Antes que nada, tranquilos: esto no es otro artículo acerca de Flash en los dispositivos de Apple, mi compañero Aitor Carbajo ya ha hablado muy bien acerca de este asunto. El motivo que me lleva a escribir este artículo es algo con lo que llevo pensando desde la misma salida del iPad.
Retrocedamos en el pasado hasta enero del 2007. Steve Jobs cambia para siempre la indústria de la telefonía móvil con el primer iPhone, dejando al público sin palabras con las primeras demostraciones de la prometedora tecnología multitáctil. Además de eso, demuestra cómo el iPhone es el primer teléfono que se toma la web en serio, abandonando las páginas WAP optimizadas y navegando por páginas completas gracias a la versión móvil de Safari.
Recuerdo algunas declaraciones de Apple al respecto: según ellos optimizar las páginas para poder navegar cómodamente por el móvil ya no era necesario. Sin embargo la red tenía una opinión muy diferente, y empezaron a surgir versiones especiales de algunas páginas web para que visitarlas desde el iPod touch o el iPhone fuese mucho más cómodo, sin tener que aumentar zonas ni descargarnos una cantidad excesiva de datos. Por no decir que así nos ahorrábamos ver esas piezas de lego azules que eran los elementos incompatibles de la página original.
En la actualidad muchos de nosotros seguimos mirando la mayoría de páginas desde el iPhone en su versión original, pero hay algunas aplicaciones web (como por ejemplo las versiones móviles de los servicios de Google) que a mí se me han hecho completamente imprescindibles; por no decir que muchas de las páginas más importantes de la red se han apresurado a crear sus propias versiones móviles (incluso la misma Apple, que se había resistido hasta ahora con la optimización de su servicio MobileMe)
Y ahora, con el lanzamiento del iPad, volvemos a tener el mismo dilema. ¿Se adaptarán las páginas web a la pantalla de 9,7 pulgadas del tablet? Creo que hay motivos para que lo hagan y motivos para que no.
En primer lugar, el ancho de la pantalla del iPad tiene 1024 píxeles de longitud, ancho que usan casi todas las páginas web todo el día. ¿Para qué crear una versión de la web optimizada para el iPad cuando la pantalla del iPad es capaz de ver las páginas a tamaño real? No tiene sentido, a menos que pongamos en la mesa la interfaz que usa el tablet de Apple.
Y es que las páginas web están creadas en un principio para que los usuarios interactuemos con ellas con un ratón, y no con los dedos. Una página cómoda de navegar con una pantalla táctil tiene que tener los enlaces más grandes, para que no nos veamos obligados a aumentar la zona de la página para acceder a ellos. Un buen ejemplo de ello es la interfaz de la aplicación iPod en el iPad, tremendamente parecida a una versión táctil del iTunes de Mac OS X, con todos los elementos más grandes para que podamos usarlos con nuestros dedos.
Además, Apple ha creado toda una tendencia al mostrar esa interfaz “partida” en algunas aplicaciones del iPad, como la del correo, que muchos desarrolladores ya están empezando a imitar en sus proyectos de programas para el tablet.
Pensemos por ejemplo en Gmail. La web original se podría usar perfectamente desde un iPad, pero su navegación sería incómoda desde el dispositivo. Google tiene la opción de, simplemente, mover su versión del iPhone al iPad, pero hay muchísimas más posibilidades para mejorar la interfaz como para simplemente hacer un “copia y pega” de la versión del iPhone. Sólo hay que mencionar los acelerómetros del dispositivo y las posibilidades que nos ofrecen los nuevos estándares como HTML5.
Los desarrolladores son los que tienen la última palabra en esto. Cuando el iPad salga al mercado, seguro que muchas páginas web apostarán por un formato optimizado para el tablet, y será entonces cuando veremos hasta qué límite se puede aprovechar el nuevo formato de pantalla. Queda un mes para comprobarlo
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En Applesfera | Nuevas imágenes de la interfaz del iPad
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