Apple ya ha defendido repetidas veces el derecho a la privacidad de sus usuarios, blindando los datos personales de los dispositivos que vende mediante cifrados de alta calidad. Los principales perjudicados a este problema son organizaciones como la FBI, que se quedan sin poder acceder a los datos de los teléfonos de criminales en los que podría haber información importante para investigaciones.
Aprovechando la reunión anual de jefes de policía del pasado domingo, el director del FBI Christopher Wray puso cifras concretas del problema encima de la mesa: la mitad de los dispositivos obtenidos, unos 6900, no se han podido descifrar.
Una batalla que se puede repetir pero que no acabará
Para decirlo de una forma suave, esto es un problema enorme. Impacta investigaciones de todo tipo: narcóticos, tráfico humano, antiterrorismo, contrainteligencia, bandas, crimen organizado y explotación infantil.
El caso más sonado para Apple fue el del terrorista de San Bernardino, que tenía un iPhone 5C bloqueado que en Cupertino se negaron a desbloquear. El FBI llegó incluso a pedir a Apple que creara una versión especial de iOS para que el FBI tuviera una "puerta trasera", pero Tim Cook no lo hizo argumentando que eso podría sentar un precedente muy peligroso para el futuro.
El caso, por cierto, aún no se ha resuelto totalmente aún después de que el FBI se gastara casi un millón de dólares en desbloquear el teléfono del terrorista. Y expertos en seguridad que ayudaron a Apple a alegar contra la FBI han terminado contratados en Cupertino.
No veo a una Apple dejando que la FBI se meta en los teléfonos de sospechosos de haber cometido un crimen, así que el FBI tiene un largo camino por delante para poder resolver este entuerto.
Imagen | Dave Newman
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