La Generación Z tiene clara la solución a su problema de productividad. El 81% pide una jornada laboral de cuatro días. Desde luego en Apple tendrían futuro

¿Estamos preparados social y económicamente para dar este paso? El debate está sobre la mesa

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La jornada laboral de cuatro días o el teletrabajo desde casa son temas de plena actualidad. Y la Generación Z (jóvenes entre 12 y 27 años) tiene muy clara su postura. Según una encuesta realizada por Generation Lab, el 81% de los jóvenes asegura que la jornada laboral de cuatro días es la clave para que las empresas sean más productivas. Solo el 19% prefiere mantener el tradicional esquema de cinco días. Y no solo eso, sino que los últimos estudios parecen darles la razón.

Estamos delante del mayor cambio laboral del siglo

A medida que los jóvenes pasan al mercado laboral, muchos se encuentran con el desafío de que las empresas no confían en ellos. Ya sea por baja productividad o exigencias hasta ahora poco habituales, prefieren contratar a personas de mayor edad. Sin embargo, llega un punto en el que incorporar personal más joven es estrictamente necesario.

¿Qué propone la Generación Z? Tras el estudio de Generation Lab, queda claro que quieren tres días libres a la semana y condensar todo su trabajo en una jornada de cuatro días. Como beneficio para el trabajador, todos coincidiremos en que es toda una ventaja, ¿pero qué pasa con la productividad empresarial? En un trabajo, todo es asunto de dos.

Un análisis realizado por empresas españolas que implementaron la jornada de cuatro días revela que los empleados se sienten más descansados y creativos. Además, su satisfacción y compromiso con el trabajo aumentan notablemente. La clave está en optimizar el tiempo: menos horas no significan menos trabajo; al contrario, se traduce en un uso más eficiente del tiempo. De hecho, muchas veces esas ocho horas del quinto día son la suma de los descansos, charlas y huecos de baja productividad de los cuatro días anteriores.

Más estudios respaldan la jornada de cuatro días

El World Economic Forum también respalda esta tendencia. Tras un estudio con 360,000 trabajadores, se concluyó que reducir la jornada laboral a cuatro días disminuye el estrés y mejora la felicidad general de los empleados. Incluso gigantes como Microsoft han experimentado con este modelo y reportaron un incremento del 40% en la productividad al implementar semanas laborales más cortas.

Con un 81% de jóvenes pidiendo una jornada laboral de cuatro días, es evidente que están dispuestos a desafiar las normas tradicionales. Pero la Generación Z no solo busca una semana laboral más corta por capricho, sino como respuesta a una realidad económica y social que les resulta desalentadora.

Estos jóvenes han crecido en un mundo donde el trabajo duro ya no garantiza el éxito, y donde los sueldos a menudo no se corresponden con el coste de vida. Se sienten frustrados al ver que sus esfuerzos no se traducen necesariamente en estabilidad financiera o en la posibilidad de alcanzar hitos tradicionales como comprar una casa.

Además, han sido testigos de cómo generaciones anteriores sacrificaron su salud mental y física por una carrera profesional. Por ello, la Generación Z busca un equilibrio más saludable entre trabajo y vida personal, priorizando su bienestar y buscando formas más eficientes de trabajar.

Las reuniones de más de tres invitados suelen ser más improductivas Las reuniones de más de tres invitados suelen ser más improductivas

Esta revolución empezó mucho antes

La última vez que se modificó la jornada de trabajo máxima en España fue hace más de 40 años, en 1982. En aquella época no había ordenadores ni smartphones… Sí es cierto que hay trabajos que no han cambiado. Las horas de atención al público en una tienda son las que son. Pero muchos otros trabajos no tienen nada que ver en procesos ni productividad.

Esta revolución en el mundo laboral que se plantea ahora no ha surgido de la noche a la mañana. Pero es que, con los avances tecnológicos recientes y sobre todo con la llegada de la Inteligencia Artificial, estamos muy cerca de poder dar ese paso que se dió hace cuarenta años.

Aplicaciones como ChatGPT nos ayudan a aprovechar más nuestro tiempo Aplicaciones como ChatGPT nos ayudan a aprovechar más nuestro tiempo

Es comparable a la Revolución Industrial, donde las máquinas reemplazaron el trabajo manual y las personas se adaptaron a nuevos roles. Hoy en día, estamos presenciando un fenómeno similar: tareas que antes requerían horas de trabajo humano ahora pueden ser analizadas por una IA en cuestión de segundos. Se trata de una redistribución del tiempo y los recursos.

Sin embargo, el verdadero desafío de esta jornada de cuatro días está en hacerla extensible a todos. No es lo mismo un trabajo de oficina donde puedes optimizar procesos, apoyarte en IA, o trabajar mediante objetivos y proyectos terminados, que un cocinero que tiene que dar servicio en un restaurante.

No todos los sectores pueden adoptar este modelo fácilmente, y existe el riesgo de crear una brecha entre el sector servicios (con tiendas abiertas los fines de semana o 24 horas) y otros sectores donde los empleados podrían disfrutar de tres días libres a la semana. El reto está en encontrar un equilibrio que beneficie a todos sin crear desigualdades laborales aún mayores.

En Apple ya están probando este método

Apple ya está poniendo a prueba la jornada laboral de cuatro días en algunos de sus equipos de alto rendimiento. Un empleado de la compañía nos ha confirmado que tienen la posibilidad de compactar su jornada en solo cuatro días, trabajando un total de 32 horas semanales. Esta iniciativa se complementa con su política de teletrabajo flexible, teniendo dos días de teletrabajo en casa.

La jornada de cuatro días no va a ser una tendencia pasajera. Más bien se puede convertir en un acto de madurez empresarial que requiere compromiso tanto de la empresa como del trabajador. Es un pacto de confianza mutua donde el empleado se compromete a sacar adelante el mismo trabajo en menos tiempo, sin desperdiciar ni un minuto y manteniéndose concentrado en todo momento.

Este modelo exige una nueva mentalidad: ya no se trata de "calentar la silla", sino de optimizar cada minuto para ser verdaderamente productivos. Implica dejar atrás las distracciones, las charlas de café interminables y las reuniones improductivas.

Sin duda, como sociedad, tenemos todo un reto por delante. Adaptar nuestra cultura laboral a esta nueva planificación no será fácil. Solo el tiempo dirá si estamos preparados pero una cosa es segura: la Generación Z ya ha hecho su apuesta.

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