Hace poco escribí (con cierto pesar) cómo finalmente he vuelto a un MacBook tras intentar revolver mi trabajo en movimiento con un iPad Pro y un Magic Keyboard. Muchos de vosotros habéis preguntado a través de comentarios detalles más concretos sobre las funciones de macOS y de los Mac que echaba demasiado de menos, así que voy a desglosarlos para reflejar mi experiencia.
Pequeños percances que se une y forman un gran problema
Ante todo, recuerdo que hay que tener en cuenta dos puntos importantes. El primero, esto es mi experiencia puramente personal y por lo tanto no estoy diciendo que iPadOS no sirva como sustituto de macOS dentro de un ordenador portátil. Cada persona tiene sus necesidades.
El segundo punto es que ninguna de estas características ha sido la responsable directa de que haya terminado comprándome un MacBook Air. El causante ha sido la acumulación de varias de ellas que, juntas, representaban una reducción de productividad que se ha hecho demasiado grande para lo que necesito. Paso a enumerar estos detalles.
- El Magic Keyboard del iPad Pro no tiene tecla de escape. Eso me obligaba a recurrir al cursor para ciertos gestos de navegación. Tampoco cuento con la posibilidad de borrar texto desde la izquierda (lo que llamaríamos 'Suprimir'), ni siquiera con una combinación de teclas como sí puedo hacer en macOS.
- El ratón Bluetooth que utilizaba con el iPad Pro (un Logitech MX Anywhere 2S) tenía una latencia demasiado grande como para trabajar bien con él. Podía usarlo con cable, pero eso ya me obligaba a recurrir a un adaptador de USB a USB-C.
- El trackpad del Magic Keyboard del iPad funciona bien, pero en varias ocasiones hacía acciones no deseadas. Por ejemplo, subir hasta la cabecera de una web con algo de ímpetu provocaba a menudo que ésta se recargase.
- Google Chrome en iPadOS no admite funciones que utilizo muchísimo en macOS, como los atajos de búsqueda desde la propia barra de direcciones. Es algo que siempre echaba mucho de menos cuando me alejaba de mi escritorio.
- iPadOS tiene buenos modos de cambiar entre aplicaciones, pero incluso con el CMD+TAB del teclado me resultaba más tedioso cambiar entre esas aplicaciones. Las animaciones lo alargaban y la multitarea me restringía de un modo que me forzaba a cambiar entre esas aplicaciones más frecuentemente. Stage Manager no me ha convencido demasiado sabiendo que con macOS la gestión de ventanas es instantánea.
- Algunas aplicaciones como Slack no me permitían copiar y pegar el texto de sus mensajes correctamente, obligándome a hacer rodeos. Seleccionar ese texto también me ocupaba más tiempo incluso usando un ratón: el cursor no se adapta bien a esa selección a menos que el desarrollador de la aplicación haya implementado bien el sistema. por desgracia no suele pasar.
- La edición de imágenes era mucho más pesada en iPadOS que en macOS. Utilizo Pixelmator en ambas plataformas, pero una imagen con varias capas en iPadOS era muy incómodo de editar por la interfaz. Este es uno de los cuellos de botella más grandes que he tenido: lo que en macOS tardo 3 minutos en terminar, en iPadOS tardaba tranquilamente el triple.
- La gestión de imágenes que depende enteramente de la aplicación Fotos también ralentizaba bastante mi trabajo.
- En el Calendario, aplicación que utilizo como agenda y que por lo tanto es básica para mí, aún diciéndole que quiero cargar todos los eventos en él sólo me permite localizar eventos de los últimos dos años en el buscador.
- Había algunas tareas de trabajo, como descargar algunos vídeos, que por limitaciones de servicios y plataformas se me hacía casi imposible.
- En iPadOS es imposible abrir páginas web con varios motores de renderizado. Chrome, Firefox, Brave y resto de alternativas se ven obligadas a utilizar el motor de Safari por las reglas de Apple.
- Safari en iPadOS me impide anclar pestañas. En macOS suelo tener unas siete u ocho permanentemente ancladas, y eso que soy uno de los compañeros que menos pestañas ancladas tiene.
- En varios aspectos del iPad, lo que en macOS se soluciona con un arrastrar y soltar en iPadOS me obliga a navegar por varios pasos del menú Compartir.
- Algunos servicios que uso para trabajar como Asana tienen una experiencia de uso en iOS que no dudo en considerar como pésima. Además, al intentar usar la web desde Safari como alternativa, hace que salte de nuevo a la aplicación.
- El uso de las propias aplicaciones en el iPad tiene mucho que mejorar. A veces, cuando me mandan un vídeo de YouTube desde Telegram, tengo que abrirlo, pulsar en el icono para verlo en Safari y de ahí pulsar en el botón para abrirlo en la aplicación nativa de YouTube. Tres cambios de aplicación para ver un vídeo. Es uno de los puntos de iPadOS más frustrantes y con más deberes pendientes.
Como ves, son muchas pequeñas cosas que se acumulan y entre todas me quitan demasiado tiempo obligándome a hacer demasiados rodeos. Cuando recurres al iPad de forma ocasional lo asumes, pero cuando ese uso sube a más de una hora diaria el tiempo que pierdes ya me es inasumible. E insisto: esto es mi situación personal, y no dudo en que para otra persona iPadOS puede ser perfecto.
También quiero hacer hincapié en que iPadOS tiene muchas cosas buenas: los atajos de Siri me han cubierto varias de estas tareas con éxito, y la combinación de la pantalla táctil con el Magic Keyboard es todo un acierto. Pero personalmente ha dejado de ser suficiente para mí, y de ahí mi regreso a un MacBook con macOS con el que ya he notado un aumento notable de la productividad.
Termino afirmando bien claro que no voy a dejar de estar interesado en iPadOS: tengo muchas ganas de ver qué tiene Apple pensado para él y cómo intenta seguir aproximándose a una experiencia completa de escritorio. Veremos si con los años lo consigue. De momento, conmigo tienen a un usuario que no ha tenido más remedio que desistir.
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