La keynote comenzaba oficialmente a las 10:00 de la mañana, hora de la costa oeste, pero el jet lag - quizás los nervios - me jugó una mala pasada y prácticamente llevaba desde las cinco de la mañana despierto en el hotel. Era mediodía en España y con un rápido repaso a las redes sociales, vi que la gente empezaba a prepararse para la keynote. Pensé en levantarme ya pero luego me di cuenta que un día de evento es muy largo y hay que ir descansado.
Miré hacia la mesa de la habitación donde tenía perfectamente preparado todo lo que me llevaría al evento. El trípode, la cámara, todo cargado al 100% y alguna batería extra por si la necesitaba. Repasé mentalmente cada punto de la agenda que el equipo de Applesfera y yo habíamos estado preparando durante la semana.
Nada mas bajar a desayunar, recogí el badge de la acreditación y vi que este año la manzana era verde. No sé si será coincidencia o no, pero ahora veo que es el nuevo color de moda de los iPhone este año. Alguien preguntó cuándo deberíamos salir para el Apple Park, a lo que yo respondí “vámonos ya”. Eran las 8:00 de la mañana, quedaban dos horas para la keynote.
Rumbo al Steve Jobs Theater
El Apple Park está a unos veinte minutos de San José. Cupertino está más cerca pero carece de los recursos para albergar a la cantidad de periodistas e invitados que acuden a la presentación. Además, coincidimos con otro evento corporativo de Cisco que aunque tenían una buena cantidad de salas del hotel reservadas, seguíamos teniendo sitio para los asistentes a la keynote. Miré de reojo una de las actividades de Cisco y estaban bailando con la música a todo volumen en una de las salas: muy Sillicon Valley todo.
Entramos por el Visitor’s Center, pero el transporte que nos acercaba nos dejó en la acera que lleva directamente a la recepción del Apple Park. Es un pequeño edificio que da acceso al anillo - a la derecha - y al Steve Jobs Theater - a la izquierda. Allá que fuimos. Desde el momento en que bajé del transporte hice un directo de Instagram, recorriendo todo ese camino: espero que tuvieseis la oportunidad de vivirlo con nosotros. Compartir aquel momento que no sale en los vídeos oficiales y es la antesala de la presentación, siempre es muy emocionante.
Una vez en el Steve Jobs Theater, todos los compañeros nos dividimos. Yo me quedé con mis directos en Instagram, veía a Víctor Abarca a lo lejos grabando sus vídeos y perdí completamente de vista a al resto. Esos momentos los aprovechamos para grabar vídeos de recursos, hay que aprovechar cada segundo mientras estamos allí. Entonces llega el momento de bajar al auditorio.
Una mirada rápida a uno de los laterales y vimos a Ángel Jiménez, que estaba ya haciendo cola para bajar a la presentación. Encontré también a Víctor y le dije “sígueme”. Reconozco que hicimos un poco el ninja y nos colamos para llegar a la altura de Ángel. En aquel momento nos convertimos en un escuadrón de incursión: no debíamos perder nuestro puesto y queríamos coger los mejores sitios posible.
La cola empieza a moverse y la prensa baja hacia el auditorio. Nosotros íbamos por la entrada izquierda pero al llegar había una cola terrible. Sin embargo, en el pasillo central, no había mucha gente. Allá que fuimos haciéndonos los despistados. “¡Hola iJustine, nos encantan tus vídeos!” - nos la cruzamos - y conseguimos uno de los mejores asientos que hemos tenido en una keynote: centrados completamente.
Supongo que sería por la localización del sitio, o quizás por alguna mejora en el audio del Steve Jobs Theater, pero el sonido se escuchaba increíble desde ahí. Las sillas - las famosas sillas - incluso vibraban de forma bastante notable, por ejemplo, con el trailer de See o alguno de los vídeos que contaban con música de la presentación.
Este año me dio la sensación de que la zona de acceso a los dispositivos estaba mejor preparada: no había mucha cola ni aglomeraciones y pude probar y tomar fotos de todo sin problemas. Aquel color verde del iPhone 11 Pro es precioso, por cierto. Es el mismo de la “manzanita” de la invitación. Sonreí.
Un podcast en formato trilogía
Tuvimos la increíble oportunidad de acceder al Apple Podcast Studio DENTRO del Apple Park. Para ello, esta vez nos dirigimos a la derecha del camino de recepción, y andamos justo en el exterior del anillo. Aquello es inmenso. No podemos tomar fotografías a partir de este punto, pero aquello es espectacular. Ciertamente es cómo una nave hubiera aterrizado en medio de Cupertino.
Entramos por una de las entradas del anillo, y nos acompañaron hasta una sala donde habían montado micros y todo el hardware para grabar. Sólo teníamos que sentarnos y empezar a hablar. Como teníamos dos sesiones de 45 minutos seguidas, decidimos grabar todos juntos, y compartir el podcast en tres partes en cada uno de nuestros medios. Así, la primera parte la podéis oír en el podcast de Las Charlas de Applesfera, la segunda en Binarios (de Ángel Jiménez) y la tercera en Dínamo (de Eduardo Arcos).
Fue una sesión divertidísima y enriquecedora en un ambiente que ya imagináis espectacular, comentando las últimas novedades con los compañeros de los medios españoles que estuvimos allí. Es también un momento importante porque apenas hacia un par de horas que la keynote había acabado y era cuándo - entre todos - podíamos llegar a conclusiones y conocer las opiniones del resto.
Una visita al fitness center del Apple Park
Habitualmente después de una presentación, la marca nos puede enseñar de forma más personal alguno de los productos presentados. Para un briefing de este tipo, tuve la suerte de ir a al Fitness Center dentro de nuevo del Apple Park, del que apenas he visto fotos u oído hablar y que me gustaría describiros.
Para acceder a él, un carrito como los que se usan en los campos de golf - completamente eléctrico por supuesto - nos lleva por un camino de uno de los lados del anillo: mientras los cruzamos, vi dos campos de fútbol de hierba - real, no artificial - fantásticos. No había gradas, apenas unos pocos bancos rodeando el recinto, con un diseño bastante peculiar que nos recuerda a algunos productos de Apple: parecía construidos de una sola pieza.
El Fitness Center es un edificio ENORME que cuenta con varias plantas inferiores. En la entrada hay una terraza con sillas, mesas y pérgolas para tomar algo al aire libre y justo en la entrada hay un bar de Caffè Macs: allí podemos tomar batidos, café, agua o comer algo sano. Mientras esperaba, me pedí un muy buen zumo de naranja - soy valenciano, poca broma - y me senté en aquella terracita a disfrutar de las vistas. Aquello es prácticamente como estar en medio de un pequeño bosque californiano, con flora autóctona, árboles y vegetación por todas partes. El anillo del Apple Park al fondo le da cierto aspecto de ciencia ficción.
Bajé a un nivel inferior del Fitness Center para mi briefing, y me crucé con varios empleados de Apple con ropa y mochilas de gimnasio. No llegué a ver las instalaciones interiores, pero seguro que cuentan con una piscina porque el inconfundible olor a cloro estaba allí. Bueno, quizás dos, o tres piscinas. Aquello de verdad es enorme. Para mi presentación, me llevaron a una sala donde según me contaron habitualmente se utilizaba para hacer yoga y relajación. Para que pudiéramos estar cómodos, habían llevado sofás y mesas, pero la pared de piedra caravista y el mobiliario de líneas rectas desde luego cuadraban con la idea de relax.
De vuelta ya hacia la recepción del Apple Park en otro de aquellos coches eléctricos, vi a un grupo de empleados dispuestos a jugar un partido de fútbol (fútbol europeo, no americano, por cierto) en aquel campo que había visto en mi llegada. Incluso a mí, que no me gusta el fútbol, me daban ganas de echar una pachanga allí. Me pregunté si en algún lugar habrían redes de voleibol, mi deporte favorito. O cuántas de ellas.
El avión de vuelta a casa siempre me permite planificar y ordenar todo lo que hemos visto y vivido allí: toca pensar en cómo serán los próximos análisis, el detalle de cada nuevo producto y las próximas novedades - pero siempre me gusta reservar momentos como los que estáis leyendo porque también forman parte de esta historia. Gracias a los que la vivisteis con nosotros y volvéis a hacerlo ahora.
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