Seguro que lo has notado, sobretodo al instalar una nueva aplicación para iOS: Necesito acceder al micrófono. Necesito acceder a tus contactos y calendarios. Necesito usar tu ubicación mientras estoy en segundo plano. Si quieres hacer fotografías necesito que iOS me permita acceder a la cámara del iPhone. Una tras otra, varias advertencias nos interrumpen para que cedamos acceso a los sensores o datos personales que tengamos.
No es una mala noticia, ni me voy a poner a hablar de conspiraciones sobre compañías que espían a sus propios consumidores (aunque algunas aplicaciones tuvieron sus momentos de gloria). Es una señal de que en Apple tienen cierto respeto hacia nuestra privacidad, limitando el libre albedrío de las aplicaciones y obligando a sus desarrolladores a que seamos nosotros los que decidamos a qué puede acceder el programa o a qué no.
Proteger nuestra privacidad... ¿a costa de nuestra paciencia?
El objetivo de esto es poner barreras a aquellos desarrolladores que cruzaban la línea de la ética aprovechándose de nuestros dedos fáciles. Imaginaos, por ejemplo, que un juego que nos permite jugar al Tres en Raya online con personas que tengamos cerca nos pide acceso a nuestra localización. Lógico, ¿no? necesita nuestras coordenadas precisamente para poder encontrar a rivales cerca. Pero cuando un juego cualquiera nos pide acceso a nuestra agenda, sospechemos: el desarrollador puede usar los correos que tengamos en esa agenda para enviar SPAM a nuestros contactos.
Todas las peticiones tienen como misión ceder el control de la privacidad al usuario, en vez de al desarrollador
Las limitaciones que ha puesto Apple al respecto llegaron más tarde de lo que nos gustaría, pero al fin y al cabo llegaron: todos y cada uno de los componentes del sistema que guardaban datos sensibles quedaron bajo nuestro mando, y los desarrolladores tienen que indicar claramente para qué quieren acceder a esos componentes en un mensaje. Ese mensaje lo podemos leer en cada una de las advertencias de las aplicaciones, como podéis ver en este ejemplo de Swarm (texto que no está en negrita):
Todo esto, insisto, son buenas noticias. Entonces... ¿por qué he dicho que Apple debería mejorarlo? Porque el sistema con el que estas advertencias era una buena idea cuando aparecían esporádicamente, una cada cierto tiempo; pero ahora lo normal (sobretodo cuando abrimos juegos por primera vez) es ver cómo cuatro o incluso cinco de esas advertencias aparecen una tras otra.
Eso puede hacer que el usuario se confunda, pensando incluso que algo va mal y cerrando la aplicación. O si sabe lo que está ocurriendo, haga de la experiencia de uso algo mucho menos placentero de lo que se quería en un principio. Podéis argumentar que esto sólo lo tenemos que sufrir una vez, pero esa misma protección de la privacidad hace que algunas advertencias aparezcan de forma recurrente: Oye, te acuerdas que esta app está usando tu ubicación en segundo plano, ¿no? ¿Quieres que siga siendo así?. Repito: buena noticia para nuestra privacidad, pero es incómodo.
La unión hace la fuerza: dos ideas que podrían solucionar el problema
Es por eso que me encantaría ver cómo en futuras versiones de iOS, Apple resuelva esta incomodidad al mismo tiempo que consiga mantener esa protección de nuestra privacidad. ¿Cómo? Pues un ejemplo podría ser, en vez de interrumpir constantemente al usuario, redirigirlo directamente a las preferencias de privacidad del sistema y pidiéndole que active o desactive los accesos que él quiera. Una interrupción, pero para todos los ajustes de privacidad.
Eso implicaría, sin embargo, reordenar esas preferencias ya que están clasificadas por el componente al que se quiere acceder y no por aplicación. Quizás otra cosa más sensata puede ser seguir interrumpiendo al usuario en vez de redirigirlo a ninguna parte, pero que en esa interrupción se puedan leer todas las peticiones de permiso junto con interruptores para activarlo o desactivarlo, finiquitando el problema de una sola tacada.
El futuro que se nos viene encima promete muchas peticiones más sobre nuestra privacidad
Eso, además, ayudaría a que futuros componentes del sistema se puedan integrar en esos nuevos avisos y no se sigan agregando a la multitud de peticiones que sufrimos ahora mismo. Porque sí, esto va a ir a más: recordad que en muy poco tiempo tendremos el Apple Watch en nuestras muñecas pidiendo tener enlace con un iPhone. O todos los periféricos que se integren con HomeKit, que también pedirán permisos. Y no nos olvidemos tampoco de ese AppleTV nuevo que ha aparecido recientemente en los rumores, cuyas aplicaciones de terceros podrían solicitar acceso a datos de nuestro iPhone.
Así que sí, si ya no te gustan tantas solicitudes una tras otra, prepárate porque eso sólo puede ser el principio. Si ese iOS 9 que deberíamos ver en la WWDC realmente se centra en optimizarse a sí mismo, espero que se tenga en cuenta esta creciente "demanda" de permisos.
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