Los que estén pensando en comprar un nuevo ordenador ahora mismo y descarten la opción de Linux tienen dos opciones: o bien un PC con el nuevo Windows 7, o por otro lado un ordenador de Apple con el sistema Mac OS X Snow Leopard.
En el lado de Windows 7, tenemos a un sistema operativo con el objetivo de subsanar el gigantesco error que ha sido Windows Vista y volver a las buenas críticas como las que recibieron con Windows XP. De momento lo está consiguiendo: la gran mayoría de usuarios han experimentado una mejora de estabilidad, rendimiento y usabilidad con Windows 7. Parece que el objetivo de la compañía de Redmond se está cumpliendo.
En el lado de Snow Leopard, tenemos a un sistema operativo reescrito desde cero y sin ninguna novedad importante para poder asentar las bases de las futuras mejoras y optimizarlo completamente para la generación Intel de los ordenadores. Esto ya ha sido demostrado, e incluso algunos tests demuestran la superioridad en rendimiento de Snow Leopard.
Resumiendo, un sistema mejorado y competente frente a otro sistema que se deutuvo un momento en la carrera de las nuevas funcionalidades para poder revisarse a sí mismo. Esto ha supuesto, como ya comentó Walt Mossberg, que aunque Snow Leopard siga teniendo las ventajas de la ausencia de todos los virus de Windows el sistema de Redmond le ha ganado mucho terreno al de Apple.
No me cabe ninguna duda de que Apple, tras centrarse en mejorar lo que ya tiene hecho, tiene un número de ideas que pueden convertirse en grandes novedades para la próxima versión sin nombre de Mac OS X, la 10.7. Y supongo que tampoco me equivocaré si afirmo que Apple lleva enfrascado en esta versión desde hace tiempo. Siguiendo el patrón, debaríamos ver este sistema a mediados del año 2011, y eso es menos tiempo del que parece.
¿Qué mejoras son las que va a traernos Apple con Mac OS X 10.7? No lo sabemos. Pero si en Cupertino quieren mantener de nuevo esa gran diferencia que es Mac OS X frente a Windows, ha llegado la hora de ponerse a trabajar y demostrar, una vez más, que Apple puede innovar y revolucionar de nuevo su sistema operativo, su gran pilar sobre el que se sostiene gran parte de la empresa, como ya ha hecho con sus versiones anteriores (excepto con Snow Leopard).
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