Todos los rumores apuntan a que el lanzamiento en verano del iPhone OS 3.0 vendrá acompañado de la presentación de un nuevo modelo del teléfono. La beta distribuida a los desarrolladores contiene bastantes evidencias entre sus tripas que confirman estas suposiciones, bastante lógicas por otra parte teniendo en cuenta el ritmo al que se mueve la industria y los movimientos de la propia Apple dentro del sector tras el lanzamiento del primer iPhone y su posterior versión 3G.
Independientemente de que veamos o no este verano un iPhone de tercera generación, es obvio que tarde o temprano Apple tendrá que actualizar el hardware de su teléfono pero, ¿cómo lo hará? ¿qué cabe esperar? Bien, antes de nada hay que aclarar una cosa y es que en la situación actual, a nadie le interesa una pantalla de mayor tamaño o un procesador gráfico más potente. Uno de los grandes atractivos de la plataforma móvil de Apple integrada por los cuatro modelos existentes de iPhone e iPod touch es que todos son completamente compatibles con las mismas aplicaciones en lo que a resolución y potencia se refiere.
Mientras que todo el sector muestra una gran fractura incluso dentro de la misma compañía (escoged dos Nokia al azar y veréis como no tienen nada que ver, cada uno tiene un tamaño de pantalla y capacidades diferentes), la manzana ofrece un dogma, la tranquilidad de saber exactamente el hardware para el que estás trabajando. Lo mismo nos pasa a los usuarios, ¿de verdad queréis que la App Store empiece a dividirse con aplicaciones que podéis o no hacer funcionar dependiendo de si vuestro teléfono tiene un año o un mes? Claro que no, al menos no todavía.
¿Donde mejorar entonces? Las primeras noticias apuntan a que Apple podría estar en conversaciones con LG para utilizar sus pantallas OLED “anti-huellas” en el próximo iPhone. Desde luego sería algo inteligente: tienen un menor coste, mejoran el contraste, colores y ángulo de visión, y hasta tienen un consumo más reducido; justo lo que necesitamos para exprimir un poco más de jugo a una batería que también podría aumentar de capacidad en el iPhone G3 (no confundir con 3G).
Por otro lado, aunque no se modifiquen las especificaciones gráficas, utilizar procesadores más potentes como el nuevo SGX543MP de Imagination Technologies podría ofrecer algunas ventajas a los usuarios del nuevo iPhone como poder ejecutar más de una aplicación al mismo tiempo o mostrar una interfaz más rica. Ojo, insisto en que la compatibilidad debería ser total, pero eso no quita que al igual que actualmente Mac OS X Leopard muestra una serie de efectos en equipos potentes omitiéndolos automáticamente en los más antiguos (el efecto de ondas de agua del Dashboard por ejemplo), el iPhone OS 3.0 podría operar bajo los mismos términos.
Finalmente, existen un buen número de características que no influyen en la compatibilidad y que sí podrían y deberían trabajarse: el ya mencionado aumento de autonomía, mejora en la cobertura, opción de cargador inalámbrico como el del Palm Pre (poco probable), cámara posterior de mayor resolución (y con capacidad de enfoque variable si no es mucho pedir) e integración de otra frontal con la que hacer posible el sueño de una versión móvil plenamente funcional de iChat... ¿Alguna idea más?
Imagen | Camera Phones Plaza
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