Hace unos días, nuestro compañero Miguel López nos hablaba en una entrada de una interesante idea relacionada con todos los avances de Apple en el terreno de los procesadores. Miguel nos comentaba como tal vez podíamos experimentar una cuarta transición en un futuro no muy lejano.
Y es que lo cierto es que la idea tiene bastante sentido en el aspecto de “escalabilidad” y la posibilidad de compartir desarrollos para más de un dispositivo o equipo.
Si la potencia de los procesadores implementados por Apple en sus equipos móviles avanza de forma tan rápida y encima demostrando que son bastante más potentes que los de la competencia, parece que no queda la menor duda de que el futuro en Apple pinta de color ARM.
Compartiendo procesos de desarrollo y producción
Y es que desde hace un tiempo, digamos dos años, hemos podido comprobar como los smartphones y más recientemente los tablets, se han convertido en equipo realmente potentes.
Casi todo nuevo dispositivo lanzado este año cuenta con procesador de doble núcleo, incluso móviles, gráficas de última generación, memorias a la misma velocidad que un ordenador… de hecho la potencia en general se sitúa incluso por encima de la de los primeros netbooks lanzados hace no mucho tiempo.
Lógicamente, si seguimos con este proceso evolutivo en cuestión de dos/tres años podríamos ver equipos portátiles con potencia similar a la de un ordenador o portátil y que poco o nada tendrían que envidiar al mismo a excepción de su sistema operativo.
Pero permitirme decir que personalmente creo que Apple ha empezado dicho proceso de convergencia entre todos los dispositivos de la casa. Un proceso que será bastante lento pero que este mismo año podremos comprobar ligeramente en Lion.
Y es que los desarrollos de iOS y Mac OS X actualmente bajo Xcode son prácticamente idénticos en temas de código y desarrollo y la única diferencia entre ambos programas finales es la compilación para un tipo de procesador diferente.
En decir, la transición de iOS a OS X en la Mac App Store ha sido tan sencilla por que la mayor parte del tiempo invertido ha sido únicamente para adaptar los métodos de entrada y uso del programa, pero no en cuanto a desarrollo puesto que en este aspecto ambos sistemas comparten absolutamente todo.
Si Apple apuntase a dicha nueva transición, podría crear un binomio de sistemas y equipos completamente compatibles entre ellos, con las mismas posibilidades y únicamente limitados por el uso al que este enfocado dicho dispositivo.
Imaginar una única arquitectura ARM para todo equipo iOS, iPod y Mac del mercado, además de un mismo sistema operativo (con sus diferencias tal y como ocurre ahora, pero con unos conceptos similares). Las aplicaciones pasarían a ser universales en el estricto sentido de la palabra: una aplicación compatible con absolutamente cualquier producto de la compañía.
Desde luego que la idea es cuanto menos similar a la de un régimen dictatorial, pero no cabe la menor duda de que es una buena idea e incluso la competencia ya está pensando en ideas similares.
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