Cuando Scott Forstall salió fulminantemente despedido de Apple, uno de los motivos fue muy obvio: el patinazo inicial que tuvo su plataforma propia de mapas. Él era el principal responsable, pero no el único. Y el que en ese entonces fue el responsable de la calidad de esos mapas, resulta que también fue el responsable de calidad de iOS 8.0.1.
Tenemos dos formas de verlo: o esa persona es increíblemente gafe y ha metido la pata hasta el fondo en dos casos que se han sabido públicamente, o simplemente no es la persona más indicada para hacer esos controles de calidad. Pero me temo que con cualquiera de estas dos formas de verlo las represalias serán duras.
Normalmente, en el departamento de control de calidad de Apple, el trabajo se divide los problemas que se deben solucionar para que un dispositivo o servicio salga sin tropezar. Éstos problemas se ordenan por prioridad, y si alguno tiene una urgencia especial es capaz incluso de paralizar la producción de un terminal.
Para los problemas de máxima prioridad, además, los ingenieros piden más tiempo mientras que los responsables del producto involucrado presionan para que se lance lo más rápido posible. Si eso se administra mal, ocurren cosas como la que hemos sufrido con iOS 8.0.1.
Nuestro pobre empleado debe de haber estado en los dos problemas más "mediáticamente" negativos de la historia reciente de Apple, seguramente con una prioridad máxima que llegó demasiado tarde. Cruzaremos dedos por él.
En Applesfera | "Ruedan cabezas" en las oficinas de Cupertino mientras Apple trabaja en solucionar los errores de iOS 8.0.1
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