El lanzamiento de Google Chrome la semana pasada fue todo un acontecimiento en el mundo de la informática: más allá del impacto de la noticia en todos los medios tecnológicos, la repercusión del prometedor navegador de Google y su influencia en la "experiencia web" del futuro es claramente importante.
Tener un navegador más en el mercado, compitiendo directamente contra Explorer, Firefox y Opera, ha dado que pensar a muchos sobre cuándo comenzará la guerra de navegadores en dispositivos móviles. Mientras que la fundación LiMo (Linux on Mobile) ya tiene planes por parte de la fundación Mozilla para adaptar Firefox en la plataforma, Apple se niega a que ninguna compañía instale en su iPhone otro navegador que no sea Safari.
Lo dijo John Lilly (el consejero delegado de Mozilla) a finales del pasado Julio, en Wired, cuando le preguntaron si pensaban sacar una versión de Firefox para iPhone:
No. Apple lo pone muy difícil. Dicen que es por problemas técnicos - no quieren que terceras compañías distorsionen su "experiencia de usuario". Pero ésto es un argumento más de negocios que técnico. Nos estamos centrando en cosas más importantes. El iPhone ha sido muy influyente, pero no lo es todo: Somos parte de la LiMo Foundation. El Razr V2 en un móvil LiMo, ya veréis mucho más dentro de un año.
Lo que Apple trata de decir es que su móvil consta de cuatro pilares: Teléfono, correo, navegador de Internet e iPod. Debido a ésto, no permiten que otras compañías modifiquen las aplicaciones "clave" que utilizan cada una de estas funcionalidades.
De hecho, ni siquiera se permiten aplicaciones que modifiquen el comportamiento de ellas (por eso retiraron hace unas semanas aquella aplicación que modificaba la reproducción "aleatoria" de la parte iPod").
Sin embargo, si la propia Apple vende su iPhone como "algo más que un simple teléfono" y lo aproxima a un "pequeño ordenador de bolsillo", debería ampliar también su visión y los planes que tiene para él. No puede limitar a las empresas a implementar software en su dispositivo escudándose en supuestos cortapisas técnicos, sino ayudando a dichas empresas a crear productos excelentes. Con las pertinentes auditorias de código y funcionalidades: asegurar que, por ejemplo, Firefox en el iPhone cumpliría con los niveles de calidad que se esperan de él.
Ahora Google tiene en sus manos un excelente nuevo navegador, e indiscutiblemente de todo ésto ya se habrá hablado (o se está hablando) en algún despacho de California: Es el futuro, es lo correcto... y Apple debería saberlo ver antes de que sea demasiado tarde, como ocurrió con la App Store y las aplicaciones de terceros.
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