Tras la retirada del catálogo del iPod touch y con las existencias agotándose rápidamente tanto en la web de Apple como en otros comercios, está claro que estamos ante un hito en la historia de Apple. Un movimiento tan simple cierra casi 21 años de historia, de la historia de un dispositivo que puso a Apple en el mapa, la llevó mucho más allá de nichos y marcó el camino a seguir para llegar a ser la empresa que es hoy.
El iPod que pasó de los nichos a la universalidad
Solo con decir que el iPhone nació como un iPod Phone, ya nos hacemos una idea de la envergadura que ha tenido para Apple algo tan aparentemente simple como un reproductor de música. Un reproductor que vino para cambiar las regalas del mercado, pues nos permitía llevar 1000 canciones en nuestro bolsillo, toda una revolución en la época.
Si habláramos de los modelos de iPod que marcaron un antes y un después acabaríamos con una serie de artículos, pero creo que tenemos que detenernos en uno en particular, una edición especial: el iPod U2. Este iPod dio el golpe definitivo para que Apple dejara de ser una empresa de nicho. Los Mac interesaban a cierto colectivo, los iPod fueron todo un bombazo, pero seguían, a su manera, siendo más atractivos para cierto colectivo. El iPod U2 cambió eso.
iPod U2
Las personas entraban a las tiendas de informática —en ese momento no habían Apple Store en España, solo distribuidores autorizados— y pedían el iPod. No tenían un Mac, no sabían ni que era Apple. Querían eso que se llamaba iPod. El iPod, de hecho, es el primer dispositivo de Apple que yo vi. No sabía de qué marca era. Fue años después, al conocer a Apple, que he atado cabos y he recordado un momento que me quedó grabado en la memoria.
Shut up and take my money
¿Me compraría un iPod a día de hoy? Quizá no un iPod touch, pues ya tengo el iPhone. Pero claramente me compraría un iPod. ¿Cuál? Eso es lo que nos hemos preguntado los editores de Applesfera, y hemos elaborado una lista de especificaciones.
Hablaríamos de un iPod con el diseño del iPod original, aunque algunos de nosotros apostaríamos por la click wheel del iPod de cuarta generación, —si al escuchar música ibais arriba y abajo por la lista de canciones, solo por el placer de hacerlo, entenderéis el carácter medicinal imprescindible de la click wheel—, montaríamos una pantalla a todo color y preferiblemente táctil, pues tocar siempre es más rápido.
Puestos a pedir apostaríamos por el conector USB-C que ya se rumorea para los iPhone 15 y, por supuesto, tendría soporte para MagSafe. Con un cuerpo más delgado, pero con un mínimo de 84 horas de batería. Quizá admitiríamos algo menos de batería cuando usaremos la red 5G para hacer streaming de las canciones, pero en local, las descargadas en los 32, 128 o 512 GB de almacenamiento, y con la pantalla bloqueada, 12 horas al día de escucha durante siete días parecen un buen número.
Por supuesto, contaría con carga inversa para poder cargar nuestros AirPods 3 (con su MagSafe) y que estos le puedan seguir el ritmo al iPod. Varias opciones de colores, alguien dice que los mismos del logo original de Apple, y opciones de grabado personalizado que vayan un poco más allá de solo texto sería lo necesario para que todos y cada uno de los que formamos el equipo de editores dijéramos: shut up and take my money.
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¿Cuánto dinero? Mmm, no se le puede poner precio a una obra de arte, una pieza de coleccionista de estas características. Ojalá Apple repitiera la estrategia que ya siguió con el Mac del 20ª aniversario. Podría incluir los 20 CDs que Steve Jobs escogió personalmente para probar el iPod original. Ojalá viéramos, en algún momento, un iPod que se acercara a lo que acabamos de describir. Ese es el iPod que queremos, Tim, ese es el iPod.
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