Cuando Apple presentó el iPad Pro de 12,9 pulgadas en 2015, supimos que se trataba de una máquina muy potente. En parte se debía al chip A9X, una variación del que montan los iPhone 6s. La compañía llegó a afirmar en su momento que su CPU era más rápida que el 80% de portátiles vendidos un año atrás, con una GPU superior al 90% que esos mismos portátiles.
Ahora y según aparecen los primeros análisis del iPad Pro de 10,5 pulgadas, esa potencia se habría superado con creces. Así lo afirman desde Ars Technica.
Tan potente como el MacBook Pro de 13 pulgadas
Que el iPad Pro era una bestia en rendimiento de hardware ya lo sabíamos. Pero lo que no habíamos visto hasta ahora era superar a un MacBook Pro moderno tanto en los tests de CPU como de GPU. En concreto, al MacBook Pro de 13 pulgadas de gama baja, lanzado a finales del año pasado. Las especificaciones más importantes de este modelo son las siguientes:
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Procesador Intel Core i5 a 2.0GHz, generación Skylake.
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256GB de SSD.
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Intel Iris 540.
El iPad Pro de 10,5 pulgadas por su parte, sabemos que tiene el chip A10X Fusion de Apple, con seis cores (3 de alto rendimiento y 3 más eficientes), pero poco más. Tras el paso por la típica batería de pruebas de rendimiento, ahora vemos hasta qué punto llega la potencia de este nuevo chip. Veamos cómo es la comparativa de ambas CPUs:
Como vemos en el test, el iPad Pro bate por los pelos en el modo single-core, mientras que en el multi-core gana al MacBook Pro con bastante soltura. ¿Y qué hay del test de GPU?
Aquí la victoria es evidente. El chip gráfico que integra el A10X le da un repaso a la Intel Iris 540. Es cierto que ambos sistemas no son lo mejor que hay en el mercado, pero sí que se trata de un portátil muy competente. Uno que pierde frente a una tablet.
Un hardware vanguardista con un software que empieza a ponerse al día
En cierto modo, este tipo de rendimiento de hardware lo esperábamos. Pero a la vez no deja de ser sorprendente. Cada vez es más evidente que la decisión que tomó Apple al diseñar sus propios chips ARM supone una ventaja estratégica. Sus competidores tienen que conformarse con chips también muy potentes (los Snapdragon son un ejemplo), pero que cualquiera de ellos pueden utilizar. No son un elemento diferenciador.
Los chips de la serie A de Apple son únicos y están creados para suplir las necesidades de iOS. Cosa que la competencia no puede hacer.
Ya desde 2015 vimos cómo el iPad Pro brillaba por su hardware, pero que quedaba limitado por un iOS que pedía a gritos ser liberado. Y por fin, tras 7 años en el mercado, el iPad gana lo más parecido a una versión de sistema operativo pensada y diseñada para el tablet. iOS 11 va a descorchar su potencial cuando alcance su versión pública en septiembre.
A falta de la llegada del programa de betas públicas de iOS 11, los desarrolladores que ya han probado esta nueva versión afirman que se trata de un punto de inflexión en la trayectoria del iPad. Mejoras como el nuevo dock, los espacios de apps, las ventanas flotantes y la app Files se unen a la mayor integración del Apple Pencil y otras funcionalidades.
Esta WWDC ha sido una de las más interesantes de los últimos años. Una que promete cambiar nuestra concepción del tablet de Apple para siempre.
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