El País publica hoy en su sección de economía un artículo sobre el modo en que empresas como Apple aprovechan la legislación vigente en España y la Unión Europea para reducir al mínimo su tributo en concepto de impuesto de sociedades hasta el punto de que, pese a haber multiplicado por 14 sus ingresos en España, su declaración le ha terminado saliéndole a devolver.
En Europa las sociedades tributan en el lugar donde desarrollan su principal actividad para evitar una doble imposición, y en el caso de Apple, este lugar es Irlanda. La central europea de la compañía de la manzana se encuentra en Cork, donde el impuesto de sociedades es del 12,5% en lugar de nuestro 30%, operando en España a través de dos sociedades que funcionan como intermediarios: Apple Marketing Iberia y Apple Retail Spain.
La primera, Apple Marketing Iberia, actúa como soporte de ventas y proveedor de servicios de publicidad para terceros (como las tiendas Apple Premium Reseller o las grandes superficies) y ya a principios de año fue objeto de otro artículo por parte del rotativo español en el que señalaba que el 99% de su facturación iba a parar a Irlanda pagando tan solo 2 millones de euros en nuestro país en concepto de impuesto sobre sociedades pese a haber generado unos ingresos de 1.400 millones.
El periódico también dudaba en aquel momento de que Apple hiciese frente a la tributación del 12,5% vigente en Irlanda, apuntando que algunas empresas multinacionales estadounidenses como Google han logrado ingeniar mecanismos para transferir el grueso de sus beneficios desde Irlanda, Holanda o Luxemburgo a paraísos fiscales quedando exentos de tributación de forma indefinida hasta su repatriación a EE.UU.
En cuanto a Apple Retail Spain, la sociedad que gestiona las Apple Store en nuestro país compra sus productos a la irlandesa Apple Sales International a un precio que apenas le deja margen incurriendo incluso en pérdidas por los costes de lanzamiento de las nuevas tiendas. El resultado en resumen no es otro que una declaración de 2011 que le sale a devolver, recuperando los 141.000 euros que habían pagado previamente pese a que tan solo gravaba el 0,5% de sus ventas.
Este tema, extendido al resto de empresas, ha sido tratado ampliamente en el pasado subrayando las deficiencias del sistema tributario y el exceso de beneficios fiscales. Francisco de la Torre, secretario de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado ya nos indicaba el origen del problema en este interesante artículo de 2010 sobre lo poco que pagan las empresas por sus beneficios: “sale más a cuenta invertir en el exterior que aquí y se están creando los empleos fuera. Es mejor ir al modelo de Irlanda, que tiene un tipo impositivo del 12,5%, pero al menos lo exhibes y atraes inversiones.”
¡Gracias a Iker Errasti y todos los que nos habéis pasado la noticia!