Cuando ayer conocimos la noticia del despido de Mark Papermaster, el que hasta ahora desempeñaba el puesto de vicepresidente de ingeniería hardware para dispositivos iPod e iPhone, los primeros indicios parecían apuntar a que su salida podría estar relacionada con el revuelo formado por el rendimiento de la antena del iPhone 4 al sostenerse de una forma muy específica y los problemas de producción que redujeron a la mínima expresión la disponibilidad del modelo de color negro (cuyo lanzamiento internacional tuvo que ser pospuesto) y aún andan trayendo de cabeza al modelo de color blanco. Sin embargo, según informa el Wall Street Journal, fuentes cercanas a Papermaster apuntarían a que el ejecutivo habría tenido problemas a la hora de adaptarse al modo de trabajo en la compañía.
Al parecer, Papermaster no habría sido capaz de demostrar el tipo de mentalidad creativa que se espera (y exige) dentro de la cultura corporativa de Apple, donde incluso los ejecutivos de alto rango tienen que estar al tanto de los más ínfimos detalles de sus áreas de responsabilidad.
Aunque Papermaster fue contratado a finales de 2008 su incorporación a la empresa no se produjo hasta abril de 2009 cuando se resolvió su acuerdo con IBM, sus anteriores jefes. En aquel momento Jobs se encontraba apartado del día a día de la compañía mientras se recuperaba de sus problemas de salud y los ejecutivos disfrutaban de más autonomía en la toma de decisiones pero tras su regreso se habría hecho evidente la incompatibilidad entre su particular estilo de gestión y el método de trabajo de Papermaster.
El artículo del Wall Street Journal también hace hincapié en que, siempre según fuentes cercanas, Apple conocía los riesgos que implicaba el diseño de la antena al menos desde hacía un año y que habría sido Jobs y no Papermaster quien tomó la decisión continuar con el desarrollo del nuevo iPhone.
Relacionado o no con los problemas que han acompañado al iPhone 4 en su lanzamiento (y que no han evitado que siga siendo el teléfono más deseado del momento), Jobs habría pedido la confianza en Papermaster meses atrás y progresivamente habría ido derivando sus responsabilidades hacia Bob Mansfield, vicepresidente de ingeniería hardware de Mac y responsable final de algunas del desarrollo de algunas de las novedades más reseñables del teléfono como son el procesador A4 y la pantalla Retina.
Buena prueba de esto, o al menos un indicio bastante claro, es el vídeo de presentación del iPhone 4 (sobre estas líneas) en el que Mansfield ya aparece tomando un protagonismo que si todo hubiese ido como la seda habría correspondido sin lugar a dudas a Papermaster. En fin, puede que conozcamos algo más cuando alguna de las partes implicadas decida hacer algún comentario (si es que llega a hacerlo) pero si no, solo queda desearle la mayor de las suertes a Mark y esperar que Mansfield sea capaz de llevar todo para adelante sin que se resienta el ritmo de lanzamientos de ninguna de sus divisiones.
Vía | Daring Fireball
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