Una de las virtudes de los iPhone es lo bien que pueden envejecer a lo largo de los años. No es una excepción el iPhone 6s presentado en 2015, pues tal y como vemos en el siguiente videos, sigue manteniéndose en forma después de dos años. ¿Cómo consigue esto? Gracias a una buena optimización del sistema en cuanto a software y hardware se refiere.
El vídeo publicado por PhoneBuff nos muestra cómo se comporta un iPhone 6s en comparación con un Galaxy S8 a la hora de ejecutar diversas aplicaciones. En los dos teléfonos se sigue el mismo orden: primero se ejecutan las aplicaciones desde cero y luego se vuelven a ejecutar estando en segundo plano. ¿El resultado? El iPhone 6s gana a la hora de ejecutar desde el segundo plano las apps y juegos con siete segundos de diferencia.
Como podemos ver, lo que más relentiza a los dos sistemas son los juegos y las aplicaciones de edición de fotografía. Es comprensible, se trata de apps que mueven mucho más contenido gráfico que, por ejemplo, la aplicación Ajustes. En defensa del Galaxy S8, debemos tener en cuenta que tiene una pantalla más grande, y por lo tanto, más píxeles que mover.
¿Es precisa y suficiente esta prueba para determinar que el iPhone 6s es mejor que el Samsung Galaxy S8? Desde luego que no, influyen muchos más factores, como pueden ser la imprecisión de la mano para reproducir de forma idéntica los movimientos en las dos ocasiones, o el estado del sistema en cada teléfono (si cuenta con más o menos apps instaladas). Pero nos ayuda a comprender la importancia de contar con un buen sistema operativo diseñado específicamente para ese hardware.
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