iPhone 13 Pro y iPhone 13 Pro Max, análisis: súper iPhone

Todo nuevo producto parte siempre de una pregunta sobre su propio concepto. El objetivo mismo del nuevo diseño y un propósito como herramienta al usuario. En el caso de Apple, imagino el primer briefing de cada generación. "¿Qué es un iPhone?" - o mejor aún - "¿Qué hace a un iPhone ser un iPhone?". Esta pregunta que años tras años nos responde Apple no parte de la disección de su tecnología: no es un compendio de chips, pantalla y algunos botones, que podrían haber dado lugar a un iPhone o a cualquier otro dispositivo similar.

La tecnología, hoy en día, debe responder a la pregunta sobre el objetivo del producto como tal y además, ofrecer nuevas posibilidades al usuario en el día a día. En el caso de los iPhone, yo diría desde que Apple comenzó a fabricar la gama Plus con el iPhone 6, la respuesta tenía una base clara: la esencia del iPhone como producto debía estar en todas las versiones, las cuales sólo se diferenciarían en factores de tamaño y forma, pero pivotando siempre en lo que buscamos en un iPhone.

La llegada en la generación anterior de cuatro versiones del iPhone 12 dejaba clara las intenciones de Apple: concentrar en cada contenedor los cambios y mejoras de la generación pero aportando ciertos puntos de decisión al usuario para elegir un modelo u otro - prácticamente un tamaño u otro. Esto ayuda a alinear aún más nuestro dispositivo con nuestro día a día, si no necesitamos las mejoras en las cámaras de fotos, o preferimos más batería.

Los iPhone 13 fueron toda una sorpresa en la keynote porque pasaron desapercibidos. Apple explicó claramente todas sus características en el Apple Event pero el uso cotidiano y las capacidades en nuestro día a día es lo que de nuevo entendemos que la compañía quería responder a la pregunta "¿Qué hace a un iPhone, un iPhone?", convirtiéndose en los primeros días desde que está a la venta en la auténtica sorpresa del evento. No es para menos: es más iPhone que nunca.

iPhone 13 Pro y iPhone 13 Pro Max, un skyline revisado

Curiosamente, lo que mejor puede definir este nuevo iPhone es precisamente lo que lo hizo pasar desapercibido: en una primera mirada, el diseño parece idéntico a la generación anterior... pero los detalles son los que marcan la diferencia. Por fuera, contamos con el mismo diseño cuadrado, con bordes rectos que definió el iPhone 12: la estructura de acero inoxidable funcionó muy bien en la generación anterior - yo llevo el iPhone sin funda (aunque siempre con cuidado) y no he tenido ni un rayón en este último año. La superficie de este marco que rodea la estructura del teléfono es de tipo espejo y baja un poco el tono del color que hayamos escogido para el iPhone.

En esta generación, Apple ha escogido los tonos pastel con el azul alpino como color insignia de los iPhone 13 Pro (el que del modelo que estamos analizando). Sin duda, uno de los más bonitos de los últimos años - con permiso del "verde noche" del iPhone 11 Pro - que en persona luce espectacular: como siempre, es la incidencia de la luz contra el cuerpo del dispositivo el que marcará el tono. En ocasiones nos parecerá más plata, en otras, un azul más marcado sin llegar a llamar la atención por su sobriedad. Para el resto de colores, encontramos el grafito, plata y una versión oro prácticamente idéntica al que conocimos con el iPhone 12 Pro.

La parte delantera sigue contando con el acabado Ceramic Shield para hacer que el cristal frontal sea muy resistente sobre todo a caídas. Para ello, Apple nos cuenta que se han aplicado cristales nanocerámicos en la composición del vidrio, cuyo objetivo es aumentar la resistencia de la estructura. La parte trasera sigue teniendo el tacto ligeramente rugoso a excepción del logo de la compañía, que tiene un acabado más reflectante.

En peso, sobre el papel las características técnicas nos dicen que es algo más de quince gramos más pesado que la generación anterior, aunque incluso sopesando ambos teléfonos en dos manos es difícil notar ninguna diferencia. Si estáis acostumbrados a un Pro Max, en este aspecto el iPhone no os parecerá más incómodo ni más pesado - y la apariencia como hemos visto continúa con el diseño anterior.

Los cambios, cuando comenzamos a fijarnos, comienzan por el cuadro de cámaras traseras, cuyos objetivos ahora son más grandes al contar con objetivos de mayor tamaño, aunque la disposición de las tres cámaras es idéntica. El otro gran cambio lo vemos cuando encendemos la pantalla: por fin el notch es visiblemente más pequeño, gracias al rediseño de las cámaras frontales TrueDepth aunque en la práctica iOS 15 no ha aprovechado este pequeño espacio extra de ninguna forma: continuaremos viendo el texto del operador y los mismos iconos de cobertura, WiFi y batería sin opción a mostrar por ejemplo el porcentaje en esta última. El motivo de este cambio, más que estético, se debe a la nueva generación de las cámaras frontales de las que hablaremos más adelante.

Una pequeña diferencia en esta zona es el altavoz en forma de hendidura horizontal, que ahora parece salir del marco de las cámaras TrueDepth y pega en el borde superior del teléfono, siendo parte prácticamente de los bordes sin pantalla del iPhone. En el iPhone 13 es algunos milímetros más grande, pero se comporta en potencia y volumen de sonido prácticamente con el iPhone 12. Lo interesante de esta nueva localización es que parece que ya tengan preparado este cambio de cara a futuros proyectos con un "notch" mucho más reducido - o completamente eliminado.

Se mantienen las mismas capacidades MagSafe, siendo compatibles con todos los accesorios que ya existen, y funcionando de la misma forma. Acompañando al lanzamiento del iPhone 13, Apple ha actualizado la billetera de piel MagSafe a la que ha incluido un chip NFC. Gracias a ello, si la cartera se desprende del teléfono, el iPhone es capaz de detectarlo y avisar al usuario con una vibración determinada, además de localizar el lugar exacto dentro de la aplicación Buscar. Este accesorio (como todos los que ahora mismo llevan el logotipo MagSafe) es compatible de forma indistinta con los iPhone 12 y los iPhone 13, en cualquiera de sus versiones.

iPhone 13 Pro: superpoderes en las cámaras

Si algo destaca de esta nueva generación es el rediseño de las cámaras y las mejoras que aporta a la fotografía computacional, con respecto a lo que ya hemos visto en el iPhone 12. Ambos modelos Pro son idénticos en este sentido: es decir, comparten exactamente el mismo módulo de cámaras, tanto si optamos por el Pro como si compramos el Pro Max (en los 12 Pro había pequeñas diferencias, por ejemplo, en la apertura de la cámara teleobjetivo).

Sin embargo, todo es distinto en el iPhone 13. La cámara teleobjetivo de esta generación tiene lente de aproximación de 77mm, capaz de obtener unas fotos macro realmente impactantes, sobre todo pensando que lo monta un dispositivo que llevamos en el bolsillo. La elección de este modo es totalmente automático: no hay que pulsar ninguna opción o entrar en algún modo en concreto. Simplemente acercando - mucho - las cámaras del iPhone 13 a cualquier objeto, veremos como se activa progresivamente el modo macro (se podrá desactivar manualmente más adelante en próximas revisiones de iOS 15). El resultado son imágenes tan espectaculares como éstas:

Como veis en la imagen anterior, cualquier objeto cotidiano se convierte casi en un paisaje de otro mundo - es muy curioso si queremos por ejemplo hacer fotografía de naturaleza en macro o incluso revisar cómo están hechas algunas de las cosas del día a día, por ejemplo, el logo de Apple en esta gorra:

Más allá de la propia curiosidad o utilidad que nos aporta este modo, en los últimos días estoy viendo usos muy prácticos incluso a niveles que quizás no podíamos haber anticipado antes. El pasado 29 de septiembre, una noticia en 9to5Mac nos contaba que un doctor en EEUU estaba utilizando el modo macro para comprobar el estado de salud de un paciente tras haber tenido una operación de trasplante de córnea. Curiosamente, al mencionarlo en mi Twitter, obtuve algunas respuestas interesantes, como la de Fede Palacios:

Yo soy óptico optometrista y estamos usando mi 13 Pro Max para grabar en video 4k y hacer fotos en modo macro también del seguimiento de las adaptaciones de lentes de contacto de ortoqueratología, y es una barbaridad la calidad y lo que nos facilita el trabajo.

— Fede Palacios (@fdpalazes) September 30, 2021

El iPhone está lejos de ser una herramienta médica, pero la calidad y capacidad de sus cámaras puede ayudarnos en el día a día más allá de obtener unas instantáneas espectaculares o ser un profesional de la fotografía. Por ejemplo, Héctor Caparrós me comentaba que él lo utilizaba para guiar a los técnicos en las instalaciones de redes en España, desde Kansas, utilizando solo un iPhone con FaceTime. "Si ya la calidad daba para ver fallos, ahora veré mucho mejor la calidad de los crimpados."

La cámara teleobjetivo además ha mejorado su zoom óptico hasta 3x. Si leéis las especificaciones de Apple, ellos mencionan un rango de zoom óptico de 6x, pero que no os confunda: ello se refiere a la distancia entre el gran angular y este teleobjetivo (que son seis aumentos en total), aunque desde el 1x de la cámara principal son realmente 3x. Las mejoras en el zoom consigue una visualización espectacular, en la que yo destacaría sobre todo la gran capacidad de encuadre.

La cámara gran angular cuenta con una nueva apertura de ƒ/1.5 y se combina con un nuevo sensor de 1.9μm píxeles, el más grande que ha tenido un iPhone hasta la fecha. En la práctica, la mejora es que captura mucho mejor la luz y esto permite tomas con mejor contraste entre luces altas y sombras muy marcadas. Como comentaba al principio, en esta generación se desdibujan las diferencias entre el Pro y el Pro Max, con lo que el iPhone 13 Pro también tiene la misma estabilización óptica en el sensor (OIS) que ya tenía anteriormente sólo el iPhone 12 Pro Max, y que por supuesto también incluye el iPhone 13 Pro Max. El resultado son imágenes claras y más fácil de tomarlas con la nueva estabilización, en condiciones incluso de muy baja luminosidad.

Una de las cámaras que más llamó la atención con el iPhone 11 fue la ultra gran angular: una nueva forma de tomar fotografías con más campo de visión y una estabilización espectacular en vídeo. El iPhone 13 Pro también amplía el sensor en este objetivo hasta un ƒ/1.8 - con autofocus - y mejor hasta un 92% la captura de luz. Al igual que en la cámara gran angular, esto nos permite tomas amplias con un buen contraste entre zonas de luz y sombras, con colores más vivos y más detalladas, manteniendo los 120º de campo de visión.

Los cambios en las cámaras también van acompañadas como no podría ser otra forma de las mejoras en el nuevo chip A15 Bionic. Combinando las nuevas ópticas y las mejoras en el rendimiento gráfico, Apple nos ofrece un nuevo "modo cine" espectacular que se ha convertido en todo un estandarte de las capacidad de los nuevos iPhone 13: los vídeos grabados en este modo permiten capturar de forma automática la profundidad de campo, utilizando la inteligencia artificial y los 16 núcleos del nuevo Neural Engine para detectar cuando una cara, persona u objeto salen del foco principal, enfocando a quien mire a pantalla en ese momento o al fondo y si el objeto principal desaparece del plano.

Uno de las grandes sorpresas de este "modo cine" es que se nos permite la edición de la profundidad durante la grabación, pero también después de haberla tomado, directamente desde el propio iPhone 13 Pro (ambas versiones incluyen exactamente el mismo modo, el Pro y el Pro Max). Además, podemos grabar este modo cine incluso en Dolby Vision HDR, utilizando de nuevo toda la potencia del nuevo chip A15 de Apple.

Las mejoras en el A15 no sólo corresponden a la fuerza bruta que veremos más adelante: también a los nuevos codificadores avanzados de vídeo, que suplementan la potencia del procesador gráfico. Esto es un punto importante ya que los números de los test sintéticos pueden no reflejar la potencia real del propio A15, ya que en cada caso de uso se podrían utilizar de una forma no lineal. Con todas estas mejoras, los Pro y los Pro Max ofrecerán la capacidad de utilizar formato de vídeo ProRes, un formato de intercambio de vídeo profesional.

Como curiosidad, sólo los modelos con más de 128GB podrán utilizar este formato a 4K y 30fps directamente en la app de cámara, debido a que la velocidad de lectura y escritura del subsistema de almacenamiento Flash es más rápido en los modelos con más capacidad. En el modelo de 128GB, se podrá utilizar video ProRes con una resolución de 1080p y 30fps, aunque esta funcionalidad aún no está disponible: Apple actualizará iOS 15 este otoño para añadir esta nueva funcionalidad a los iPhone 13 Pro y Pro Max.

Las mejoras en las cámaras también se extienden a la cámara TrueDepth frontal, de 12MP, que incorpora también el modo cine, Smart HDR 4 (que permite identificar a las personas de en una sola toma de forma individual, gestionando el color, contraste y la luz para cada uno de ellos) así como la grabación de vídeo 4K HDR con Dolby Vision de hasta 60fps. La calidad en condiciones de baja luminosidad también se ha mejorado, aunque hecho en falta el añadir la capacidad de encuadre inteligente Center Stage que en esta keynote Apple incluyó en el iPad (2021) y iPad mini, ahora que las videoconferencias están más vivas que nunca también en el propio iPhone.

Super Retina XDR con ProMotion: así funciona en iPhone 13 Pro

La pantalla es sigue siendo la espectacular Super Retina XDR que ya conocíamos de la generación anterior, pero ahora cuenta con ProMotion: es decir, el refresco de pantalla es capaz de adaptarse de forma inteligente desde los 10Hz hasta los 120Hz. Esta implementación es distinta a la de otros fabricantes, donde esta frecuencia de refresco puede ser controlada por cada app de forma independiente, o forzada por el usuario.

En iOS 15, es el sistema operativo quien gobierna este ajuste, y el que le dice a la pantalla en que refresco debe de situarse según el contenido que se muestra por pantalla. Esto nos dará la sensación de que todo va más suave siempre, pero sólo se activará de forma efectiva cuando necesitemos este aumento en refresco ya que hay mucho movimiento de la imagen en pantalla. Para poder analizar el comportamiento real del día a día, he hecho un muestreo de diversas apps con una herramienta de perfilado que he conectado al iPhone 13 Pro Max (sería idéntico en iPhone 13 Pro). Veamos cada caso.

Comenzamos por uno de los últimos juegos disponibles en Apple Arcade, Lego Star Wars Battles, un juego de estrategia en 3D de la popular saga galáctica. Como veis en el estudio de la captura (fijándonos siempre en la primera franja "FPS" que es lo que nos interesa), la frecuencia de refresco se mantiene a unos 30 o 40 hps, dependiendo por ejemplo del juego principal - donde la linea se queda más plana en 30 fps - o cuando desplegamos alguna opción de menú que hace cambiar la pantalla completa, donde sube hasta los 40 fps aproximadamente para ganar algo de suavidad ahí.

Probemos con otro juego más movido: Asphalt 9, un juego de frenéticas carreras en 3D con gran carga gráfica. Si os fijáis en la gráfica, los picos hasta 0:20 son debidos a los diversos menús previos del juego (llegando hasta los 60 fps), mientras que el juego como tal se desarrolla en unos 30 fps. Un número muy similar al del Lego Star Wars Battles, pero con una diferencia: en los momentos del juego donde pulsamos "nitro", es decir, aceleración a toda velocidad, la tasa de refresco se incrementa sólo en esos momentos hasta los 60 fps. Aquí ya podemos sacar una conclusión: ProMotion se reserva mucho durante los juegos que requieren gran carga gráfica para ahorrar batería, y sólo activan modos de refresco más altos si es estrictamente necesario.

Ahora pasemos a una aplicación más del día a día: una app bancaria. A primera vista, la app roza los 120 fps, y en algunos momentos baja hasta los 25. Los picos son debidos al desplazamiento rápido por la lista de movimientos, con lo que va cambiando toda la pantalla, y los valles es cuando entramos en algún menú de opciones o desplazamos alguna parte de la app de forma horizontal (como la selección de cuentas, por ejemplo).

Pasemos a Netflix. Picos habituales mientras nos movemos por los menús, pero durante la reproducción, una tasa de refresco constante a 25 fps. Los picos puntuales que veis en ella es cuando se activa el menú superior de subtítulos y audio, o se sobreimpresiona algo en pantalla.

Probemos la app de Google para iOS: el comportamiento es muy similar a la app bancaria, gran aumento del refresco hasta los 120 fps en algunos momentos cuando nos desplazamos muy rápido por ejemplo entre la lista de temas de Discover. En este caso, como esta lista tiene más elementos gráficos que la lista de movimientos bancarios que prácticamente es texto, iOS le otorga más velocidad. Los valles son los instantes donde configuramos alguna opción o entramos en algún enlace.

Con lo que hemos visto, ya podríamos anticipar como se va a comportar una app como Instagram: una lista con movimiento vertical con gran carga gráfica, roza los 120 fps (la parte de la gráfica que llega hasta 0:40). Si entramos en el detalle de alguna foto o vídeo, se bajará la tasa de refresco hasta aproximadamente la mitad (siempre dependiendo de forma dinámica del contenido, recordemos).

Probemos alguna de las apps de Apple para iOS, para revisar si se comportan de forma distinta. Con Mail, el comportamiento es idéntico: picos cuando nos desplazamos por la lista de mails y valles cuando entramos en alguno de ellos para revisarlos. Si aumentamos la velocidad del desplazamiento por la lista de emails (o alguna de las listas que hemos visto en los ejemplos anteriores) y lo mantenemos así unos segundos, iOS sube los fps.

¿Y cómo se comporta en el propio escritorio de apps de iOS? En la gráfica superior, veréis una zona marcada con un cuadrado: ese es justo el momento en el que salgo de un juego y vuelvo al escritorio. De nuevo, los picos corresponden al desplazamiento horizontal entre las distintas pantallas de iconos, y los valle cuando dejamos la pantalla estática.

La sensación al usuario es que siempre está activado, ya que el efecto se nota cuando hay más carga gráfica en pantalla o nos desplazamos por elementos complejos de la interfaz. Esta gestión inteligente por parte de iOS sirve para contener el consumo de energía en esta funcionalidad - que consume muchísima - aunque también podemos desactivarlo por completo desde el menú de Preferencias, si así lo deseamos.

Además, la pantalla Super Retina XDR en estos nuevos iPhone 13 Pro y iPhone 13 Pro Max mejora el brillo en exteriores hasta los 1000 nits, manteniendo los 1200 nits de pico cuando reproducimos contenido HDR (tanto vídeos como fotos).

Revisando el nivel de calentamiento del iPhone 13 después del uso con tests de rendimiento, observamos que se alcanzan los 37,3º - siempre con pruebas que implican tener la pantalla encendida al 100%, y después de la ejecución de benchmarks complejos. Un valor bastante normal después de un uso intensivo y que no molesta en mano ya que son picos puntuales.

Si forzamos un poco más el procesador, dejando una demostración de un juevo como Asphalt 9 durante varias horas, vemos que se alcanzan valores superiores de calor (un máximo de 43,2º en mis pruebas), que se alcanzaron justo en el momento de la medición y que hace que el calor se note en mano pero que por supuesto se pueda utilizar sin problemas.

Chip A15, paso firme

La renovación del corazón del iPhone se presenta en esta generación como una mejora importante sobre todo en las capacidades gráficas: Tiene un núcleo más de GPU que el A14 (pasando de 4 a 5 núcleos gráficos), y cuenta - como ya hemos comentado - con un nuevo codificador y descodificador de vídeo que sirve como apoyo al procesador principal y que nos dará más potencia incluso que la que podamos obtener como referencia en los tests sintéticos.

Para medir el incremento lineal con respecto a la generación anterior, utilizaremos Geekbench Pro 5, donde podremos comparar de forma numérica el incremento de potencia. Estos han sido los resultados:

Como veis, obtenemos 1722 como puntuación mononúcleo y 4760 respecto al rendimiento multinucleo. Recordando los valores que obtuvimos el año pasado con el iPhone 12 Pro Max (1591 y 4091), obtenemos una mejora lineal de entre un 10% y un 15% en potencia bruta. Sin embargo, recordemos la ayuda del descodificador que acelera procesos de renderización, exportación y edición de vídeos, además del incremento hasta 5 núcleos de GPU. La mejora aquí es más que evidente comparándolo con las generaciones anteriores:

Como veis, los 13846 puntos sitúan estos iPhone 13 Pro alrededor de un 33% más rápidos que los iPhone 12 Pro, ya no tanto por la potencia bruta sino por utilizar un núcleo más de GPU. Como todos los valores sintéticos sólo se deben tener en cuenta para contextualizar la generación, como comentaba el uso en el día a día puede ser incluso mejor gracias a los nuevos codificadores gráficos y el uso del Machine Learning con los 16 núcleos del Neura Engine dedicados a tareas específicas.

El auténtico salto es en la mejora de la batería de estos modelos. Utilizando la combinación de núcleos de eficiencia y potencia de forma inteligente, y con un rediseño físico de la batería de cada modelo (ahora es más grande) la mejora en el día a día es más que evidente. El iPhone 13 Pro consigue llegar al final del día con un 23% de carga aproximada, después de haberlo utilizado con apps como Outlook, Teams, Slack, Safari, Apple Music, Apple Maps, OneNote y algún visionado esporádico de video en YouTube.

En el iPhone 13 Pro Max conseguimos acabar el día con más del 34% de carga, utilizando de forma intensiva durante todo el día y añadiendo a los apps anteriores la captura de fotografías y algún vídeo. Siempre con el brillo al 70% (en exteriores al 100%). Si hacemos un uso menos intensivo (lo traté de forzar manteniendo la pantalla encendida entre 7 y 8 horas), perfectamente podremos utilizarlo durante dos días de la forma en la que lo utilizamos habitualmente.

El iPhone 13 Pro, más iPhone que nunca

Lo que parecía una actualización discreta se ha materializado en apuntalar cada una de las fortalezas del iPhone. Lo que hace a un iPhone, un iPhone. Una pantalla mejor, una batería mejor, unas cámaras mejores. Todo lo demás ya rondaba la excelencia, por lo que quienes busquen el iPhone definitivo - por el momento - aquí lo tienen: manteniendo los precios de la generación anterior, la gama iPhone 13 Pro comienza por 1159€ (+100€ si queremos un Pro Max).

Uno de los aciertos de este año ha sido la normalización por parejas: los iPhone 13 y iPhone 13 mini por un lado, y los iPhone 13 Pro y iPhone 13 Pro Max por otro. En este último caso, ambos modelos son idénticos en todos los sentidos, excepto en pantalla y por supuesto en autonomía - ayudándonos a elegir cual es el que más nos conviene según nuestro tipo de uso, pero sin dejar ninguna funcionalidad "Pro" fuera.

El propio concepto que Apple nos lleva explicando desde 2007 sigue más vigente que nunca: Apple busca ser relevante en lo que el iPhone hace bien, y trata de ponerlo fácil y accesible al usuario. Estos modelos Pro sirven tanto para el profesional del audio o vídeo como para el usuario que busca simplemente mejorar sus instantáneas: una muy buena concentración de tecnología para conseguir que seamos creativos,  una herramienta potente y cada vez más madura. Si hay un año para elegir un modelo Pro, esta generación lo merece, sin duda.