En los últimos años hemos visto varios cambios significativos en el desarrollo de iOS. El sistema operativo móvil de Apple ha pasado por una gran transición que supuso el paso de iOS 6 a iOS 7. No sólo era una forma de cambiar y modernizar su apariencia, era todo un nuevo lenguaje de diseño e interfaz tanto en el sistema operativo como en las apps de Apple y las de terceros.
La otra gran novedad que ha sufrido iOS no está enfocada en el sistema sino en la forma en la que se desarrolla. Se trata del programa de betas públicas, donde los usuarios que no sean desarrolladores pueden probar los avances en las siguientes versiones de iOS si así lo desean. Este programa llegó con Mavericks a OS X y a iOS lo hizo en marzo del año pasado con iOS 8.3.
Puede que la decisión de lanzar el programa fuera precipitada por el fiasco de iOS 8.0.1 o que simplemente estuviera ya en el planning de Apple y este percance lo acelerara. Pero lo cierto es que el programa de betas públicas ha venido para quedarse.
El reto de empujar iOS hacia adelante
La complejidad del sistema operativo móvil de Apple ha ido aumentando a ritmo lento pero seguro. Cada año se añaden nuevas funcionalidades y rara vez se retiran otras que han quedado anticuadas. A esto hay que añadir que existen cientos de millones de dispositivos a actualizar.
Es cierto que el hecho de que Apple tenga un puñado de dispositivos a la venta simplifica mucho las cosas, pero también es cierto que ha elegido seguir dando soporte (aunque sea de manera parcial) a algunos tan "anticuados" como el iPad 2 o el iPhone 4S. Volviendo a la generación actual de dispositivos, desde 2014 tenemos dos modelos de iPhone flagships y ahora tenemos un nuevo terminal de entrada a punto de aterrizar.
No es de extrañar que mientras el mercado de smartphones madura y Apple necesita diversificar su catálogo de terminales, que el desarrollo de su software se vuelva todo un desafío. Apple es la primera interesada en hacer que las actualizaciones sean más rápidas e "indoloras" desde el punto de vista del usuario.
De esta forma, puede empujar nuevas características, nuevas APIs, nuevos servicios como Apple Music o Apple News (de momento en EEUU), así como mejoras en la seguridad al mayor número de dispositivos posible. Este último punto es especialmente relevante dado el enfrentamiento que mantiene Apple con el FBI debido al cifrado de iOS.
Los desarrolladores también se benefician de la homogeneidad de iOS. A estas alturas del año pasado, iOS 8 se encontraba en el 78% de los usuarios, mientras que iOS 9 está instalado en el 79% a falta de terminar el mes. Una mejora que parece imperceptible pero que pone de relieve que la estrategia está funcionando.
Apple pisa el acelerador con las betas
En los últimos tiempos se han multiplicado las quejas alrededor de la calidad de iOS. Ante ellas, Apple ha respondido acelerando el proceso de betas, sacando más versiones en menos tiempo. La gráfica superior creada por Will Hains (puede consultarse la versión interactiva aquí) es una muestra de ello.
Salvo por las versiones X.0, iOS 9 muestra un claro incremento en el número de betas y en la frecuencia en la que se hacían públicas. En otras palabras, hay más betas y pasa menos tiempo entre una y otra. Esto tiene especial relevancia si tenemos en cuenta que iOS 9.3 trae novedades muy interesantes:
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Modo noche.
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Mejoras en Notas y News.
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Mejoras en la app Salud y CarPlay.
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Otras mejoras menores.
Parece que Apple tiene pensado dosificar las novedades y darle más protagonismo a las versiones "X.Y". De esta forma, se distribuye el esfuerzo a lo largo de más tiempo y no se espera todo un año a incorporar mejoras necesarias por el camino.
Tampoco hay que olvidarse del enorme esfuerzo que Apple está haciendo con el resto de plataformas. tvOS, watchOS y OS X avanzan a un ritmo parecido. Esperemos que gracias a estos programas de betas los usuarios podamos disfrutar de sistemas operativos más pulidos y estables en el futuro.
En Applesfera | Apple lanza la séptima beta de iOS 9.3 para desarrolladores y beta testers.
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