Con tanta información sobre el iPad 2, gente contenta con el equipo, las ganas de comprar algo nuevo y lógicamente la dichosa página de Apple que se empeña en decirnos una y otra vez lo “Más fino. Más ligero. Más rápido” que es el iPad 2… pues es normal que las ganas de comprarlo aumente.
Pero seamos racionales por un momento, ¿ya eres dueño de un flamante y útil iPad de primera generación? Entonces, ¿para qué quieres comprar el nuevo?
Hasta cierto punto, algunas características del nuevo equipo hacen que nos planteemos el cambio e incluso nos autoconvenzamos de que realmente merece mucho la pena, pero lo cierto es que tras unos meses con el primer iPad y usar durante casi un día el nuevo equipo, mi opinión no es igual de “revolucionaria” que la de Apple.
iPad 2, cambios estéticos
Entendiendo por cambios estéticos el nuevo diseño del equipo y lo que ello conlleva, parece que Apple lo ha hecho bien en este aspecto.
El nuevo iPad luce diferente aunque mantiene el “aire” a iPad, es decir, es idéntico en concepto pero con los suficientes detalles diferentes para que el equipo luzca diferente al mismo tiempo. Como en casi toda evolución de diseño en los gadgets de Apple, el equipo hace que tu actual iPad parezca de hace diez años.
Cambios sutiles, lineas más suaves, menos peso… pequeños detalles que sin ser un cambio importante, convierten nuestro iPad antiguo en una “fea caja cuadrada”. Pero no nos dejemos seducir por los encantos del iPad 2. El equipo es prácticamente idéntico.
La diferencia de peso es algo casi ridículo, si antes te pesaba mucho el iPad, el iPad 2 te seguirá pesando puesto que la diferencia entre ambos modelos es minúscula. En el diseño podemos afirmar que las esquinas redondeadas lo hacen más cómodo si se usa el iPad en el aire… en caso contrario el nuevo diseño no aporta nada.
Es decir, ¿te gusta el nuevo diseño? Desde luego, pero no es ni de lejos una razón de peso para comprar un nuevo iPad. Es un tema estético y que apenas aporta nada a lo que ya conocíamos.
iPad 2, cambios de hardware
Veamos, ya que el diseño apenas aporta nada respecto a su sucesor… te imaginas que el hardware marcará ese punto de inflexión necesario para gastar de nuevo 500 euros en un iPad. Pues sinceramente, hoy por hoy no.
El iPad 2 es mucho más potente, tiene un procesador rapidísimo, una gráfica que es la envidia del resto de competidores, más memoria RAM... pero nada de eso se siente en la mayor parte de acciones del equipo.
Hay pequeños detalles: el intercambio de Apps es más rápido, podemos mantener un mayor número de las mismas abiertas al mismo tiempo, las pestañas de Safari no se recargan y además podemos ver más página sin recargarla… pero eso es todo.
No es un cambio radical, son pequeñas mejoras evidentes por el hecho de modificar el hardware del equipo pero en ningún caso un cambio radical debido a las nuevas prestaciones… aunque cuidado puesto que esto es un arma de doble filo.
Así como el iPad 1 fue un producto con fecha de caducidad desde el primer día, parece que el hardware del iPad 2 (a excepción de pequeños detalles) no lo será a corto plazo. A estas alturas queda claro que en iOS 4.X las diferencias son ridículas pero que a nadie le quepa la menor duda, Apple dará la espalda a muchas prestaciones de iOS 5 al primer iPad.
¿Merece la pena el cambio?
¿Tienes un iPad de primera generación? No busques excusas innecesarias, claro que hay diferencias de rendimiento y el nuevo iPad funciona mejor, pero no ninguna de esas “mejoras” son justificadas para comprar un nuevo equipo si ya posees uno.
Aunque es cierto que con el tiempo empezarán a aparecer las primeras aplicaciones que aprovechen todos esos recursos extras e incluso la propia Apple se encargará de demostrar de lo que es capaz el equipo en la próxima versión de iOS 5… pero eso es “hablar del futuro” y hacer muchas suposiciones.
Lo que queda claro es que ahora mismo el cambio no está justificado en prácticamente ningún aspecto y el iPad 1 sigue siendo igual de práctico y útil como antes de aparecer el iPad 2.
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