Durante 20 años Scott Forstall fue el ojito derecho de Steve Jobs. Comenzó en NeXT y cuando Apple adquirió la compañía, pronto se convirtió en una gran valor en alza tras realizar el diseño de la interfaz de usuario Aqua para Mac OS X y supervisar la creación del navegador Safari. En 2005 llegó su oportunidad y lideró al equipo de desarrollo de software del iPhone para ser catapultado con su éxito hasta ocupar la posición de vicepresidente del sistema operativo iOS.
Su caída llegó en 2012, cuando tras el fiasco inicial con los Mapas de Apple, Forstall se negó, según cuentan, a asumir la responsabilidad por los errores cometidos durante su lanzamiento. Desconocemos lo que ocurrió en realidad, pero todo apunta a que Jony Ive aprovechó la debacle y apoyado por Tim Cook, decidieron "dejarle marchar" para dar paso a una nueva etapa en el liderazgo de las divisiones de iOS y OS X.
Ahora, cerca de tres años después de aquello, Forstall ha vuelto a la palestra del modo más inesperado, como productor de Fun Home, un nuevo musical de Broadway que ha sido aclamado por la crítica recibiendo hace tan solo un mes 12 nominaciones a los Tony Awards.
Durante los últimos años, ha estado trabajando en proyectos filantrópicos alrededor del mundo y como asesor de varias start-ups tecnológicas
Según The Wall Street Journal, Forstall es un enamorado del teatro e incluso conoció a su mujer mientras ambos formaban parte de una obra en el instituto. Durante los últimos años, ha estado trabajando en proyectos filantrópicos alrededor del mundo y como asesor de varias start-ups tecnológicas como Snapchat (un dato que conocemos del hackeo de Sony Pictures).
A pesar de la abrupta ruptura con la compañía de la manzana, el antiguo vicepresidente de Apple tan solo tiene buenas palabras en su primera declaración tras los hechos:
“Estoy tan orgulloso de los cientos de personas con las que trabajé [en Apple] y de los que conservo nuestra amistad. Estoy encantado de que sigan sacando grandes productos que encantan a la gente."
Quizás sean tan solo una demostración de sus dotes interpretativas, pero aunque podríamos discutir todo el día sobre lo que ocurrió con Mapas o si el camino del skeumorfismo llevaba a algún lado más allá de iOS 6, es indiscutible que buena parte del éxito que Apple disfruta se debe aún hoy día a este señor. Nos alegramos de que se haya lanzado a perseguir sus otras pasiones y que, además, esté triunfando con ellas.
Vía | The Wall Street Journal
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