Esta semana ha estado movida tras las declaraciones de Larry Ellison, el excéntrico fundador de Oracle y amigo personal de Steve Jobs, quien durante una entrevista con el programa CBS This Morning no ha dudado en pronosticar la caída inminente de Apple tras la muerte de su carismático cofundador y CEO.
"Bueno, ya lo sabemos [lo que le ocurrirá a Apple]. Ya realizamos este experimento en el pasado. Quiero decir, ya pasó. Vimos a Apple con Steve Jobs [moviendo la mano teatralmente hacia arriba]. Vimos a Apple sin Steve Jobs [dejándola caer hacia abajo]. Vimos a Apple con Steve Jobs [moviéndola de nuevo hacia arriba]. Ahora, vamos a ver a Apple sin Steve Jobs."
El problema de la simplista deducción de Ellison es que realiza varias asunciones que sencillamente no son ciertas. La primera, comparar la máquina bien engrasada que es Apple hoy día con la frágil y caótica compañía que era en 1985, una empresa que mucho antes de obligar a Jobs a abandonar su cargo ya tenía serios problemas internos, muchos de ellos provocados precisamente por su propio cofundador.
Y ese es el segundo error. Creer que Steve Jobs siempre fue un genio infalible, y peor aún, el único genio en Apple. Sí, la década en la que Jobs permaneció fuera de la compañía fueron unos años de declive que condujeron a la manzana al borde de la bancarrota pero también fueron los años de la Newton, el dispositivo que acuñó el término PDA y que nadie duda en considerar como el abuelo del iPhone y el iPad.
Y aún así, comparar a Tim Cook o Jonathan Ive con John Scully y Gil Amelio es sencillamente una aberración. El equipo directivo de Apple en la actualidad es un dream team sentado sobre una montaña de dinero que les otorga la libertad suficiente como para permitirse un buen número de saltos al vacío, a innovar sin compromisos.
El motivo por el que a Apple lleva tantos meses sin dar un golpe en la mesa tiene poco o nada que ver con la ausencia de su fundador sino con algo que olvidamos con frecuencia: innovar lleva su tiempo, los productos con la capacidad de cambiar el mercado llevan su tiempo, lanzarse a un terreno desconocido con armas suficientes como para triunfar lleva su tiempo.
No es la primera vez que Ellison ha hablado acerca de Jobs y su legado. Anteriormente, en la conferencia D10 aseguró que aunque Apple se convirtió bajo el mandato de Jobs en una de las compañías más valiosas del mundo, ese no fue nunca su objetivo.
"Él no estaba intentando hacerse rico. No estaba intentado hacerse famoso o poderoso. Estaba obsesionado con el proceso creativo, con construir algo que fuese precioso."
Bien, pues construir algo precioso también lleva tiempo y lo poco que hemos visto del futuro nos invita a pensar que por mucho que el último año haya sido particularmente tranquilo, los meses que están por llegar van a ser de lo más movido: iOS 7, los nuevos iPhones (en plural) y iPads, el Mac Pro y todos los productos de los que aún ni tan siquiera sabemos nada.
¿Apple está condenada? Guardad este artículo en vuestros favoritos y volved aquí en el primer trimestre de 2014. Estaré encantado de retomar el tema entonces.
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