Durante las últimas keynotes Apple lo ha dejado muy claro: la compañía se ha convertido primordialmente en una vendedora de dispositivos móviles. Efectivamente tenemos una excelente gama de ordenadores de sobremesa liderada por el popular iMac, pero el propio Steve Jobs dijo que gran parte del pastel se lo llevan los MacBook el día en el que el iPad vio la luz.
Y es que a pesar de que tenemos el iMac, el Mac Pro y el Mac mini como soluciones de sobremesa, hay una solución que está resultando ser más escogida. Y no estoy hablando de la transición de algunos usuarios hacia el iPad: hablo de usar un ordenador portátil como un sobremesa cualquiera.
Apple, de hecho, ya ha pensado en este tipo de usuarios y tiene una excelente pantalla especialmente pensada como complemento para aquellos que trabajan con un portátil en la mesa. Trabajar así tiene sus ventajas y sus inconvenientes, que quizás podrían solventarse con algunos cambios en el hardware.
Tener un MacBook como ordenador principal es perfecto para aquellos que lo quieren tener todo centralizado en un único ordenador y necesitan moverse esporádicamente con sus datos por temas de trabajo o viajes. Lo llevas en la bolsa o maleta mientras estés en movimiento y cuando llegas a casa no tienes que hacer más que enchufarlo a tu monitor para poder disfrutar de una “estación de trabajo de sobremesa” con la ayuda de un teclado y ratón inalámbricos. Apple tiene muy bien cubierto este asunto con sus accesorios.
La otra solución para los que lo quieren tener todo siempre disponible es un sobremesa y además un portátil, con algún servicio de sincronización o gestión de los archivos más importantes desde la nube. De ahí surge el típico problema de: ¿Dónde guardo mi biblioteca musical o de iPhoto? ¿En el sobremesa o en el portátil? En el sobremesa tengo más espacio, pero ¿y si quiero irme de viaje y mostrar estas fotos? Traspasar archivos de un ordenador a otro al final acaba haciéndose algo cansado.
Pero con la solución del portátil hay un problema que también es importante: la batería. Sólo hace falta trabajar una serie de días con el portátil enchufado a la corriente para maltratar esta pieza de hardware de nuestro portátil. Lo normal sería extraer la batería para trabajar únicamente desde la corriente, pero Apple tiene dos problemas con esto: las baterías de su gama portátil actual están “atrapadas” dentro del ordenador y además, de quitarlas, la velocidad del procesador bajaría como medida preventiva al detectar que no puede coger energía de la batería. Uno de los mayores gastos de los propietarios de un portátil recaen, de hecho, en baterías nuevas.
¿Qué soluciones podrían haber? Apple no va a recolocar su batería para que sea extraíble de nuevo, eso seguro. Pero viendo que cada vez más personas se deciden por la movilidad de un portátil con una estación de trabajo en casa (aunque sea más caro), quizás en Cupertino estén pensando en un modo de desactivar la batería realmente del todo (no como lo hace ahora) sin maltratar sus ciclos de carga y descarga, ya sea vía hardware o vía software.
Tras ver algunas ideas de la LED Cinema Display como el conector MagSafe integrado en ella, tengo esperanzas. Quizás Apple lo ponga más fácil a partir de ahora y con los nuevos portátiles podamos tener una verdadera estación de trabajo sin tener que arriesgar nuestra batería, aunque todo está por ver. ¿Y vosotros, preferís un sobremesa grande y potente o un portátil conectado a una pantalla que os permita llevar toda vuestra información donde sea?
Imágenes | Simon Doggett, Nicholas Todd y Travis Isaacs
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