El primer iPhone que lanzó Apple tuvo una vida bastante fugaz, y en parte fue por el defecto de no ser compatible con la red móvil 3G. Usando simplemente GPRS el teléfono sufría de mucha lentitud al cargar páginas web, con lo que la compañía arregló el problema con el iPhone 3G. Y desde ese modelo hasta el actual iPhone 4, seguimos usando esa red móvil 3G en nuestros terminales. Y eso, francamente, no es un problema: la red 3G nos da velocidades de conexión decentes para lo que usamos el teléfono: 3,6 Mbit/segundo o incluso el doble en algunas zonas.
Pero la sucesora del 3G, la red móvil 4G, no para de avanzar a buen ritmo desde hace años. La rumorología iPhonera siempre le ha dejado un hueco a ese protocolo para afirmar que el próximo modelo del teléfono incluirá esa tecnología, pero la evidencia de que las redes aún no están preparadas anularon esos datos. No ha sido hasta ahora que esos rumores empiezan a aportar pruebas más sólidas demostrando que Apple está inmersa en lanzar sus futuros dispositivos preparados para esa red 4G.
Pero ¿qué es exactamente esa red 4G? ¿Qué beneficios nos va a aportar? No podemos evitar ponernos algo técnicos con esto, pero vamos a contarlo después del salto.
La red 4G es, básicamente, una evolución de la red móvil 3G. Y del mismo modo que en la red 3G hay los estándares GSM y CDMA, en la red 4G los estándares que se están disputando la implantación son el WiMAX y el LTE. Parece que LTE está a la delantera, ya que es el tipo de red 4G que más se usa y es el estándar que Apple está adoptando según el dato de Boy Genius Report que hemos mencionado antes.
La principal ventaja de las redes 4G es la velocidad. El estándar LTE goza de transferencias de descarga que superan los 40 Megabytes por segundo (dependiendo de la antena puede bajar a la mitad) y que rondan los diez MB/s de subida. También se prevé que la cobertura 4G no fluctúe y tenga tantas pérdidas como la actual 3G, y conseguiríamos conexiones estables incluso moviéndonos a 500 Km/hora gracias a que el intercambio de transmisiones entre antenas de diferentes protocolos será transparente. ¿Quién no se ha quejado de cómo se comporta la cobertura cuando vamos en un tren?
Los beneficios son evidentes: videoconferencias en alta calidad, streaming de alta definición… las redes móviles serán incluso más rápidas que las redes fijas (a menos que estemos usando fibra óptica o algo semejante). Con antenas podríamos olvidarnos de contratar una telefonía fija. Ya no habría obstáculos para que cualquier dispositivo se conecte a internet. Desde neveras pasando por lavadoras, coches… colocamos una antena 4G a lo que sea y listo.
Apple está preparándose para adoptar ese nuevo protocolo en sus futuros dispositivos. Seguramente no lo veremos en el iPhone 5 que se rumorea saldrá en breve, pero sí que en algunos años veremos irremediablemente el traspaso de 3G a 4G. El único obstáculo: las operadoras. Aún se está preparando la infraestructura de la red 4G en muchos países, y como siempre España es la última de la cola en adaptarse. Y eso que Telefónica, una empresa española, ha implantado ya la red 4G en Alemania pero no en nuestro país…
El precio que van a poner las operadoras para poder usar esa red 4G también va a ser crucial para determinar el modo de usarlo. Si los precios son razonables se podría reemplazar incluso por las redes fijas de internet y de teléfono, pero si las tarifas siguen siendo igual de abusivas me temo que por mucho 4G que tengamos los navegantes no vamos a querer pagar cuotas estratosféricas para poder usarlo.
Apple juega un gran papel en esta transición: es la compañía que catapultó el uso de internet en el móvil con el primer iPhone y con el iPad, lo que ha provocado problemas para que las operadoras puedan aguantar tanto tráfico de datos. Si estamos en esta denominada era Post-PC, las redes 4G se convertirán en algo esencial tarde o temprano.
Imágenes | Thebusybrain, jardeberg
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