Apple ha anunciado ya iCloud y en breve vamos a conocer todos los detalles de un servicio en el que la compañía ha depositado muchas esperanzas de futuro. No en vano, el crecimiento de iTunes y del negocio que Apple tiene con la música pueden depender de cómo entienda iCloud la nube musical, el streaming y las nuevas maneras de consumir de los usuarios.
Claro que Apple no llega como pionera a este campo y eso mismo que muchos consideran una desventaja, bien podría convertirse en todo un acierto si logran aprender valiosas lecciones de lo que otros servicios de música en la nube nos ofrecen.
Lala: La versatilidad
Que Apple decidiese comprar Lala hace un año no sólo ha de verse como un movimiento para callar con dinero a una compañía que podría haberle hecho sombra, sino también como una adquisición inteligente de una plataforma muy bien hecha.
Lala era versátil: tenía un catálogo muy poderoso, facilidad para acceder a él en streaming o con tus mp3s comprados, sencillez para crear listas y “estaciones de radio”, recomendaciones, un buen reproductor, posibilidad de compartir en nuestras propias webs y redes sociales…
Sí, Lala no llegó a salir de EEUU, pero, una vez probados sus servicios, era la más prometedora estrella del firmamento streaming, incluso por delante de nuestro siguiente (y más famoso) ejemplo.
Spotify: Catálogo y reproductor
Dos elementos han sido básicos para extender el “virus” de Spotify por millones de ordenadores. Por un lado, el inmenso catálogo, la facilidad para buscar en él y escuchar en cualquier momento casi cualquier canción que te apetezca.
Por otro, el reproductor: pese a ser un sistema en streaming, obligar al usuario a instalarse su propia aplicación y dejar de lado el acceso vía web añade una capa de comodidad y da más sensación de “poseer” las canciones. Posteriormente, Spotify añadió un modo offline para ahondar más en esa idea.
Ahora toca hacer el camino de vuelta: si el reproductor de Spotify se inspiraba en iTunes y amenazaba con sustituirlo (Spotify lo puso más fácil al integrar nuestra librería en su reproductor), a Apple le ha llegado la hora de contraatacar.
Amazon Cloud Player: Lo comprado no ocupa lugar (y los precios tampoco)
De la buena iniciativa con la que Amazon ha entrado en esta pelea, casi sin hacer ruido antes del anuncio, hay algo que llama la atención poderosamente y que podría cuadrar con la idea de Apple de no dejar de fomentar las ventas de música digital: el almacenamiento que utilices para guardar los mp3s es infinito si todo es comprado en la propia tienda de Amazon.
Así es: si tú subes tus propios mp3s, ocuparás espacio de tu disco duro virtual (y si necesitas más, pagarás por él). Pero si lo que haces es comprar un disco o una canción a Amazon, no. La idea es de las más novedosas de todas las que se han presentado en el sector y precisamente por lo simple, un buen reclamo para fomentar las ventas.
El otro, claro, son los precios y ahí Amazon siempre está al límite. No sólo tiene una buena sección de ofertas, sino que es capaz de atreverse a sacar discos importantes, en su semana de lanzamiento, a 3’99 dólares. Discos completos al precio de una app del iPad: ¿a que así sí apetece comprar más música digital?
Google Music: estar offline no implica estar sin música
La apuesta de Google en el sector no ha sido especialmente llamativa. Básicamente, han optado por darle al usuario gran capacidad de almacenamiento para que suba su biblioteca personal y, además de tenerla organizada en un mismo lugar, después pueda usarla en dispositivos móviles.
Sin embargo, entre lo interesante de Google Music destaca la capacidad de almacenar nuestras últimas reproducciones en los dispositivos portátiles, para luego poder seguir escuchándolas aunque nos quedemos sin conexión. El reto de Apple es conseguir unir la experiencia streaming con una potente reproducción offline. Al fin y al cabo, no siempre estamos conectados, ni las redes 3G son maravillosas ni, por supuesto, existe aún un iPod con conectividad total (aún; lo sé, por eso lo he escrito).
Grooveshark: la experiencia web… y la libertad del usuario
Será flash, será pesado en determinados navegadores y ordenadores y estará lastrado por una pelea continua con las discográficas que lo colocan casi al borde, pero Grooveshark ha basado toda la experiencia del usuario en el navegador y ha conseguido crear una interfaz potente, con múltiples opciones, rapidez en las búsquedas, muy estable… y abierto totalmente a que todos los usuarios comparten todo lo que quieran con otros, lo que acaba resultando en una gran biblioteca musical.
Es obvio que Apple no va a lanzarse a este sistema, aunque no sería la primera vez que abofetea a las discográficas con un movimiento inesperado.
Last.fm y Pandora: La inteligencia social
No sé si aún podemos considerar a Last.fm y a Pandora competidores en el terreno de la música en streaming. Ambos han acabado siendo ahogados por una industria demasiado avariciosa como para entender que, sin modelos de este tipo, está condenada al fracaso. Pero, en todo caso, aún agonizantes o simplemente condenados a ser pequeños, Apple debería sacar ideas muy importantes de su experiencia.
Si Last.fm aún sigue usándose (además de por su excelente agenda de conciertos) es por crear un historial de tu vida musical y permitir compartirlo con tus amigos: esto has escuchado tú, esto han escuchado ellos, ¿sabes que este otro usuario que no conoces podría ser tu amigo por lo que escucha? Por su parte, Pandora fue capaz de crear un modelo de recomendación automática casi perfecto: era el sitio ideal para descubrir grupos nuevos sólo basándonos en nuestros gustos propios.
Y ahí, Apple tiene en Genius un arma muy valiosa, puesto que poco a poco ha ido ganando en inteligencia. Si lo adapta a iCloud mejorado, estamos ante un ganador nato.
Soundcloud: El modelo Youtube llevado al audio
Soundcloud se ha convertido en un lugar de referencia para sellos discográficos y artistas de todo el mundo. Es su mejor herramienta promocional y, sin duda, gran parte de la culpa está en cómo ha adaptado la estrategia Youtube de permitir que todo lo que suba el usuario sea fácilmente compartible en cualquier destino.
Un simple código embed puede convertirse en el mejor instrumento de promoción que existe y, ya de paso, en un arma poderosa para convencer a las discográficas de las bondades de estar en iCloud.
Bandcamp: El músico independiente también cuenta (y el diseño, por supuesto)
Bandcamp también se ha convertido en un lugar importante para muchos grupos. Y, personalmente, en uno de los servicios de música online que más me gusta visitar. Bandcamp es, por un lado, un myspace bien diseñado y sin perderse en capas sociales que no llevan a ningún lado y, por otro, una herramienta para dejar que todo el mundo escuche tus discos aunque no tengas una discográfica por detrás.
Por eso mismo, se ha convertido en una referencia para muchas bandas que empiezan o que aún no tienen (ni, quizás, quieren tener) a una superestructura industrial por detrás. Vas allí, escuchas los discos al completo, lees las letras, ves las portadas y, si quieres, te compras las canciones, o los discos completos. Para los músicos es sencillo ganar dinero; para los usuarios, fácil escuchar y compartir nuevas experiencias; para Bandcamp, cómodo hacerse con ese nicho de mercado.
Apple no pensó en iTunes en los más pequeños. No lo necesitaba, en aquel momento quiso dar un gran golpe de mano ganándose el gran mercado discográfico. Con iCloud quizás no estaría mal abrir la puerta también al resto.
¿Es todo lo anterior mucho pedir? Por supuesto, pero aún estamos en disposición de soñar.
En Applesfera | iCloud, lo que sabemos (o creemos saber) hasta el momento
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