No contento con hacer fotos en 3D con mi iPhone, he seguido trasteando con la Scubo Cam y me he animado a grabar mis primero vídeos 3D con el iPhone. Es fácil, porque solo hay que activar la opción correspondiente en el modo cámara --de forma muy similar a la aplicación Cámara de iOS-- y los resultados llegan a ser sorprendentes incluso en manos de un videógrafo aficionado como yo.
Para grabar vídeo sí que es completamente imprescindible contar con la Scubo Cam. Las fotos 3D se pueden hacer sin ella, aunque ya descubrimos que ésta aporta muchas ventajas, como una mayor calidad (5 Mpx) y también la posibilidad de hacer fotos a objetos en movimiento.
Añadir la Scubo Cam a nuestro iPhone es muy sencillo, simplemente debemos conectarla a la base del teléfono como si fuera el cable de carga y listo, la aplicación la reconocerá al instante y estará disponible el modo vídeo. De momento está disponible con el conector de 30 pines, pero tienen previsto desarrollarla también con el conector Lightning del iPhone 5.
Con la Scubo Cam lista llega el momento de comenzar a grabar. En las primeras pruebas te das cuenta de que hay que seguir las mismas reglas que con las fotos tridimensionales. Es decir, que el objeto que queremos resaltar esté a dos metros de nosotros y que el fondo se encuentre relativamente lejos.
Teniendo eso en mente es fácil obtener vídeos con un efecto 3D llamativo. Por ejemplo, si grabamos un árbol en plaza, veremos como adquiere volumen y se separa del fondo. Más difícil es conseguirlo con un coche en movimiento y la calle de fondo, pero tras varias tomas de prueba al final el coche parece querer salirse de la pantalla para atropellarnos.
Una vez grabado, la aplicación se toma unos segundos para procesar el vídeo y después podemos disfrutar de nuestra obra tridimensional sin gafas gracias de nuevo al visor de la Scubo Case. De momento el límite de grabación es de un minuto, precisamente para que el postprocesado en el teléfono no lleve demasiado tiempo
También podemos disfrutar de los vídeos 3D en nuestra Smart TV, enviándolos directamente desde nuestro teléfono a través de DLNA, al igual que hacemos con las fotos, y donde de nuevo el efecto el efecto 3D es mayor aún que en el teléfono.
Por sacarle alguna pega, la pena es esa distancia de dos metros que tenemos que respetar con el objeto a grabar debido a la mayor separación de las lentes, porque por un lado nos perdemos poder imitar esos planos cortos del cine 3D, en los que el protagonista apunta a la pantalla con su pistola tan de cerca que parece que la notamos en la sien, y por el otro nos limita a exteriores, ya que dentro de casa enseguida hay algo que se interpone.
Claro que yo estoy aquí poniéndome en plan exigente, como si no fuera ya bastante extraordinario poder hacer fotos y vídeos 3D con mi iPhone y luego poder verlos sin necesidad de gafas especiales. Pero bueno, por soñar, que no quede, es una idea pionera que seguro que mejora cada día, así que tiene un sinfín de posibilidades.
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