Apple prometió desvelar las medidas de seguridad y funcionamiento de Face ID en un futuro tras la presentación del iPhone X. Pues bien, ese día llegó ayer y ya conocemos todo lo necesario a nivel de usuario sobre este sistema de seguridad. Un documento bastante interesante que resuelve más dudas y da confianza en el nuevo reconocimiento facial de Apple.
Face ID: cómo funciona el reconocimiento facial de Apple
Probablemente, el aspecto que más inquietud genera entre los usuarios que no han probado aún el sistema Face ID. Pedro Aznar estuvo en la keynote de presentación del iPhone X y, a pesar de haberlo probado sólo unos minutos, quedó sorprendido por su rápido funcionamiento. Ahora, Apple ha detallado el funcionamiento completo del sistema:
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Una combinación de hardware y software proyecta sobre el usuario más de 30.000 puntos invisibles que calculan la superficie de nuestro rostro.
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Una porción del chip A11 Bionic contenida dentro del "Secure Enclave" transforma este mapa de puntos y una imagen en infrarrojos de nuestra cara en una representación matemática con la que se comparará cualquier rostro que aparezca ante el sistema.
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Face ID se adaptará automáticamente a la evolución de nuestro rostro y es "inmune" a cambios como maquillaje, gafas de ver, bufandas y gorros así como la mayoría de gafas de sol.
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Además, ante cambios significativos como afeitarse una barba prominente, Face ID te pedirá introducir tu código la primera vez antes de actualizar tu rostro.
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Face ID inicia su autenticación cuando levantamos el iPhone X (raise to wake), tocamos en la pantalla o una notificación la ilumina. En ese caso, si encuentra nuestro rostro y lo autoriza, el iPhone se desbloqueará.
Seguridad, privacidad y accesibilidad
La compañía es consciente de lo que supone un cambio tan radical en la autenticación de sus dispositivos. Por eso, Apple ha tenido en cuenta las cuestiones de seguridad, privacidad y accesibilidad de Face ID y las ha detallado en su documento:
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Face ID utiliza aprendizaje automático en conjunto con el sistema TrueDepth para recoger nuestra información. Posteriormente, se cifra y protege con una clave que sólo es accesible por el Secure Enclave y no por el resto del sistema operativo.
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Como ya dijo Apple en la keynote, la probabilidad de que una persona aleatoria desbloquee tu terminal es de 1 entre 1 millón, comparado con la probabilidad de 1 entre 50.000 de Touch ID. Por tanto, es bastante más seguro.
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Face ID no es perfecto, de la misma manera que Touch ID tampoco lo es cuando tienes las manos mojadas o manchadas. En menores de 13 años el sistema puede no funcionar correctamente por la velocidad del cambio en sus rostros, así como con hermanos gemelos idénticos, que podrían desbloquear el terminal entre sí.
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Eso sí, Face ID es impermeable a desbloqueos con fotos en dos dimensiones así como máscaras que repliquen nuestro rostro (incluso del nivel que utilizan en Hollywood).
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Nadie podrá desbloquear tu iPhone si estás durmiendo gracias a la tecnología Attention Awareness, mediante la que el sistema de reconocimiento facial sabe si estás mirando o no.
Desde el punto de vista de la privacidad, Apple asegura que nuestro rostro y su modelo matemático permanecerá en todo momento dentro del dispositivo. Protegido por el Secure Enclave dentro del chip A11 Bionic y no en iCloud ni ningún otro sistema externo. El único momento en el que nuestros datos podrían abandonar el iPhone X será en caso de hablemos con AppleCare y éste servicio nos lo pida para prestarnos soporte. En este caso, nosotros podremos elegir entregar esa información o no en todo momento.
Podremos desactivar Face ID desde Buscar mi iPhone en caso de pérdida, donde también podremos borrar nuestros datos faciales de forma remota. El sistema también se desactiva bajo determinados supuestos, como un reinicio, introducción errónea de rostro 5 veces, el iPhone X no se ha desbloqueado en 48 horas y otras situaciones.
En cuanto a la accesibilidad, Apple ha tenido en cuenta las limitaciones físicas y de visión de algunos usuarios. Podrán seguir utilizando Face ID sin tener que mirar directamente al sensor si tienen problemas de visión o ceguera. Tampoco necesitará que durante la configuración inicial muevan la cabeza por completo si tuvieran problemas para mover el cuello, en cuyo caso se guiará por un proceso ligeramente diferente.
Face ID es un sustituto digno de Touch ID
Cuando lees el documento entero, te das cuenta de que Apple ha pensado en todas las eventualidades que podrían suceder u ocurrir en el mundo real. Confirma el hecho de que llevan varios años trabajando en Face ID y no un puñado de meses ni como Plan B ante la imposibilidad de integrar Touch ID en la pantalla como decían algunos rumores.
Ahora sabemos que Apple abandonó la idea de Touch ID en el iPhone X y se centraron en Face ID de forma exclusiva desde hace mucho tiempo. A pesar de esto, no deja de ser una apuesta arriesgada, después de la tremenda comodidad y familiaridad que se ha ganado Touch ID en los últimos años. Ciertamente, en los primeros días se comenzó a afirmar cosas absurdas.
Apple podría haber ido por la senda fácil, colocando Touch ID en la parte trasera del iPhone X o en un botón lateral, como hace Sony, además de tener Face ID. Sin embargo, la transición hacia esta nueva tecnología hubiera sido mucho más lenta debido a que el usuario probablemente preferiría recurrir a lo conocido antes que aprender cómo funciona un sistema nuevo.
En vez de eso, Apple ha lanzado un iPhone X como su visión de futuro para los que quieren vivir esa experiencia ya mismo (o a partir de noviembre, más bien). Al mismo tiempo, el iPhone 8 y 8 Plus siguen estando a la venta con muchas de las funcionalidades del iPhone X pero con Touch ID (y el diseño reaprovechado del 2014).
Es interesante ver cómo, diez años después, Apple sigue haciendo apuestas que podrían provocar rechazo entre los usuarios y repercutir en sus ventas. Pero que, aún y todo, sigue adelante aceptando el riesgo.
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