¿Está Apple obsesionada con el secretismo?

¿Está Apple obsesionada con el secretismo?
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Apple es una de las compañías más molonas del mundo. Pero hay una tendencia de las compañías enrolladas que se niegan a seguir: abrirse al mundo a través de blogs y dejando caer pequeños bocados de información acerca de sus proyectos internos. Así comienza el New York Times un interesante artículo sobre el secretísmo obsesivo que promueve Apple en sus oficinas.

Parece que el laberinto de túneles, controles de acceso y cámaras de seguridad del primer anuncio del iPhone 3G podría no alejarse demasiado de la realidad de acuerdo a varios empleados y analistas entrevistados por Brad Stone y Ashlee Vance. Apple es “una absoluta caja negra” que promueve la cultura del miedo entre sus empleados para asegurar que los secretos de la compañía no serán desvelados hasta el día de su lanzamiento. En boca cerrada no entran moscas.

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Los trabajadores de la compañía cuentan con tarjetas de identificación que deben introducir junto a sus códigos de seguridad para acceder a cada área, probablemente no solo para restringir el acceso, sino también para servir como un registro de donde estaba cada uno en caso de que se produzca cualquier filtración. Muchas zonas de trabajo son supervisadas mediante un circuito cerrado de televisión y, según un empleado anónimo, “en las salas más críticas donde se realizan las pruebas de los productos, los trabajadores deben cubrir estos con telas negras mientras los utilizan y encender luces rojas de alerta cuando son visibles para que todo el mundo sepa que hay que extremar el cuidado”.

Según el artículo, la única diferencia entre las áreas de alta seguridad del ejército de los EE.UU. y Apple es el terror. Los trabajadores de la manzana están aterrorizados con perder sus trabajos, ser demandados, o lo que es peor… ambas cosas. Pero la cosa no termina ahí. Además de todo esto, la desinformación es otra constante.

Gene Munster, analista de Piper Jaffray, narra la historia de como un ejecutivo de alto nivel de Apple mintió en su cara acerca de que no estaban interesados en desarrollar un iPod más barato sin pantalla justo unas pocas semanas antes del lanzamiento del iPod shuffle. Que los ejecutivos mientan no es nada nuevo pero mientras otras compañías se preocupan en construir relaciones productivas con los medios, Apple toma una actitud mucho más defensiva. Phil Schiller, vicepresidente de márketing de la compañía, llegaría al extremo de organizar reuniones internas con trabajadores sospechosos de filtrar información en las que ofrecería detalles falsos de productos en desarrollo para poder determinar más tarde de donde salió una posible información en caso de que se produjese una filtración.

Aunque parte de los motivos se deban a proteger su propiedad intelectual, la verdadera razón de todo este secretismo es la expectación, la emoción que desean producir cuando descubren nuevos productos frente a una impaciente audiencia formada en parte por muchos de los propios trabajadores de la compañía quienes no han llegado a saber nada del producto de marras o solo han colaborado en una pequeña parte del total. Ninguna otra compañía en el mundo se toma esto tan en serio.

Según palabras del propio Steve Jobs, “La única forma de proteger sus proyectos es manteniendo secretos. El problema es, por supuesto, que hay un montón de gente en el mundo, algunos con muchísimo tiempo a su disposición, a los que les encanta descubrir estos secretos”

Vía | TUAW

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