La evolución de la cámara del iPhone desde el modelo original hasta el iPhone 5

Aunque sobre el papel parecía que la única mejora que el iPhone 5 suponía frente al iPhone 4S en términos de calidad fotográfica era el nuevo cristal de zafiro de su revestimiento exterior, más duro y resistente a los arañazos, la comparativa que encontraréis a continuación de las seis generaciones del teléfono de la manzana vuelve a demostrarnos que hay mucho más.

Todas las fotografías se han tomado utilizando la aplicación Camera+ en cada uno de los modelos del teléfono, desde el iPhone original al iPhone 5 pasando por el 3G, 3GS, 4 y 4S, y bajo tres situaciones diferentes: un paisaje urbano para poner a prueba la nitidez y saturación de color, una fotografía macro realizada a la luz de una vela para probar el ruido, y por último otra fotografía macro esta vez con buena iluminación, para comprobar el detalle y calidad general de las cámaras.

Juzgad por vosotros mismos pero para mi desde luego, la evolución ha sido más que notable y viene confirmada por mi experiencia personal. Las fotografías del iPhone 3G, el primer modelo que se comercializó en España y el primero que tuve, eran prácticamente inútiles. Mi salto al iPhone 4 fue más que satisfactorio pero seguí limitando el uso de la cámara a ocasiones muy puntuales. Nada que ver con lo que hago ahora con el iPhone 5, a todos los efectos la cámara compacta que nunca tuve (mientras esperaba que las compañías lanzasen una que me satisfaciera) y fiel compañera para todas las ocasiones en las que llevar o sacar la réflex no es una opción.

Por supuesto sigue existiendo margen de mejora, y se espera que la séptima generación que con toda probabilidad se presentará después del verano dará un salto aún mayor al frente (algo que hasta ahora siempre ha acompañado a los modelos S).