El Apple Watch es un producto peculiar. Desde este abril he llevado uno en la muñeca y me ha permitido ver que este dispositivo no es como otros creados por la compañía de la manzana mordida. Entender esta diferencia es vital para saber qué podemos esperar de un wearable como este. La aparición de la App Store en 2008 y el negocio que ha generado desde cero para los desarrolladores tiene un ligero inconveniente.
Ha inculcado hasta la saciedad a todos los involucrados que las apps son imprescindibles en una plataforma para su triunfo. La velocidad a la que los desarrolladores están abrazando el nuevo Apple TV es prueba de ello. La intuición es que sin apps, una plataforma no puede sobrevivir.
¿Es esto cierto? ¿Aplica a todos los dispositivos por igual? Más aún, ¿qué entendemos por una app? Estas preguntas son especialmente relevantes en el caso del Apple Watch.
El Apple Watch y las formas de interactuar
Cualquiera que haya utilizado el Apple Watch más de unos minutos se habrá dado cuenta de que no es un dispositivo iOS al uso. Las apps son la unidad fundamental de Apple y, sin embargo, parecen estar escondidas dentro del reloj. Cuando giramos la muñeca para activar la pantalla vemos la esfera del reloj, similar a la pantalla de bloqueo de iOS.
En ella veremos la hora además de las complicaciones o widgets con las que la hayamos personalizado. Es decir, que en unos segundos podemos ver la hora además de la siguiente cita de nuestro calendario, estado del stock que tengamos elegido en Bolsa, temperatura exterior, fecha, fase lunar, estado de la actividad, etc.
Y eso puede ser todo lo que necesitemos de él. En caso de que queramos ir más allá, tenemos las notificaciones y los vistazos, que mostrarán una información más detallada o cierto control sobre una determinada funcionalidad.
¿Dónde están las apps? Para encontrarlas, hay que querer presionar la corona digital, entrar en el "panal" de apps, buscar la que queremos, intentar acertar con el dedo y esperar a que se lance. O también podemos pedírselo a Siri. Aunque la velocidad de las apps y el sistema en general ha mejorado con watchOS 2, lo cierto es que es la cuarta opción de un usuario que interactúa con el Apple Watch.
Y ser el cuarto en la lista de alternativas no asegura que vayan a ser utilizadas demasiado por los usuarios.
En busca de la unidad mínima del Apple Watch
El Watch no tiene una pantalla de 3,5 pulgadas como la del iPhone original. A lo largo de estos años, hemos visto cómo el tamaño de la diagonal sí que importa a la hora de tener apps más capaces. Es algo que queda aún más a la vista con el iPad Pro. Apps como Slack nos muestran más opciones cuanto más espacio tienen a su disposición.
Pero en el Apple Watch la pantalla es de 1,5 pulgadas en el caso del modelo de 42mm. 1,3 pulgadas en el modelo de 38mm. ¿Qué van a mostrarnos las apps en una pantalla tan diminuta? La respuesta que muchos teníamos en la cabeza es que los desarrolladores acabarían creando apps con el mínimo común denominador de su versión para iOS, lo cual tiene cierto sentido.
No se puede pretender comprimir una app para iPhone o iPad para meterla en el Apple Watch por la fuerza. Muchos desarrolladores han elegido ese mínimo y lo han introducido en una app para el reloj de Apple. Pero, ¿y si las apps no fueran el elemento central del Apple Watch? ¿Hay algo capaz de sustituirlas en cuanto a inmediatez, utilidad y granularidad?
Puede que la respuesta esté delante de nosotros, en la propia esfera del reloj.
Esferas y complicaciones
Muchos esperábamos que la actualización watchOS 2 introdujera una mayor personalización de las esferas del reloj. Pero no fue así. watchOS 2.1 llegó ayer mismo, pero era una actualización más centrada en añadir idiomas que otra cosa. Todo indica que tendremos que esperar a watchOS 3.
La esfera es el elemento central del Apple Watch. Al activarse con tan sólo girar la muñeca, algo en lo que se ha convertido en especialmente preciso, nos muestra una serie de elementos de gran valor llamados complicaciones (una palabra prestada de la industria relojera). Apple ya ha puesto a disposición de los desarrolladores las herramientas para que creen las suyas propias.
Pero esta posibilidad sabe a poco sin tener esferas distintas a las que Apple incluye de serie. Hermès debutó una esfera personalizada junto con sus correas que nos muestra qué se podría conseguir a nivel estético y de utilidad.
Una manera de entender la utilidad de estas esferas es el cambio de paradigma que suponen para un reloj. Mientras que en un teléfono móvil llamar era su principal funcionalidad, en un smartphone ha quedado reducida a una app de color verde entre decenas de apps. En un reloj, dar la hora es su función principal mientras que en el Apple Watch se ha convertido en una complicación más.
Para que sirva de ejemplo, Pebble cuenta con una App Store que agrupa no sólo apps de terceros sino también miles de esferas personalizables. Si de verdad vamos a ver un nuevo Apple Watch a comienzos de 2016, ese es el momento de introducir una actualización que permita un modelo similar. Ya va siendo hora.
En Applesfera | La era del Apple Watch, análisis.
Imágenes | Blake Patterson, Dave Walker y William Hook.
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