Como decían en cierta campaña publicitaria del pasado, la potencia sin control no sirve para nada. Eso, trasladado al mercado de smartphones, puede aplicarse a cualquier cifra cruda que den las especificaciones de un terminal. Apple ya lo ha demostrado varias veces con los megapíxeles de su cámara, o con la memoria RAM.
Más megapíxeles no hacen una mejor cámara, más RAM no hace a un dispositivo más rápido. Y ahora el cofundador de Stack Overflow Jeff Atwood demuestra en un tuit que una batería con más mAh no ofrece más duración en cada carga. Todo depende de lo optimizado que esté el dispositivo, y el iPhone parece ser el mejor en este ámbito.
Batería pequeña pero matona
if the iPhone 7 had a 3200 mAh battery it would *destroy* every Android device in real world battery life. Utter obliteration. pic.twitter.com/WsCpAjXv4U
— Jeff Atwood (@codinghorror) 4 de julio de 2017
Atwood ha tuiteado el gráfico que podéis ver aquí arriba, realizado por AnandTech, en el que se observa cómo el iPhone 7 es el que menos tiempo de navegación web puede dar: 9,22 horas con su batería de 1960 mAh. El que más es el Huawei Honor de 3340 mAh, que da 13,91 horas de navegación web.
Pero claro, hay que pensar en la diferencia de mAh de cada batería. ¿Qué ocurriría si la del iPhone tuviera los 3200 mAh que tiene el Huawei P10? Atwood estima que hablaríamos de 15 horas de navegación web:
by my calculations the iPhone 7 would deliver just over 15 hours of real world battery life with a modest 3200 mAh battery.
— Jeff Atwood (@codinghorror) 4 de julio de 2017
La propia diferencia entre el Huawei P10 y el 10 Plus nos lo demuestra: la batería del segundo tiene más mAh que el primero y dura menos que el primero ¿Por qué ocurre esto? Son varios factores, empezando por la diferencia de consumo que tendrán sus componentes (una pantalla mayor consume mucho más, cosa que me hace pensar en qué posición tendría en ese gráfico el iPhone 7 Plus).
Rozando el límite de la eficiencia con las baterías actuales
Pero lo que cuenta más aquí es el nivel de optimización que hay entre el software y el hardware del iPhone. Si controlas todos los aspectos del sistema puedes ser capaz de exprimir al máximo la energía que cede, ergo puedes usar una batería con menos potencia para ofrecer el mismo rendimiento. Y eso, a su vez, permite fabricar el iPhone más fino y ligero.
Aunque, todo sea dicho, llevamos tres generaciones de iPhone en el que su grosor incluso ha llegado a aumentar algunas fracciones de milímetro. ¿Hemos llegado ya al mínimo exponente en delgadez? De momento sólo se pueden hacer dos cosas: o se hace la placa base más pequeña para que quepa más batería en el iPhone, o se revolucionan esas baterías con una nueva tecnología. Parece que está más cerca lo primero que lo segundo.
Imágenes | Jeff Keyzer, Andy Armstrong
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