Existe en Bilbao, con el permiso del actual museo Guggenheim, un edificio situado en pleno centro de la ciudad que encierra una larga historia dentro de sus muros. Junto al puente del Arenal, comenzando el casco viejo, más conocido como las siete calles, al lado del teatro Arriaga y frente al primer rascacielos de la villa y la sociedad bilbaína. Para los de “Bilbao, Bilbao”, los del botxo de toda la vida, saben la historia que acarrea a su espalda y se sienten (nos sentimos) orgullosos de ella.
Robert Capa lo inmortalizó durante la guerra civil, si, Robert Capa, el responsable de la foto más representativa de la guerra que enfrentó a hermanos en nuestro país, la “muerte de un miliciano”. Y en sus salas departieron y tomaron café figuras ilustres como Miguel de Unamuno, Blas de Otero o Blasco Ibáñez. Estoy hablando ni más ni menos que del Café Boulevard de Bilbao, actualmente cerrado por mala gestión.
La pasada semana saltó la noticia en Bilbao, y la verdad es que los no conocedores de las tácticas de Apple en estos menesteres, no habrán conseguido leer entre lineas, pero los que estamos día a día bebiendo de la fuente de noticias de Apple enseguida empezamos a hacer nuestra cábalas. El Hard-Rock Café parecía muy interesado en hacerse con el alquiler de este local en Bilbao, cerrado por deudas de sus anteriores dueños y sin abrirse durante este año por la fuerte recesión económica.
Seguro que muchos se alegraron (yo incluso) de leer que una institución mundial como es el Hard Rock Café estuviera interesado en abrir en Bilbao. Sus propios dueños habían confirmado el interés en abrir su franquicia en nuestra ciudad, y una apertura así contribuiría a levantar una zona de capa caída por culpa de la recesión económica.
Los diferentes pujadores sobre el café Art Déco
Al pasar más allá del titular que encabezaba el periódico, podíamos leer que cuatro grupos inversores se encontraban interesados en el local. Uno era el Hard-Rock Café, otros dos eran grupos gastronómicos españoles conocidos por su cocina de vanguardia (de todos es sabido lo mucho que nos gusta el buen comer en la “capital del mundo”) Y había un cuarto grupo inversor que pidió expresamente que no se mencionara su nombre.
Aquí algunos habrían pasado sin más sobre estas líneas, menos cuando te parabas a reflexionar las que lo acompañaban. Todos los inversores estaban interesados en el contrato de alquiler, menos uno, que directamente había puesto sobre la mesa el valor del inmueble para comprarlo, nada de arrendarlo. Este “grupo misterioso” estaba interesado directamente en su compra.
Aquí muchos empezamos a hacer nuestras cábalas. Por una sencilla razón ¿Quien podría estar interesado en adquirir un inmueble así con los tiempos que corren? No es un local cualquiera, es un local decorado en Art Déco, especialmente protegido por el ayuntamiento de Bilbao por el interés histórico y cultural que tiene.
Vamos a fantasear, ¿Veremos una Apple Store abierta en el centro de Bilbao?
La verdad es que como maquero, la apertura de una Apple Store en Bilbao es una alegría. Como persona consciente de las dificultades que vive su entorno, una apertura así supone una buena noticia, no solo por los puestos de trabajo que acarrearía, sino porque atraería visitantes y renovaría la zona. Detrás tenemos las siete calles, y después de ver el último Mac, podríamos irnos a tomar un vinito y un buen pintxo a la calle somera.
Otra buena noticia como Maquero, sería que tendríamos una de las Apple Store más bonitas de España, con el permiso de la de Passeig de Gràcia y la futura Tio Pepe de Madrid. Es una de las zonas con más historia y más céntricas de Bilbao, y también, porque no, de las más bonitas.
Otra duda que me asalta es que si la memoria no me falla, la decoración de dicho local se encontraba protegida, por el interés histórico que tenía. Me resultaría curioso ver como aprovecharía Apple dicha decoración, o si simplemente vaciaría el local para volverlo a decorar, aunque en mi opinión se podría hacer algo muy interesante (y diferente).
En definitiva, ya sea Hard-Rock o Apple Store, son buenas noticias para la economía de nuestra ciudad… Aunque mi corazoncito Maquero me lleva a inclinarme por esta última. Porque como buen bilbaíno que me considero, no solo fanfarronearíamos de nuestro botxo, sino de nuestra Apple Store.
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