Durante años, Asier G. Morato centró sus estudios y su carrera profesional en la comunicación y el marketing, con un fuerte interés por el ecosistema de Apple, especialmente por sus sistemas operativos y las aplicaciones de estos. Cual Viticci, llegó a escribir un artículo de 11.000 palabras analizando iOS 9 y vio el potencial de Workflow, más tarde comprada por Apple, mucho antes de que se convirtiera en Atajos. Luego, llegó la pandemia. Y de la misma forma que hubo quien aprovechó para cantar en coro con los vecinos, aprender a hacer pan casero o simplemente resistir el abismo del tedio, Asier decidió aprender a programar.
"Lo único que había hecho hasta entonces había sido crear mis propios atajos, que no dejan de ser miniaplicaciones", explica. "Y nada más, el resto era lo que sabía de cómo funcionaban las aplicaciones porque llevaba desde el primer iPhone curioseando".
De los atajos a una app de temporizadores para mascarillas
Empezó a aprender el funcionamiento de SwiftUI y creó un estudio, Chubby Apps, junto a su pareja, Patricia Bedoya, centrada en las labores de diseño. La primera aplicación nacida poco después del confinamiento fue SafeTimer, que Asier describe como "la aplicación más fácil que puedes hacer". Servía para controlar el tiempo de uso de cada mascarilla en los primeros meses acostumbrándonos a ellas.
La principal a día de hoy y donde más esfuerzos dedican es Cori, que ayuda a controlar la diabetes conectándose al sensor de glucosa del brazo y cruzando información de distintos orígenes, incluyendo nutrición o entrenamientos, para ofrecer conclusiones sobre cómo afecta cada decisión al nivel de glucosa. En lugar de limitarse a mostrar esos datos, los conecta para ser mucho más útiles al usuario.
Una historia que empezó por la idea del propio Asier de crear una aplicación para que pudiera usar él mismo. "Quise que mi siguiente aplicación fuese también para mí. Soy diabético desde los catorce años y la aplicación que usamos desde hace un par para conectar con el sensor de glucosa es muy compleja, parece pensada para personal sanitario con mucha experiencia leyendo esa información, no para el usuario". Y ahí llegó Chubby Apps.
En este tiempo, Asier también ha aprendido sobre elementos cuya importancia ignoraba y que ahora sí valora, como ayudar al desarrollador detallando los mensajes de error ante un cierre inesperado, por ejemplo.
En los dos años largos que han pasado desde que decidió aprender a programar ha logrado vivir de ello, y también aprender a ver las aplicaciones desde el otro lado de la Store. "Antes no hacía ni caso a los mensajes de error de las aplicaciones, ni a enviar al desarrollador el detalle de lo que estaba haciendo cuando se produjo un cierre inesperado, por ejemplo". El clásico mensaje del que hacemos caso omiso para no perder ni un segundo.
"Ahora sé lo importante que es especificar en qué paso exacto ocurre ese error, porque cada persona usa las apps de una forma distinta, y quizás a mí ni se me ocurriría hacer un paso de una forma concreta en mi propia app, pero a un usuario se le puede ocurrir, por ejemplo, tratando de guardar sin haber subido nada, y eso viene muy bien saberlo". Un ejemplo de un cambio propiciado por pasar a ver esta realidad desde el otro lado.
Cuando le pedimos que pida un deseo para esta inminente WWDC 2022 en forma de algo que vaya a mejorar su trabajo como desarrollador, no habla de APIs ni de funciones concretas, sino de lo que ocurre entre bambalinas. "Apple suele mostrar de una forma muy elegante sus interfaces, pero los portales de desarrolladores y la documentación es un desastre, ojalá arreglen eso".
De SwiftUI, por cierto, habla haciendo una curiosa analogía: supone una cierta iPadización del desarrollo: simplifica y facilita procesos, pero también supone algún paso atrás por el camino de cara a la versatilidad. Es más sencillo, pero cuesta mucho más llegar a ciertos resultados complejos.
Y a los que quieren seguir sus pasos y empezar a aprender a programar con SwiftUI desde cero, da el consejo que le hubiera gustado recibir cuando él comenzó: invertir horas en la aplicación Atajos, descubriendo tanto las posibilidades como la lógica detrás de ellos, porque los considera una fuente muy útil para luego sumergirse en la programación como tal.
También da importancia a entender de forma profunda cómo funcionan las aplicaciones, algo que describe como una especie de receta culinaria... pero extremadamente detallada. "Incluso en las recetas hay pequeños vacíos porque se entiende que cada uno los rellenará mentalmente, pero aquí no sirve, hay que tener en cuenta cada paso. Para hacer un sandwich por ejemplo habría que incluir desde comprobar si tenemos pan de molde en casa, abrir la bolsa sobre la encimera, sacar dos rebanadas, colocarlas en paralelo, ir a sacar queso y pavo de la nevera, sacar una loncha de queso, ponerla sobre un pan... Y así". El detalle.
Esta entrevista puede escucharse de forma íntegra en este episodio del podcast Loop Infinito, el podcast diario de Applesfera.
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