ése parece ser el gran debate alrededor de la próxima generación de iPhone. El Samsung Galaxy S8 no llegó a colocarlo en la pantalla a pesar de los rumores y acabó recurriendo a la solución que otros fabricantes habían elegido: situarlo en la parte trasera.
Pues ahora tenemos a otro fabricante de Android que viene a echar leña al fuego de los sensores dactilares. La compañía Vivo, del grupo BBK Electronics propietario de otras marcas como Oppo y OnePlus, habría conseguido alcanzar esta meta.
Un lector integrado en la pantalla: el santo grial de la próxima generación
El video superior proviene de la red social china Sina Weibo. En él puede verse un terminal de la compañía asiática en el que se desbloquea mediante una huella dactilar situada en la pantalla. El video es muy corto y tan sólo muestra cómo un usuario coloca su dedo encima de un signo de huella dactilar para proceder a entrar en el terminal. A continuación, le da la vuelta al smartphone para demostrar que no hay un sensor en la parte posterior.
Hay que dejar claro que se trata de un video filtrado del próximo terminal de Vivo y que podría presentarse el próximo día 28 de junio, según se hace eco GSMArena. Las imágenes no son de gran calidad (alguien debería regalar una cámara al señor Borroso), pero en ellas podemos ver otros detalles interesantes:
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La pantalla ocupa una parte significativa del frontal.
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Da la impresión de que, efectivamente, no hay ningún botón en el frontal por lo que encaja con el sensor integrado en la pantalla.
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Es un teléfono que no destaca por su delgadez, tal vez debido a la necesidad de integrar esta tecnología en el frontal.
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El desbloqueo no es instantáneo. Los iPhone con sensores Touch ID de segunda generación son muchísimo más rápidos que lo mostrado en este video.
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Como curiosidad, al desbloquear el teléfono pueden verse varios iconos que los usuarios de iOS reconocerán de inmediato.
Es interesante ver cómo la tecnología ya existe y está ahí (aunque podría tratarse de un montaje), por lo que da aire a los rumores sobre su posible integración en el iPhone 7s, 8, X o como quiera que acabe llamándose el iPhone décimo aniversario. Sin embargo, para Apple el desafío va más allá que el nada simple desarrollo de la tecnología.
El reto de fabricar 78 millones de iPhone
Apple cuenta con 56 patentes sobre dispositivos con Touch ID integrado en la pantalla. Además, recientes filtraciones de componentes apuntan a una reducción significativa de los marcos. La tecnología está ahí, lo complicado ahora es fabricar teléfonos que la integren a una escala gigantesca. Porque montar un único iPhone es una tarea relativamente sencilla, pero hacerlo con decenas de millones de unidades es otra historia.
Aquí entrarían en juego las capacidades de fabricación de los componentes necesarios. El proveedor o proveedores encargados de su creación tienen que poder fabricar millones en un periodo de tiempo relativamente corto. Los procesos de fabricación también deben adaptarse a estos nuevos componentes. Sólo en el último trimestre de 2016, Apple vendió más de 78 millones de iPhone. No todos son de última generación, pero es de esperar que un buen porcentaje lo eran y nos da una pista del nivel de unidades necesarias para el próximo septiembre.
Y después, la compañía necesita tener claro cómo va a ser la reparación de este nuevo dispositivo. ¿Se podrá cambiar una pantalla rota con facilidad en una Apple Store o reseller autorizado? Con todo esto en cuenta, es evidente que un cambio tan radical en el iPhone involucra modificar toda la estructura de fabricación y cadena de valor. No es un simple desarrollo tecnológico, luego hay que saber materializarlo a unidades que tienen que llegar al mercado.
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