Análisis iPhone 7 Plus, el futuro anticipado

Apple ha planteado el nuevo iPhone para este año con una clara premisa: convertirse en el mejor iPhone que jamás han fabricado. Puede parecer un planteamiento de marketing, pero va mucho más allá: la competencia lleva años intentándolo y la compañía de Cupertino sigue siendo la referencia. No se trata de ir más rápido, sino de ver qué se puede hacer con esa velocidad extra. No es cuestión de mejorar la tecnología háptica, sino de integrarla dentro del uso diario. No es ser más que nadie, sino mejor que uno mismo.

El objetivo de crear el iPhone no era dar lugar una nueva familia de dispositivos, o el comienzo de una carrera de modelos a lo largo del tiempo. Steve Jobs quería presentar una idea, y quería que fuera una evolución constante. Era un concepto propio - incluso podría considerarse una apuesta personal - conseguir que todos llevásemos en el bolsillo un pequeño ordenador basado en la experiencia diferente que Apple tiene como distintivo. Era una combinación de muchas cosas, hardware y software, pero también de sensaciones, de aires de cambio y de pensar que las cosas se podían hacer de otra forma. Y mejor.

Evolucionar para ser mejor es más complicado de lo que parece. Lo sencillo es disfrazar este espíritu de mejora con características interesantes a primera vista, pero mal implementadas para el uso cotidiano. La idea de llamar la atención y de variar el concepto cada año, no entra en los planes de Apple. La sensación de que la compañía trabaja con una idea y la mejora cada año se acentúa en esta ocasión con el iPhone 7, un terminal que solamente podía construir Apple, y la única que puede permitirse lanzar algo que pesar de no ser llamativo, se convierta en el modelo a batir. Mejor que nunca.

Un diseño conocido puesto al día

Si nos fijamos en la competencia, prácticamente encontraremos de todo. Cualquier forma, tamaño y disposición está disponible en un amplio rango de marcas, pero para que Apple se embarque en una aventura así, todavía quedaba mucho por hacer. El diseño de referencia que estrenamos con el iPhone 6 se pone mínimamente al día con una nueva construcción Unibody que ahora incluye incluso el hueco de la cámara. Esto significa que se ha construido puliendo un mismo bloque de Aluminio de serie 7000, lo que da un aspecto consistente y compacto a este aspecto tan familiar que ya conocemos.

La nueva disposición de las antenas en este modelo - que no varía un ápice la cobertura respecto al modelo anterior - y las dos nuevas cámaras traseras cambian ligeramente el aspecto al que estamos acostumbrados. Los dos nuevos colores (negro brillante y negro mate) ayudan a darnos la sensación de estar ante algo nuevo, y es por lo que entendemos que Apple no ha querido cambiar un diseño cómodo, conocido y perfecto para continuar con el icono en el que ya se ha convertido el iPhone. Variarlo manteniendo la imagen frontal, sólo para hacerlo más delgado, tampoco tendría mucho sentido. Si la compañía quiere una renovación completa, habría que eliminar cosas del teléfono que hoy en día pueden seguir funcionando muy bien, por lo que hay que llevar este recipiente al límite como veremos. Esa es el concepto base de este iPhone 7.

En mano el nuevo modelo parece mejor perfilado que el iPhone 6s, al menos por los bordes de la pantalla. El material tiene un buen agarre en mano y no resbala - ni siquiera el Jet Black lo hace - con lo que podemos estar tranquilos a pesar de ser el modelo Plus de 5,5". El pulido especial del aluminio en el Jet Black le otorgan esa apariencia distintiva que recuerda al plástico en una primera impresión pero que se aleja bastante al manejarlo. El modelo que estamos analizando, el negro mate, le da una apariencia más sobria, destacando la forma completa de su diseño, como si todo fuera una única pieza, cristal y aluminio. El aspecto es sereno, robusto y da cierta sensación de evolución y madurez. Si alguien de 2007 viera este iPhone, entendería la transición como un proceso de maduración, que es sin duda es lo que Apple quiere transmitir.

Cada milímetro cuenta: adiós al jack de audio

A nadie sorprenderá a estas alturas conocer que este iPhone no cuenta con conector de auriculares. Los cables están pasando a la historia, y es una guerra que Apple lleva luchando desde que Steve Jobs presentara el primer iBook con tarjeta inalámbrica Airport, allá por 1999. La comunicación entre dispositivos sin cables es sin duda un indicador valiente: consiste en dejar atrás además ciertas formas de uso con las que estamos acostumbrados a convivir, y sin duda uno de los más conocidos por todos - prácticamente desde toda nuestra vida - son los auriculares.

En muchos aspectos recuerda a aquel primer iMac sin disquetera, el primer MacBook Air sin DVD o incluso el dejar atrás Flash con el iPhone original. Todas estas decisiones no se toman para forzar al consumidor a cambiar de hábitos, sino para conseguir introducir una tecnología más útil para el usuario. En muchos aspectos, a quien se fuerza al resto de la industria a seguir un camino que - por poca valentía o pura comodidad - no toman, o no tienen el suficiente empuje como para llamar la atención. Por ejemplo, Apple no es la primera marca que elimina el puerto de auriculares, pero si es la primera vez que se abre el debate con la intensidad que tenemos ahora.

En la caja del iPhone 7 Plus - en el iPhone 7 también - nos encontraremos con los conocidos auriculares EarPods, pero esta vez con conexión Lighting. El funcionamiento y el sonido es idéntico a los tradicionales. Los nuevos iPhone también incluyen un adaptador para conectar al puerto Lightning unos auriculares con el conector jack de 3,5mm, incluyendo su propio convertidor de digital a analógico (DAC) que los propios EarPods. Con él, podremos utilizar cualquier auricular con este tipo de conectar, funcionando también los controles a distancia y el micrófono en caso de que dispongan de ellos.

El secreto mejor guardado del iPhone 7: el nuevo Taptic Engine

Con la llegada del iPhone en 2007, disfrutamos al fin de una interfaz multitáctil intuitiva, potente y rápida - mucho más avanzada que todo lo que existía en la época. Con ella, entramos en una nueva relación con la aplicaciones y es la interfaz de usuario que ha definido el devenir de la tecnología móvil en los últimos nueve años. Sin embargo, perdimos la posibilidad de "tocar" las teclas, los controles. Esa sensación de tacto se ha tratado de conseguir con métodos tan rudimentarios como teclados de plástico sobre la pantalla táctil, o en otras marcas, motores de vibración que reaccionan cuando pasamos el dedo por encima de algún control.

Todo esto queda atrás con uno de los secretos mejor guardados del iPhone 7: el nuevo Taptic Engine - que por cierto ocupa el lugar del eliminado puerto de auriculares. No es un motor de vibración al uso, ya que en esta nueva generación es mucho más preciso, con más grados de respuesta y muchísimo más personalizable por los desarrolladores - que ya tienen la interfaz de programación en su poder - por lo que la apuesta de Apple va muy en serio con este tema. Combinado con el 3D Touch, la pantalla táctil de vuelve reactiva, nos "toca" a nosotros y permite hacernos llegar percepciones completamente intuitivas.

Por ejemplo, los selectores de meses, mientras los giras verás como te devuelven un ligero toque. Las imágenes, al reducirlas al máximo, nos avisan con otro - algo que inmediatamente reconocemos como algo natural: un motor háptico no sólo debe ser bueno por conseguir respuestas mediante el tacto, también debe conseguir que esas respuestas las pueda interpretar el receptor al combinarlas con lo que ve en la pantalla y lo que oye desde la interfaz, de forma que sean inmediatas, completas y naturales. El nuevo Taptic Engine va mucho más allá de lo que vimos en el iPhone 6s, y Apple ha hecho que toda la interfaz de iOS 10 lo utilice: el resultado es que el día a día o la navegación por él sea - todavía - más sencilla, cómoda y divertida que en cualquier otro iPhone que conozcamos. Sentimos el feedback de cada acción, mensaje o reacción de una forma que no habíamos visto - sentido - aún. Y no sólo lo va a utilizar Apple.

Con la apertura de la API - interfaz de programación - para desarrolladores, cualquiera puede aprovechar el potente nuevo Taptic Engine para añadirlo a su aplicaciones. En juegos, por ejemplo, conseguimos respuesta inmediata personalizada - y diferente - si lanzamos un misil, andamos por un corredor, o alguien nos ataque. En aplicaciones, será posible "sentir" teclas de un piano virtual, o botones que necesitan de algunas condiciones especiales. Aunque aún estamos lejos de "tocar virtualmente" las cuerdas de una guitarra en una pantalla táctil, esta aproximación de Apple es un grandísimo avance que entra dentro de las tecnologías que podrían definir las siguientes generaciones de sus dispositivos.

El mejor botón Home, aunque no sea real

Lo primero que probé en un iPhone 7 cuando acabó la keynote en San Francisco y pude acceder al primer contacto con los nuevos dispositivos, fue el botón Home. Nos habían contado en la presentación que ya no era un botón, sino que de nuevo el motor Taptic Engine era quien hace la "magia". Cuando lo pruebas por primera vez, te da una sensación muy similar al "click" emulado que ya pudimos ver en el nuevo MacBook Pro de 2015 con trackpad ForceTouch. El dispositivo nos devuelve un click que emula la pulsación, y sensorialmente para nosotros es como si "pulsáramos" algo.

En el iPhone, este nuevo motor háptico es más avanzado e incluso esta presión [se puede configurar a tres niveles] - yo soy del "3", por cierto - y sentimos como si realmente el botón "bajara" al presionarlo. En realidad, la carcasa es rígida, pero la respuesta precisa y coordinada del motor junto al sistema operativo nos permiten utilizarlo de la misma forma. En los primeros usos quizás nos resulta extraño el tipo de pulsación, pero en mi caso personal, os puedo decir que después de probarlo durante dos semanas, volver a un botón tradicional - como el de este iPad Pro en el que escribo - es lo que me resulta extraño ahora. El motor TouchID de segunda generación integrado en el teléfono es idéntico al que ya contaba el iPhone 6s, no hay cambios aquí, aunque no hacían falta: el reconocimiento de la huella sigue siendo igual de preciso y veloz que en el modelo anterior. Tanto, que los que lo hayáis usado a menudo incluso olvidaréis que lo tenéis protegido por huella, porque el acceso al escritorio es instantáneo.

También implica algún cambio en hechos cotidianos: por ejemplo, para forzar un reinicio del iPhone 7 no podemos utilizar ya la combinación de botón de encendido + botón home, al no ser un botón mecánico sino controlado por software. Para ello, ahora la nueva combinación de teclas es "botón de encendido + botón menos volumen" simultáneamente, hasta que veáis que se produce el reinicio. Con todo ello, en mi opinión el cambio y la implementación de este nuevo "botón" - que físicamente es idéntico al de teléfonos anteriores, con el diseño perfilado en el propio cuerpo Unibody - es otro de los grandes aciertos de este modelo, y quizás nos prepara para lo que futuras generaciones del iPhone nos puedan traer - o puedan dejar atrás: con esta combinación de Taptic Engine y 3D Touch, el botón puede integrarse perfectamente bajo la pantalla - aunque habría que resolver el tema del TouchID en ella. Sea como fuere, es la culminación de un diseño y el fruto de trabajo de todos estos años - y modelos.

Resistente al agua, por fin

Una de las mejoras que otros fabricantes ya estaban contando en sus modelos, es la resistencia al agua. Cuando comenzaron a llegar los primeros modelos, más allá de la anécdota, aún no era considerada una característica clave de los terminales. Hoy en día comienza a serlo si queremos utilizar nuestro teléfono en casi cualquier condición: y muchas de ellas incluyen ambientes de agua, polvo o arena. Este nuevo iPhone 7 ha conseguido reinventarse internamente para sellar su cuerpo y convertirlo en resistente al agua mediante la norma IP67. Esta certificación se refiere al grado de protección que un equipamiento eléctrico o electrónico puede resistir, y los clasifica mediante sus dos dígitos. La definición exacta de la norma internacional con la que es compatible este iPhone 7 es la siguiente:

• IP: Identifica el estándar, en inglés "Ingress Protection"
• Primer dígito, 6: Se califica así a los productos protegidos fuertemente contra el polvo y similares. Es efectivo en términos de que el polvo no puede entrar dentro del dispositivo bajo ninguna circunstancia.
• Segundo dígito, 7: Se califica así a los productos que además permiten una inmersión completa en agua, a 1 metro de profundidad, durante 30 minutos.

El uso práctico del dispositivos es que está protegido contra la entrada de polvo, arena y similares y además, es resistente al agua - pudiendo sumergirlo hasta 1 metro de profundidad como máximo. Es distinto por ejemplo a la certificación ISO 22810:2010 del Apple Watch Series 2, que lo convierte en sumergible hasta 50 metros. En las pruebas que he hecho al iPhone, incluso con pequeñas inmersiones domésticas - en un bol llevo de agua, bajo el grifo de la cocina - no he tenido absolutamente ningún problema con él, y después de ello he podido utilizarlo sin problema.

Sin embargo, no es posible controlar la pantalla táctil bajo el agua - no es sumergible, recordemos - con lo que no podremos controlar el sistema operativo bajo el agua, ya que la pantalla capacitiva del terminal reacciona contra el agua - que es un material conductor de electricidad - y no detecta la pulsaciones. Podríamos hacer fotos bajo el agua, eso sí, entrando por ejemplo en la interfaz de la cámara previamente a la inmersión y utilizando los botones de volumen para lanzar la foto. En cualquier caso, esto no es una característica del teléfono: el uso de esta nueva protección es utilizar el iPhone 7 en piscinas, playa, bajo la lluvia o incluso mientras nos damos un baño, sin temor a que una caída o un descuido estropee el dispositivo. En futuros iPhone, me gustaría contar con la posibilidad de fotografía acuática, contando con un nivel superior de protección contra la inmersión.

Altavoces externos, sólo suficientes para usos concretos

Este año contamos con una novedad inédita en cualquier otra generación: altavoces estéreo por primera vez en un iPhone. Uno de ellos reside en la parte inferior donde estaban en versiones anteriores, y el nuevo ahora está tras la apertura para el auricular del teléfono. Combinados, el sistema operativo centra el sonido entre ambos, para conseguir esa sensación de balance ya que cada uno de ellos "apunta" en una dirección. Por primera vez el sonido es estéreo, pero al haber tan poca distancia entre ambos, es algo que difícilmente apreciaremos. Lo que si ganamos es una gran mejora en potencia de sonido, consiguiendo el doble de volumen que en el iPhone 6s.

Sin embargo, la calidad del sonido no es la misma que podemos encontrar por ejemplo en el juego de cuatro altavoces del iPad Pro - aquí el sonido acentúa demasiado los agudos y cuenta con poca fuerza en los bajos, por lo que la mejora en el iPhone 7 a nivel de altavoces externos es prácticamente a nivel de potencia de sonido. El uso de estos nuevos altavoces es sin embargo adecuado para una conferencia telefónica, escuchar música mientras cocinamos o incluso en el exterior de casa, donde el volumen conseguido por los altavoces es alto.

Pantalla Retina HD de cine

Una de las puntos de mejora respecto al iPhone 6s es la nueva pantalla Retina HD. El modelo anterior contaba con exactamente la misma pantalla que su predecesor, pero en el iPhone 7 Apple ha añadido algunos cambios importantes que mejoran la experiencia global del teléfono. Uno de los más importantes, es que la pantalla es un 50% más brillante, con lo que aumenta - y así lo he notado en mis pruebas - la visibilidad al aire libre o incluso a pleno sol. Algo así era necesario sobre todo cuando la compañía quiere poner tanto énfasis en un dispositivo en el que las fotos ganan tanta importancia.

Por primera vez en un iPhone, Apple incorpora el espacio de color DCI-P3. Un espacio de color es un sistema de interpretación del color en una pantalla digital, que mediante modelos de color construyen las imágenes que vemos en las pantallas. Hay diversos espacios de color, pero con DCI-P3 utilizaremos en el iPhone 7 el mismo que utiliza la industria cinematrográfica para sus películas. Este DCI-P3 cubre casi todos el rango de colores naturales, lo que en la práctica consigue que los tonos de las imágenes sean mucho más naturales - y más ricos - que en otros modelos. En Enero de este año, por ejemplo, la UltraHD Alliance anunció que las especificaciones de los dispositivos Ultra HD Premium deberían cubrir al menos el 90% del espacio de color DCI-P3.

En esta nueva pantalla veremos más colores, y de forma más natural. Los blancos tienen unos tonos más suaves - aunque probándolo me he dado cuenta de que algunas personas los notan, y otros no - y las imágenes se muestran mucho más matizadas que en cualquier generación anterior. Este nuevo espacio de color también está disponible en el iPad Pro de 9,7" y en los últimos iMac lanzados por Apple al mercado. En el análisis de Display Mate, la califican como la mejor pantalla LCD que jamás han probado. En nuestro día a día, las fotografías - con gran relevancia en este modelo -, los vídeos e incluso los videojuegos, se ven espectaculares, desde cualquier ángulo. Eso, ayudado por la mejora en el brillo de de este año, llevan un poco más lejos la experiencia de utilizar este iPhone 7.

Agarraos: el nuevo chip A10 Fusion

Hablar de la siguiente generación del procesador de Apple, es decir poco: el nuevo chip A10 Fusion es un punto y aparte respecto a lo conocíamos no sólo en el iPhone, sino también entre el resto de fabricantes. Esta vez está fabricado exclusivamente por TSMC - sin Samsung de por medio. Para entendernos, el chip A10 es un "sistema en chip", es decir, una agrupación de componentes dentro de un único chip, para mejorar la eficiencia y el reducir el espacio que ocupan dentro de un dispositivo. Empezamos hablado del A10 Fusion con un record: es el SoC (System on a Chip) más rápido que jamás se ha fabricado. Por primera vez en un iPhone, contamos con cuatro núcleos, separados en dos procesadores que trabajan independientes o combinados para lograr el máximo de potencia: de ahí viene el apellido "Fusion" de esta generación.

• Procesador de Alta Eficiencia: 2 núcleos de alta eficiencia para las tareas normales.
• Procesador de Alto Rendimiento: 2 núcleos de alto rendimiento para tareas que demandan alta potencia de cálculo, como juegos, por ejemplo.

Cuando el chip, combinado con el sistema operativo, detecta que una tarea requiere más potencia de la que el procesador de Alta Eficiencia - con sus dos núcleos - puede aportar, se activa el procesador de alto rendimiento. Esta combinación - "Fusion" de los cuatro núcleos a pleno rendimiento es lo que ha convertido este nuevo chip A10 en imbatible contra otros modelos de la competencia. Sin duda el sistema operativo, optimizado para exprimir este nuevo chip, y los 3GB de RAM que contamos en el modelo de este año, ayudan a empujar todavía más cualquier número. En mis pruebas, utilizando Geekbench 4.0.1 (AArch64), los números son espectaculares:

No sólo bate en el mismo test al iPad Pro de 9,7" (con chip A9X), sino que puede también con el nuevo MacBook presentado este año y se acerca peligrosamente a los números de algunos MacBook Pro aún actuales. Esto también es un indicativo importante: la fabricación del chip de Apple podría empezar a pensarse para ciertos modelos de MacBooks del futuro, con todas las ventajas que ello conlleva: ahora en espacio, eficiencia energética, potencia...

Tener una potencia de este calibre en nuestros bolsillos nos permitirá mucho más. Los dos nuevos procesadores y los cuatro núcleos conseguidos entre ambos se utilizan para los complicados cálculos que las nuevas cámaras de este iPhone 7 Plus necesita, a la hora de crear un mapa de la imagen para evaluarla, o para reconocer los objetos, personas y fondos que requerirá en el futuro la nueva característica de "Modo Retrato". El iPhone utiliza toda la potencia de este nuevo chip A10 para mejorar la toma de fotos, ayudar a la hora de tomar una imagen en formato RAW o para aplicar filtros o efectos en tiempo real.

Los juegos son sin duda otro aspecto beneficiado del nuevo chip. Las posibilidades que aporta la nueva arquitectura se ajustan y se utilizan al máximo con Metal, la interfaz de programación que facilita los gráficos de alto rendimiento en el teléfono. Juegos como Oz Kingdom que vimos en la keynote - y que en directo es todavía más impresionante - nos permiten hacernos una idea de la potencia y el alcance de las nuevas capacidades del iPhone 7 y su combinación entre el hardware y el software. Todo ello combinado con la nueva y mejorada pantalla Retina HD, el Taptic Engine para conseguir respuesta háptica y el resto de mejoras de esta generación dan lugar a una generación de iPhone que - en mi opinión - se aleja a mucha distancia de la anterior, más que en ocasiones anteriores. De nuevo, la madurez por la que apuesta Apple con este modelo se hace patente.

La autonomía también mejora, y esto es también una novedad en los iPhone. Tradicionalmente, Apple siempre ha mantenido la misma duración de la batería generación tras generación, y ello - no hay que olvidarlo - es también un esfuerzo importante. En cada nuevo modelo, el procesador tiene más rendimiento y eso quiere decir que se debe contener el uso que hace de la batería. Las medidas de eficiencia energética implementadas en los chips AX de Apple - sobre todo desde la introducción del coprocesador matemático MX - consiguen exprimir cada ciclo de carga. En el iPhone 7, esto ha mejorado.

No sólo contamos con una batería mayor (otra ventaja de eliminar el puerto de auriculares) pasando de los 2750 mAh del iPhone 6s Plus a 2900 mAh del iPhone 7, también es importante la optimización de energía del propio chip A10 Fusion, que utiliza el procesador de alta eficiencia para las tareas comunes y activa el de alto rendimiento sólo cuando es necesario. Aquí, la alianza hardware + software de Apple es donde cobra fuerza, ya que la cohesión entre ambos mundos es importantísima para aprovechar al máximo la autonomía. Con un uso cotidiano, en mis pruebas lo he utilizado dos días seguidos sin necesidad de cargarlo. Si aplicamos una utilización más exigente en términos de rendimiento, llegaremos aún así a final del día sin problemas.

El plato fuerte: las nuevas cámaras

Si algo define a esta generación, es sin duda el esfuerzo de Apple por llevar la fotografía móvil a un nuevo nivel. Como curiosidad, recuerdo que cuando Steve Jobs presentó el iPhone original no hizo mucho hincapié en la cámara. De hecho no conocimos la interfaz de la misma - que en aquel momento apenas presentaba opciones al usuario - hasta que llegaron los primeros análisis del dispositivo. Hoy, con el auge de las redes sociales y la mejora en las formas de comunicación - sin duda iniciadas por aquel primer iPhone - la fotografía móvil es un gran ámbito para situarse y un punto importante en estos dispositivos. Uno de los cambios más discretos ha sido la actualización del flash posterior de cuatro LEDs, que mejora notablemente los primeros planos cuando lo utilizamos, consiguiendo todos de piel más naturales, por ejemplo.

Por primera vez, Apple incorpora dos cámaras trabajando conjuntamente en un mismo teléfono, una de ellas gran angular y la otra teleobjetivo (sólo en el Plus, el 7 "normal" no cuenta con la doble cámara, sólo con la gran ángular). Trabajando como como una sola cámara de 12 Mpx, podremos hacer zoom óptico de dos aumentos simplemente pulsando un botón. El usuario no controla la utilización de una cámara a otra, ya que eso es tarea del sistema operativo, que activa por ejemplo la teleobjetivo cuando queremos hacer zoom y las condiciones de luminosidad son las adecuadas.

Recordemos que la apertura del teleobjetivo es de f/2,8, sí no hay suficiente luz, el sistema operativo utilizará la cámara de gran angular para hacer zoom digital en condiciones con luz casi nula - interiores - sobre todo. En exteriores siempre he podido utilizar esta nueva cámara sin problemas, aún con poca luz: un truco para saber qué cámara se activa es tapar con el dedo la teleobjetivo: si estamos haciendo zoom 2x y la pantalla se vuelve negra, se está utilizando. El zoom óptico es una de las grandes novedades de este iPhone 7, y es que los resultados son sorprendentes:

Una de las grandes diferencias con respecto a la cámara de la generación anterior es la diferencia de apertura, que ahora permite hacer llegar mucha más luz al sensor - f/1,8 contra f/2,2 del 6s - y permite imágenes nítidas y claras. La estabilización óptica - que por primera vez también está disponible en el modelo 7, no sólo en el Plus - es también una parte clave para conseguir fotos menos movidas y más definidas. Se consiguen fotos tan fantásticas como ésta:

Foto tomada con iPhone 7 Plus, aplicación Cámara de iOS 10 en modo automático y sin ningún tipo de proceso posterior

Todas las fotos que veis en el artículo o en las galerías de imágenes están tomadas con la aplicación Cámara de iOS 10, en modo automático y sin absolutamente ningún proceso posterior. Simplemente, sacar el iPhone, apuntar y hacer la foto. El nivel de detalle, contraste y definición de todas ellas - tanto de día como de noche - es un salto enorme de calidad a lo que conocíamos en generaciones anteriores. Un punto importante aquí es que ahora además podremos capturar las imágenes en formato RAW, es decir, la imagen "en bruto" tal como la captura el sensor. Esto nos permite una mejor edición posterior mediante cualquier aplicación, sin perder calidad respecto a la original. Os he preparado una galería de más de 60 fotos tomadas en un fin de semana, para que podáis juzgar por vosotros mismos:

Las fotos no serán las únicas que se beneficiarán de las novedades con las cámaras: la grabación de vídeo también mejora en esta generación, sobre todo contando con la mejor apertura f/1,8 de la cámara, y permitiendo grabar vídeos con zoom óptico x2 y zoom digital hasta x6, el doble que con el iPhone 6s. En mis pruebas, he notado la diferencia de luminosidad en los vídeos, con tomas más claras y definidas. Aquí tenéis un ejemplo de grabación 4K a 30fps:

Para comprobar la calidad de la cámara, os he preparado un par de ejemplos más, grabados justo después de la puesta de sol. Están grabados desde una pasarela sobre una carretera, por lo que también se puede comprobar la estabilidad en un entorno con mucho viento y que zarandeaba notablemente donde estaba apoyado:

• Ejemplo de vídeo grabado 1080p a 60fps con zoom x2
• Ejemplo de vídeo grabado a 1080p HD a 60fps

La ventaja de llevar el iPhone siempre en el bolsillo es que tenemos la consabida cámara siempre a mano, para fotos o para vídeos: ahora, con esta generación de iPhone 7, disponemos de nuevas cámaras que potencian mucho más lo que podemos conseguir con ellas. Apple liberará en Octubre una actualización de iOS que nos permitirá utilizar la nueva característica del Modo Retrato, una composición controlada por software para simular la profundidad de campo de las cámaras Réflex. A pesar de no contar con la evidente calidad de estas cámaras de gama alta, la carrera de Apple en este segmento marca un nuevo objetivo - que ya no son las cámaras de bolsillo convencionales - sino la gama alta. No para sustituirlas, pero sí para adoptar algunas de sus características con la puesta al día que estamos viendo en este iPhone 7.

Otro ejemplo de foto tomada con iPhone 7 Plus

La cámara frontal - la de los selfies - también mejora: cuenta con un discreto sensor de 7 Mpx, y grabación de vídeo - por fin - a 1080p. Se le añade una estabilización automática de la imagen (controlada por software, no es óptica) y la mejora cromática en la nueva pantalla Retina HD consigue muy buenos resultados en primeros planos y videoconferencia.

El iPhone

Apple ha querido marcar la diferencia con el iPhone 7. No hablo de una diferencia que entra por los ojos y no llega a calar entre el usuario, no se trata de una diferencia de concepto - porque entonces estaríamos hablando de otra cosa que la compañía no pretende con su terminal - sino que han querido marcar distancia consigo mismo y construir el mejor iPhone que pueden llegar a hacer. La misión principal de este nuevo iPhone 7 es retorcer y exprimir al máximo el diseño actual y elevarlo a la máxima potencia, demostrando la experiencia que a lo largo de nueve años han adquirido.

En mi opinión, es posiblemente la mejor generación de todos los iPhone hasta la fecha: no porque sea el último creado - evidente - sino porque es quien marca más la distancia con su predecesor. Además han conseguido un producto con el carácter suficiente que no necesita un rediseño exterior para darnos la sensación de que estamos ante algo excepcionalmente nuevo.

No quiero hablar del futuro de los iPhone - ya llegará el momento de eso - pero sin duda este es el primero de ellos, anticipándonos característica, premisas y apuestas que toca desarrollar durante los próximos años. Es punto de inflexión en toda una generación, demostrando que el iPhone se ha convertido en un icono por si mismo, y como concepto, la madurez alcanzada nos pone en nuestras manos ésta tecnología que va más allá de un borde redondeado como marca de novedad. Este es el iPhone original, el que presentó Steve Jobs, que a lo largo de los años ha crecido, se ha adaptado y ha llegado al nivel de evolución que tenemos hoy en día. Es el iPhone, nueve años mejor, la evolución de una idea evolucionada a su tiempo que ahora llega a una de sus metas. Quizás por eso, en la caja, Apple no quiere ningún número. Sólo "iPhone” y una pequeña gran anticipación del futuro.

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