El lector de huellas digitales del nuevo iPhone 5S nos ha puesto a todos mirando al futuro, sobretodo en cuanto a los pagos que podríamos llegar a hacer si Apple hace el previsible movimiento de expandir las posibilidades de ese sensor por el resto de sus terminales iOS y por otros servicios de terceros.
Ahora mismo, como ya hemos visto durante estos días, las únicas compras que podemos hacer con el sensor se quedan dentro de los catálogos de la misma Apple: aplicaciones en la App Store, libros en la iBooks Store, música y películas en la iTunes Store... sabiendo las limitaciones que de momento pone Apple, ¿cómo pagaríamos algo tan simple como un helado?
Recordemos lo que nos dijo Apple acerca de la seguridad y la privacidad de Touch ID: nuestra huella dactilar queda completamente cifrada, se guarda localmente dentro del iPhone, nunca se copia en los servidores de iCloud (ni siquiera en las copias de seguridad del sistema) y ningún desarrollador o servicio de terceros puede acceder a ella.
Y no dudo en que si algún día llega la integración con los servicios de terceros, estas limitaciones seguirán siendo las mismas. Es por eso que creo que este tipo de pagos no van a llegar de repente y de forma masiva, sino gradualmente a medida que las compañías vayan fiándose más y más del negocio que ofrezcan desde Cupertino.
h2. La hipotética situación: la compra de un helado
Personalmente me imagino un futuro a medio plazo en el que podríamos acudir a una heladería en cuya puerta podríamos ver una pegatina que pusiese Paga aquí con iTunes, o paga aquí con tu cuenta de Apple, o mejor: paga aquí con tu Touch ID.
Vamos a suponer la situación más difícil: es una heladería más bien tradicional, y no tenemos ningún tipo de aplicación donde podamos hacer el pedido por anticipado en el móvil. Nos acercamos al mostrador y pedimos un helado de manzana (obviamente). Son 2,40 euros. El personal de la heladería tiene un iPad en el mostrador, y sacamos nuestro iPhone.
Aquí tenemos el obstáculo: nos tenemos que identificar y nos tenemos que informar del pago que vamos a hacer. Y hay que hacerlo de forma que sea mucho más cómodo que utilizar una tarjeta de crédito, ya que si no todo este avance no tendría ningún sentido. Descartamos pues algo como introducir nuestra ID de Apple en el iPad de la tienda. Demasiado tedioso.
Una opción podría ser tener una aplicación de Apple llamada TouchID con la que comunicarnos con la plataforma de pagos. El GPS del iPhone nos indicaría en qué local estamos (o lo escogeríamos nosotros mismos), nosotros introduciríamos el importe y autorizaríamos el pago con nuestra huella dactilar. El personal de la tienda lo vería reflejado en su iPad, confirmaría el pago y listo, helado pagado. El banco con el que tenemos nuestra tarjeta de crédito se llevaría una parte de esos 2,4 euros y Apple se llevaría otra. Y nuestra huella dactilar no habría salido de nuestro iPhone, garantizando nuestra privacidad.
Las cadenas de tiendas y servicios extendidos tendrían su propia aplicación, por supuesto: los restaurantes de comida rápida nos permitirían pedir y pagar nuestro menú sin ningún tipo de interacción, simplemente entrando en caja para recoger el pedido; y tendríamos la misma facilidad para poder entrar en cines y otros espectáculos.
Pero falta, por supuesto, que Apple tienda su mano y el mercado acepte cogerla. Muchos no dudan en que tarde o temprano esto va a pasar, pero hay muchos matices y complicaciones a tener en cuenta. Será un proceso, insisto, largo y gradual.
Imagen | smith
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