Al contrario de Google, Facebook u otras grandes empresas de tecnología del Silicon Valley que tienen una sede principal donde está la mayoría de los empleados, Apple está bastante dispersa por toda la ciudad. No obstante, hay un lugar que es considerado el Santo Sanctorum, el centro alrededor del cual giran todas las manzanas: el 1 Infinite Loop.
Desgraciadamente, Apple es la excepción a la regla de que todas las empresas de tecnología te dejan visitar la sede. Incluso teniendo amigos que trabajan en Apple, no me fue posible cotillear por dentro. De todas formas, hay mucho que ver fuera, así que ¡no te desanimes peregrino geek!
Camino de Tierra Santa: Cupertino
Hazte una foto frente al cartel del 1 Infinite Loop y sin más, localiza el restaurante Outback que está al lado. Outback es una red de restaurantes australianos especializados en carne asada. Lo que hace especial a éste, es que se trata del restaurante preferido de Steve Wozniak, y a menudo te lo puedes encontrar ahí. Por si fuera poco, la comida es buena, y cené en él muchas veces con un amigo.
Faltaban pocas semanas para el WWDC y según mi amiga Bunny, co-autora de la biblia de Core Graphics y que trabaja en el departamento de documentación de Apple, estaban viviendo semanas infernales preparándolo todo. No me cabe duda, porque las luces solían estar encendidas hasta bien entrada la noche.
Lo único malo de las cenas en el Outback era la manía infame de mi amigo Eduardo, que recientemente se ha entregado al Lado Oscuro, de entrar siempre usando unos Google Glass. Llegué a temer que seguridad nos echase.
El bar más importante del Silicon Valley
Si sales del Outback, estás a escasos pasos de un lugar verdaderamente histórico, aunque sin duda no lo parece. Camina unos metros a tu derecha, y te darás con un bar de aspecto bastante insignificante. Sin embargo, según Steve Jobs, en él servían los mejores bocadillos y "bagels" de todo el mundo.
Seguro que pensabas que tu iPhone se había diseñado en un lugar más glamuroso...
En él solía reunirse durante horas con Scott Forstall para diseñar el iPhone e iOS. Aunque cené muchas veces en el Outback de al lado, el sábado que me dediqué a hacer turismo, quise comer en él. Me pedí uno de los bocadillos que se zampaba Steve Jobs, a ver si se me pega algo. No estaba mal, pero tanto como el mejor del mundo, habría que discutirlo.
Mejores del mundo o no, es un lugar histórico que hay que visitar, en nuestro particular recorrido de puntos geek del Silicon Valley.
Hacia Mountain View
Después de visitar el Templo Jedi, toca acercarse a la cueva de los Sith, pero antes hay que hacer escala en uno de los sitios más interesantes para un geek. De momento, pillamos el coche y nos dirigimos a Mountain View.
Mountain View es el hermano gemelo de Palo Alto, el otro principal centro de empresas de tecnología del Valle. La más importante de ellas, con mucho: Google.
Vintage Computing
Antes de llegar al Googleplex (la sede de Google), vamos a hacer escala en el museo más friki del mundo: Computing History Museum.
Deja el coche en el parking del museo, pero estáte atento: estás en Mountain View, tierra de Google y es muy posible que te cruces con alguno de los coches autónomos (sin conductor) de Google. Circulan por la ciudad y a menudo los puedes ver.
El museo tiene ejemplares de los principales ordenadores de la historia, empezando por el famoso ENIAC. Además del ENIAC, tienen un IBM 360, un PDP 8 y 11 (donde nació UNIX, sistema operativo que dio origen a OSX e iOS, entre otros muchos).
La primera versión del manual de programación de Unix, escrito a maquina. Este manual aún afecta a la forma en que programamos nuestros iPhones y iPads.
También tienen clásicos olvidados, como una ConectionMachine, el ordenador más sexy jamás creado por el hombre. Al lado de esa maravilla también hay varios súper ordenadores Cray (famosos por haber sido usados para crear la versión original de TRON de Disney).
Hablando de Disney, toca recordar que Steve Jobs antes de vender Pixar a Disney, no solo hacía películas, sino que también vendía ordenadores en Pixar:
Otro ordenador clásico que seguro que hace saltarle las lágrimas a más de uno, es el viejo Spectrum. Allí estaba también.
Tampoco podía faltar el NeXT Cube (otra vez un cubo...). Este es el ordenador más conocido que comercializó Steve Jobs con NeXT.
Lo que pocos saben es que ese ordenador, con el cual Tim Berners Lee creó la Web (tanto el primer explorador como el primer servidor de http), no sólo dió lugar a la revolución web. Años más tarde, esa misma tecnología y ese mismo lenguaje de programación (Objective C) es el mismo que hoy usamos en nuestros Macs, iPhones y iPads.
Después de la revolución de la Web, la misma tecnología se está usando para la revolución de las Apps. Sin duda es un tributo al genio visionario de Steve Jobs.
En el museo uno puede perderse durante muchas horas, así que ten cuidado de no pasarte, porque aún queda mucho por ver. No dejes de darte una pasadita por la tienda, donde podrás encontrar gran cantidad de recuerdos geeks.
De camino a Mordor: el Googleplex
No muy lejos del museo, está la sede de Google, también conocida como Googleplex. Se trata de un edificio enorme y se nota que el ayuntamiento de Mountain View se lleva mejor con Google que el de Cupertino con Apple (hay cierta tensión): ¡nada menos que les han dado una calle!
El Googleplex se puede visitar todos los días excepto los fines de semana. Recomiendo que dediques un rato a pasear y gastar algo en la tienda. Al igual que en el caso de Facebook, es algo un poco extraño pensar que estás DENTRO de Google o Facebook.
A estas alturas es posible que ya estés cansado y te quede poco tiempo del día. Aún hay muchas cosas por visitar, como el garaje de HP, pero hay prioridades. Hablando de garajes, hay uno que no puedes perderte.
El garaje más importante del mundo
Al salir de Google, me dirigí de vuelta al norte, pero en vez de pillar EL Camino Real y volver a Palo Alto, hice un pequeño desvío hacía Los Altos. Allí, me dirigía hacia el 2066 del Christ Drive. En ese número, de una urbanización típica americana, se encuentra una casa que en nada parece distinguirse de las demás: de madera, con un garaje a un lado y jardín enfrente.
Sin embargo, esa casa y ese garaje son muy especiales. En esa casa vivió hace años un tal Steve Jobs y en ese garaje se reunía con otro nerd llamado Steve Wozniak para construir los ordenadores que luego venderían bajo la marca Apple. Ahí nació Apple.
No sé quién vivirá en esa casa hoy en día, ni por qué Apple no la compra para transformarla en un museo, pero está claro que el actual propietario está HARTO de nosotros. Frente a la entrada tiene un cartel indicando que está prohibido pisar el patio para sacar fotos y que en caso contrario llamará a la policía. Sólo le faltaba decir que usa Windows y Android.
En realidad, creo que lo mejor que podría hacer sería cobrar entrada al garaje, pero no es asunto mío. Como está claro que los geeks no somos muy bienvenidos, decido seguir viaje.
La última morada
Al contrario que otros millonarios del Silicon Valley, Steve Jobs jamás se compró una mansión espectacular. Al contrario, siempre vivió en un barrio de clase media alta, en una casa amplia, pero sin alardes. Cuando falleció, se vieron muchas fotos del jardín cubierto con flores que habían traído los fans. Decidí acercarme para echar un vistazo.
Su casa está en Palo Alto, así que termino mi viaje donde lo empecé. La casa, como decía, parece bastante normal, y tiene un jardín amplio y de aspecto algo descuidado. Es posible que se te acerquen los de seguridad, pero en todo caso son muy educados y te dejan sacar fotos sin problemas.
Ya tenía que irme para el aeropuerto, así que tocaba poner fin al peregrinaje geek. Aun así, la mayor sorpresa del día me estaba esperando a la vuelta de la esquina, cerca de la casa de Steve Jobs. Aparcado a la entrada de una casa, me encuentro con esto:
Nunca había visto uno de cerca y si tenía alguna duda de estar en un lugar especial, se me despejaron de inmediato. Al volver a casa, lo hacía con la sensación que al igual que Marty McFly, estaba regresando del futuro.
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