A comienzos de año, Samsung lanzaba su Galaxy S8 como el primer teléfono en contar con conexión LTE Gigabit. Esta nueva tecnología llegaba al mercado para ofrecer mayores velocidades de descarga y subida de datos. Algo que inmediatamente puso el punto de mira en el iPhone X (conocido por aquel entonces como iPhone 8), que aún estaba a meses de su presentación.
La keynote vino y se fue, dejando la conectividad 4G de los nuevos iPhone mejorada pero sin alcanzar las velocidades máximas. Esto ha hecho que recientes rumores adquieran cierto peso a la hora de predecir la llegada del 4G Gigabit en los iPhone de 2018. Pero antes, repasemos un poco de historia.
El iPhone que trajo velocidades 4G
En 2011, Apple presentaba el iPhone 4s. Una de las principales novedades que se esperaban era si este terminal daría el salto a la conectividad 4G o LTE que otros competidores estaban lanzando. Estos smartphones utilizaban la conectividad 4G como elemento diferenciador de su propuesta frente al iPhone, como el Motorola Droid de ese mismo año.
Como es lógico, tras la presentación del iPhone 4s la competencia se ensañó con la ausencia de conectividad 4G en el nuevo terminal de Apple. Las razones de que el iPhone 4s no tuviera aún esta tecnología se pueden resumir en estas:
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La cobertura 4G no se había desplegado aún en numerosos mercados. En EEUU sólo Sprint lideraba los esfuerzos mientras los demás operadores consideraban sus opciones. Europa se encontraba fragmentada y sin haber iniciado ni siquiera el reparto de licencias.
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Los chips necesarios para manejar la conectividad 4G no eran demasiado eficientes. El consumo de batería era significativo. Como curiosidad, aún hoy en día podemos ver el aviso sobre su impacto en la autonomía cuando encendemos el 4G en un iPhone.
Tecnología inmadura unida a una falta de despliegue de antenas de telefonía capaces de soportar la conectividad 4G hubieran dado como resultado una experiencia pobre para el usuario. Apple prefirió esperar un año entero a que estos problemas se solucionaran por sí solos. Y así fue.
En 2012, Apple lanzaba el iPhone 5. Un iPhone con nuevo diseño, pantalla más grande y con conectividad 4G. Aunque en España tuvimos que esperar un año más hasta que los operadores de telefonía empezaron a ofrecerla. Para entonces, EEUU y parte de Europa ya se habían subido al carro LTE.
Un iPhone con LTE Gigabit en 2018
Los iPhone X, iPhone 8 Plus y iPhone 8 traen bajo el brazo un LTE de categoría 12, con soporte para velocidades de 600/150Mbps. De acuerdo con esta tabla de nuestros compañeros de Xataka Móvil, esta categoría está por detrás de la que monta el Samsung Galaxy S8, que es la 16. Esto les permite unas velocidades de bajada de 1.000/150 Mbps, de ahí que su nombre sea LTE Gigabit.
Este es uno de los únicos puntos significativos en los que el Galaxy supera al iPhone de este año (donde recordemos que el iPhone 7 Plus superaba al Galaxy S8). Aunque la realidad es que las redes capaces de dar estas velocidades están muy restringidas a algunos núcleos urbanos en EEUU y en España aún no hay novedades al respecto. Eso sí, las operadoras de todo el mundo están preparándose para su despliegue el año próximo.
Al mismo tiempo, se están sucediendo varios rumores que ponen de manifiesto el interés de Apple en esta tecnología. En la actualidad, los iPhone montan chips de Intel y Qualcomm para su módem, aunque mantiene una batalla legal con esta última. Motivo por el que se rumorea que abandonará a Qualcomm el año que viene en favor de Intel y Mediatek.
Ahora, el famoso filtrador de noticias Ming-Chi Kuo afirma que veremos un LTE mucho más veloz en los iPhone de 2018, que podría ser LTE Gigabit. Algo que se une a la posibilidad de que veamos iPhone X de nuevos tamaños y dimensiones el año que viene. Un momento más adecuado para la utilización de esta tecnología, ya que se espera un despliegue más intenso el año próximo.
Las ventajas de tener mayor velocidad de transmisión de datos no sólo se reducen al tiempo de espera para consumir contenido (web, fotos, vídeos en alta resolución), sino que tiene un impacto directo en la batería del dispositivo. Cuanto antes se descarguen los datos, antes se apagará el envío y recepción de los mismos suponiendo un ahorro de energía.
El año que viene parece ser el candidato para la llegada del Gigabit LTE en el iPhone, aunque para entonces estaremos a 1 o 2 años de distancia del 5G comercial. Un futuro para el que parece que Apple ya cuenta con Intel.
En Applesfera | Por si había dudas: el benchmark del iPhone X arrasa a la competencia.
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