Hace 39 años, Apple se fundó por locos con una locura: conseguir que la tecnología fuera más cercana para las personas alejadas de los laboratorios. Para el resto de nosotros. Ello supuso un gran salto al vacío para algunas mentes de la época, y en ese momento el propio mundo científico-técnico tampoco no entendía muy bien para que iba a necesitar una persona “normal” un ordenador. El mercado no le encontraba la utilidad a algo que nunca había conocido, y no sospechaban todo el camino que había por delante. Fue la época de los grandes egos: el fin de la guerra a mitad del siglo XX situó a la sociedad en un punto de vanidad tecnológica que en muchos casos, despreciaba sus utilidades para la vida diaria.
Pero no era así.
Quizás Apple y algunos genios más de la época – residentes en muchas visiones del futuro - entendieron que las herramientas que nos aporta la tecnología no son el destino, sino el medio para conseguir desarrollarnos nosotros mismos. Comienzan no siendo necesarias hasta que se convierten imprescindibles, y pasamos al siguiente cambio. Es un ciclo que se repite siempre. En muchos casos, sucede cuando porque la sociedad – nosotros - tenemos cierto tiempo de adaptación a algo hasta que llegan las posibilidades. Y así ha sucedido desde la introducción de las calculadoras hasta la exploración espacial.
Por otro lado, como civilización tenemos una capacidad increíble para dibujar el futuro. Lo llevamos haciendo precisamente desde principios del siglo XX, cuando todo estaba en contra de un mundo más preocupado por sobrevivir, que por pensar en cien años hacia adelante. Sin embargo, como si de una terapia colectiva se tratase, nació la época dorada de la ciencia ficción en películas, series y libros, siendo – para mí – el sustrato de todas las sorpresas que tenemos la suerte de vivir hoy en día.
La ciencia ficción nos anticipó los relojes inteligentes
Nos pudimos adelantar a los televisores planos que nos parecían sólo cuadros colgados de paredes, libretas que mágicamente mostraban interfaces y controles, móviles donde podíamos ver a otras personas… y relojes que podían hacer cosas increíbles. Hoy, vamos a vivir juntos la llegada de un nuevo dispositivo que quizás sea el anticipo de algo que vaya mucho más allá que el propio objeto, y con el que Apple nos quiere dar su particular bienvenida al futuro.Contenido de la caja del Apple Watch
La caja se aleja en esta ocasión del minimalismo en materiales de cualquier otro dispositivo de Apple que conozcamos. Durante el paso de los años, las cajas de cada producto han ido adelgazando hasta casi mimetizar al máximo las dimensiones físicas de lo que contienen. Sin embargo, el enfoque para el reloj, en su versión "Watch", es ligeramente diferente.
Lo primero que nos encontramos al abrir la caja es otro pequeño contenedor de plástico, con la manzanita troquelada justo en el centro. Se abre como un pequeño cofre y ahí tenemos el reloj. Es muy similar a las cajas de relojes que nos podemos encontrar en cualquier joyería, y evidentemente, no está hecho así al azar.
Debajo de este contenedor, toda la documentación del dispositivo, la típica guía por pasos mínima que necesitamos para movernos por la interfaz y un manejo básico de los botones físicos. La introducción del Force Touch y el uso de gestos hacen que este tríptico sea útil como punto de partida, ya que probablemente sea la primera vez que llevemos un sistema operativo de esta complejidad en nuestra muñeca.
Todo el proceso de emparejamiento con el iPhone se explica mientras estamos haciendo el proceso de configuración. Además, los datos importantes los extraerá de nuestra cuenta de iCloud y de la información de nuestro teléfono, por lo que las personalizaciones son mínimas en un primer contacto. Nos lo mostró muy bien Eduardo en nuestro primer contacto:
El cargador es básicamente el típico cable USB de Apple con un extremo terminado en una pequeña base circular magnética. Físicamente destaca la enorme longitud del mismo, quizás pensando en utilizarlo combinado con bases de carga donde el cable puede recogerse, o para que sea más cómodo a la hora de cargarlo en la mesilla de noche.
Para el análisis, también hemos utilizado el reloj con una correa deportiva, el modelo en negro. La caja en este caso es más delgada e incluye la correa en todas las tallas disponibles: una parte con el remache de sujección y otra parte con dos correas, una en tamaño S/M y otra en tamaño L/XL, para que podemos utilizar la que más se adapte a nuestra muñeca.
Así es físicamente
Apple optó por un cuerpo cuadrado en lugar del circular típico de muchos relojes (y algunos relojes inteligentes) del mercado. En términos de uso, es más cómodo ver la información en una pantalla de éste tipo, ya que los datos y las aplicaciones - al igual que los usuarios - ya están acostumbrados a trabajar con pantallas de este formato.
Si algo destaca en el Apple Watch es la increíble calidad de sus materiales y su construcción. Nada de aspectos plásticos o materiales imitando a otros mejores: el modelo analizado es de acero inoxidable de aleación 361, que cuenta con una elevada resistencia a la corrosión. Apple lo ofrece en dos colores, color plata o negro espacial, siendo éste último el más diferenciador de la gama ya que cuenta con un cuerpo más oscuro que da lugar a más combinaciones.
La construcción es impecable, sin ninguna duda. Si revisamos los materiales con los que Apple ha construido también el resto de correas, nos encontramos incluso tejido Vectran - utilizado por la NASA en los airbags de la sonda Mars Rover - para recubrir el interior de la correa de piel con hebilla. Cada uno de los 20 modelos de esta primera colección está pensada - y diseñada - no sólo como un elemento de alta tecnología, también como una prenda de vestir. Esta intersección entre ambos mundos es uno de los puntos fuertes que hace atractivo al Apple Watch, y que Apple ha sabido identificar muy bien.
Por si os lo preguntáis, cuenta con un nivel de resistencia al agua de tipo IPX7, lo que nos permite tener el reloj sumergido hasta un metro bajo el agua durante media hora. Por supuesto, también está protegido contra el sudor o lluvia y aunque no se recomienda para natación, muchos usuarios lo han estado utilizando para ello sin problemas.
La pantalla Retina es idéntica a la del iPhone 6
La pantalla, como en los todos los últimos dispositivos de Apple, es la gran protagonista. Cuenta con una pantalla Retina virtualmente idéntica a la del iPhone 6, con 322 píxeles por pulgada y una facilidad de visión y calidad impresionantes. No en vano ha sido calificada como la mejor pantalla que existe en un reloj inteligente, y si duda es algo en lo que Apple ha puesto mucho empeño: no dejar absolutamente nada al azar, y que cada punto de su nuevo producto destaque en cuanto a calidad.Las correas
Un reloj es un dispositivo distinto al resto de productos móviles: en otros, los accesorios se utilizan para reforzar, cuidar o cambiar el aspecto del producto en sí. En un reloj, la correa no debería ser considerado como accesorio porque forma parte del cuerpo principal, sin embargo a efectos prácticos y de posibilidades sí que lo es.
Apple ha visto que un punto tan importante como éste no podría descuidarlo con su reloj, y ha potenciado la personalización física con una variedad de modelos que combinan uno de los tres cuerpos (aluminio anodizado, acero inoxidable y materiales de lujo como el oro o la plata) con una gran variedad de modelos de correas que cambian completamente su aspecto.
Apple ha entendido muy bien que la personalización con accesorios puede ser una gran baza en el Apple Watch
Para ello, ha dado en la diana con dos claves: conseguir que todas las correas sean compatibles entre todos los modelos de cuerpos (siempre mirando que pertenezcan a la medida correcta con el mismo, 38 o 42mm), y que sean extremadamente fáciles de cambiar. Así, podemos variar el aspecto, o preparar nuestro Apple Watch para una sesión de entrenamiento simplemente apretando dos botones de anclaje y deslizando con los dedos sin utilizar ninguna herramienta.Las correas van a ser uno de los grandes éxitos dentro del mercado de accesorios para el reloj. Ya podemos encontrar en el mercado correas de terceras marcas que aportan aún más posibilidades a nuestras necesidades de personalización. Y es sólo el principio: Apple tiene preparado algo más con la inclusión de un puerto secreto que puede cargar el dispositivo y quizás, aportar un paso más en la integración inteligente de la misma con el reloj. ¿Correas con baterías o nuevos sensores, quizás? No me parece descabellada la idea de una correa con GPS para ampliar las características de este modelo en el futuro, por ejemplo.
Comodidad de uso
El Apple Watch es el primer dispositivo de la compañía que "se lleva". Es por eso que el factor comodidad es algo a tener muy en cuenta, y como he comentado, ello comienza en una construcción sólida y unos materiales de calidad. La forma de reloj y el peso es lo siguiente que tenemos que considerar: las primeras fotos que pudimos ver del reloj mostraban que la zona de sensores "abultaban" un poco la zona que inferior, ya que tiene que estar en contacto con nuestra piel. Esto no se nota una vez puesto y es perfectamente cómodo llevarlo.
El Apple Watch es un reloj ligero y cómodo de llevar, incluso haciendo deporte
El peso tampoco es relevante: he llevado relojes más pesados y más ligeros, y no se me hace difícil llevar el Apple Watch en mi día a día, o incluso haciendo deporte. La gran ventaja de un dispositivo que se lleva es que - si no es incómodo, o pesado - rápidamente lo llevamos sin reparar en él. Las correas también ayudan mucho a esta comodidad, sobre todo la gran capacidad de adaptación que tienen a los diferentes tipos de muñeca, gracias a los eslabones extraíbles por botón - sin herramientas - de la correa de acero inoxidable, o el cómodo sistema por el que la correa se pasa por debajo de si misma para no necesitar puntos de sujeción en la misma.El grosor también es algo que en fotografías parece más de lo que visto en directo - y mucho más puesto - es. En la muñeca no da una sensación de algo excesivamente grande (y hablo del modelo de 42mm), aunque no dudo que una reducción de grosor sería una buena idea. El tamaño de la esfera ya es cuestión de gustos personales, os recomiendo que os paséis por una Apple Store y os probéis los distintos modelos hasta dar con el vuestro.
¿Cuanto dura la batería?
Una de las grandes preguntas - y que más polémicas levantó - fue la duración de su batería. Con los móviles ya hemos superado ese punto en el que tenemos que cargar el dispositivo cada pocos días, pero no estamos acostumbrados a hacerlo con cualquier reloj. Si sois usuarios de otros relojes inteligentes antes de tener un Watch (el Pebble, en mi caso), ésto no será problema para vosotros.
La batería, dura alrededor un día utilizándolo sin desconectar ningún sensor ni renunciar a nada (aproximadamente, siempre dependiendo de lo activos y el uso. No hay que olvidar que es un dispositivo muy personal). Notificaciones, aplicaciones, alguna llamada, y enseñarlo a quien se te acerca a verlo por curiosidad. Si lo utilizamos para hacer deporte, el consumo de batería es mayor durante ese tiempo, ya que el sensor de ritmo cardíaco hace mediciones cada cinco segundos - en lugar de cada hora aproximadamente en modo normal - bajando un par de horas más si lo utilizamos haciendo deporte.
Evidentemente, es un dispositivo pensado para cargar todas las noches, de forma que lo preparamos para afrontar otra jornada completa al día siguiente. Esto implica que nos tendremos que llevar el cargador magnético allá donde vayamos, o utilizar el modo ahorro de energía del que ahora hablaremos. El cargador está pensado para ser utilizado de la forma más cómoda posible, utiliza la carga por inducción para anclar mediante magnetismo el reloj, que podemos mover y utilizar sin que se desconecte. Es, en muchos aspectos, un MagSafe de nueva generación.
Apple - aún - no ha lanzado ninguna base oficial de carga, pero ha creado un cable mucho más largo de lo habitual, con lo que ya existen numerosas bases en el mercado que recogen el cable y dejan el conector magnético justo para que sólo tengamos que dejar reposar el reloj.
El modo ahorro de energía es también una buena forma de apurar esas últimas gotas de carga, ya que apaga a la vez todos los sensores y conectividad del reloj, convirtiéndolo en un reloj normal. Podemos volver a activarlo cuando lo necesitamos, ya que lo tenemos bastante a mano dentro del apartado de "Vistazos". En este modo, el reloj puede durar hasta un día más, dependiendo de la carga que tenga. También podemos optar por apagar el sensor de ritmo cardíaco, o desconectar aquellas características que no vayamos a utilizar.
Así se utiliza
Uno de los mejores consejos para un nuevo usuario del Apple Watch, es no pensar en él como en un iPhone. El funcionamiento es completamente distinto y al forma de utilizarlo cambia respecto al móvil. Lo primero que vemos al activarlo es la esfera, y desde él podemos ir a la zona de notificaciones (deslizando de arriba a abajo), o a la zona de "Vistazos" - una especie de widgets ligeros - deslizando de abajo hacia arriba.
Si pulsamos en la Corona Digital, iremos a la zona de aplicaciones, donde podemos lanzar alguna de ellas, o ampliar la vista rodando la corona. Para volver a la esfera, podemos volver a pulsar sobre la corona, que también sirve como cambiador rápido entre donde estemos y la última aplicación abierta.
El botón inferior del reloj nos llevará a la esfera de marcación rápida. Desde aquí podremos enviar un mensaje (vía iMessage), un latido, dibujo o emoticono, o llamar. La llamada se atenderá directamente en el reloj, gracias al microfóno y altavoz incorporado, o en el teléfono si lo desbloqueamos (gracias a Handoff).
La tecnología Force Touch va a ser la próxima gran revolución en los dispositivos de Apple
Un nuevo punto a tener en cuenta es el uso de Force Touch: algo que ya probamos, y nos encantó en el nuevo MacBook Pro de 13" y en el último MacBook lanzado por Apple este 2015. Se trata de un sensor de presión en la pantalla que, combinado con un procesador háptico, nos devuelve una vibración que emula un click al presionar con fuerza. Ésto se utiliza como "botón secundario" en aplicaciones: nos da acceso a características comunes, como borrar elementos, parar o pausar el entrenamiento, recargar una pantalla...Force Touch en el Apple Watch me parece una gran idea, y es realmente cómodo e intuitivo adaptarse a esta nueva forma de interactuar con el sistema operativo. Tanto, que a mi me ha pasado el intentar pulsar con Force Touch sobre la pantalla de mi iPhone 6 Plus. Todo llegará.
El apagado y el encendido de la pantalla es algo que me preocupaba después de ver la keynote de lanzamiento. En un reloj, esperas inmediatez al mirarlo, y el Apple Watch no deja de ser un mini-móvil. Parece que Apple también ha entendido la importancia de ésto y, al elevar la muñeca, la información está ahí. También se puede acceder a ella pulsándola. En cualquier caso, no ha resultado ser - con el uso del día a día - algo que impacte en la experiencia de uso.
Usando el Apple Watch como dispositivo independiente
Una de las dudas más frecuentes sobre el nuevo reloj de Apple es su capacidad de independencia respecto al teléfono. No es un dispositivo completamente autónomo, ya que necesita del iPhone para conectarse a Internet y tener acceso por ejemplo a su GPS, para poder utilizar esa información.
La inclusión de un chip GPS propio en el Apple Watch hubiera sido un gran golpe en la mesa por parte de Apple, ya que redondearía una gran primera versión. En los tiempos actuales, con dispositivos como el iPhone 6 Plus con cinco pulgadas y media, se hace difícil utilizarlos combinados mientras entrenamos, por ejemplo corriendo, aunque quizás hubiera encarecido - aún más - el precio de un dispositivo como éste de primera generación.
El Apple Watch es un gran herramienta deportiva, pero le falta explotar los datos al nivel de detalle de otras apliaciones del mercado, algo que cambiará con watchOS 2
El Apple Watch puede ser un buen compañero en actividades deportivas sin necesidad del iPhone, sólo que perderíamos los datos de geolocalización y trazado de mapas. En realidad, con la versión actual del sistema operativo, tampoco perdemos gran cosa ya que la aplicación "Entreno" no nos ofrece una vista detallada del trazado de nuestra carrera, por ejemplo, tal y como hacen aplicaciones como Nike Plus o Runkeeper. El problema es que estas dos últimas aplicaciones no son nativas (al menos hasta que no llegue watchOS 2) por lo que sin el iPhone no podremos utilizarlas en el reloj.Con la aplicación "Entreno" sí que podremos salir a hacer deporte, funcionando perfectamente. Esta aplicación tiene cosas que me han gustado mucho, por ejemplo la diferenciación de deportes que calibra como el reloj procesa los parámetros para adaptarse a una actividad u otra. Sin embargo, es una aplicación muy justa para lo que el mercado ofrece ahora mismo.
Por ejemplo, las pantallas durante la realización del ejercicio se pueden personalizar, es cierto, pero sólo alternando entre dos o tres posibilidades (latidos por minuto, calorías, tiempo empleado, etc...). Echo en falta en la actividad de "Bici estática" (entre otras, por ejemplo) muestre el porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima del usuario. O poder personalizar no sólo tipos de datos sino donde quiero que aparezca en la pantalla.
Otra de las cosas a mejorar por esta aplicación es la explotación de los datos. Con el Apple Watch tenemos un dispositivo fantástico para cuantificarnos pero luego esos datos se diluyen mostrando sólo datos básicos como calorías, distancia recorrida, etc... Aquí también entraría en juego una mejora en la aplicación de gestión para el iPhone (de la que hablaremos a continuación), que podría mostrar esa información detallada al máximo en la pantalla de nuestro teléfono.
La conexión por Bluetooth con otros dispositivos (incluso sanitarios) es un completo acierto
Ahora algo que me ha gustado mucho, sin perder la perspectiva de la independencia del iPhone de la que estábamos hablando: es posible conectar el reloj directamente a dispositivos Bluetooth externos. Altavoces, auriculares, sensores cardíacos... Además, podemos descargar en el reloj música directamente desde nuestro iPhone, por lo que si contamos con unos auriculares inalámbricos podremos escuchar las canciones directamente desde nuestra muñeca sin necesidad de tener un iPhone cerca. Incluso podemos sincronizar listas de Apple Music en el propio reloj.
Este es el uso más común, pero hay muchos más que - en el futuro - van a mejorar y mucho las características del reloj. Por ejemplo, conectar nuevos sensores cardíacos (o de otro tipo), sensores domóticos en casa - ojo con ésto - o cualquier dispositivo que utilice el Apple Watch como plataforma de control o gestión. Las posibilidades son increíbles aquí, y sólo nos estamos asomando a ellas.
watchOS 1.0.1, primer contacto
Con el Apple Watch también estrenamos un tercer nuevo sistema operativo dentro de la compañía: watchOS. Entendido como una versión minimizada de iOS, especializada para las características hardware del reloj, watchOS cuenta con su propio ciclo de desarrollo. Es además un momento curioso dentro de la hoja de ruta de Apple, ya que este sistema operativo está funcionando en un dispositivo que habitualmente no los tiene. Es decir, no es una evolución de un sistema de un teléfono inteligente a un iPhone, como ocurrió en 2007 con iPhone OS (después se convertiría en iOS). Es una nueva aproximación ya que hablamos de un objeto vestible, con sus propias características.
Apple ha creado el hardware y el software en el Watch de forma que sean familiares para cualquier usuario de iPhone
Tal y como os he contado dentro del uso del Apple Watch, la compañía conocía perfectamente que un sistema operativo para un reloj contaría con inconvenientes a priori, y por eso lo dotó de elementos familiares: la Corona Digital es un botón "Home", el botón lateral es el botón de encendido y apagado. Y la interfaz tiene muy definidas las transiciones entre las esferas, el mosaico de aplicaciones y las notificaciones o vistazos. No tardamos mucho en entender los conceptos y navegador con el Apple Watch tal y como lo hacemos hoy en día con cualquier iPhone.Un factor importante que me gustaría mencionar en este análisis del primer Apple Watch (al que volveremos muchas veces en los próximos años), son las enormes posibilidades de interacción que se podrían transmitir entre iOS, OS X y watchOS. Con iOS, Apple aprendió muchos nuevos conceptos para aplicarlos a OS X que no hubiera podido entender de otra forma, y estoy seguro que con watchOS y sus nuevas experiencias de usuario, pasará lo mismo. Empezando por Force Touch, un sistema magnífico que aporta nuevas posibilidades a las pantallas táctiles (o superficies táctiles, en realidad, como vimos con el nuevo MacBook Pro de 13"), entendido como una nueva evolución del "botón secundario" y aportando nuevas acciones donde antes era complicado obtenerlas, de forma completamente intuitiva para el usuario.
En líneas generales Apple ha resuelto y con nota como conseguir un sistema cohesionado y coherente, sin perder la inmediatez y la rapidez que exige un objeto como un "reloj", que como he comentado se aleja completamente de los paradigmas tradicionales vistos en escritorio y móvil. Y para ello no sólo se ha basado en una interfaz táctil (como la competencia) también ha añadido un sistema conocido como es la Corona Digital, actualizado y funcionando de la forma que es más útil en un sistema operativo. Es nuestro botón inicio, nuestro navegador por las aplicaciones y la interfaz y nuestro punto de referencia para volver hacia atrás o cambiar rápidamente entre aplicaciones (implementando incluso el "doble click" para ello).
Las esferas en el Apple Watch son demasiado escasas y poco personalizables: Apple debería plantearse crear una "Watchface Store" donde los usuarios puedan crear las suyas propias
Se echa en falta quizás una mayor personalización a nivel de software, sobre todo a la hora de personalizar las esferas - la cara visible del reloj - permitiendo incluso que los desarrolladores puedan crear las suyas propias, al igual que aplicaciones. Una "App Store de esferas" sería una gran idea, siempre ajustados a las líneas de diseño de la compañía, ya que la gente puede aportar ideas fantásticas que revitalizarían aún más el reloj. Con watchOS 2, podremos personalizar más algunas esferas añadiendo información directa de las aplicaciones, lo que me parece un paso en la dirección correcta.
Me preocupaban los problemas que un sistema primerizo podría tener junto con una primera versión de un hardware, pero parece que la experiencia del primer iPhone y prefererir un enfoque más centrado en hacer que las cosas funcionen bien, aunque echemos en falta otras, les está dando resultado. Las aplicaciones nativas de terceros y su acceso completo al hardware llegará con watchOS 2 sin necesidad de lanzar un nuevo modelo de reloj, lo que nos indica que este mismo hardware que tenemos en nuestras muñecas nos va a dar muchas más sorpresas sin correr riesgos en rendimiento que al final afecten a la experiencia del usuario. Y me parece una gran idea porque con watchOS 2 demuestran que dan los pasos firmes que una primera versión de un dispositivo necesita.
La aplicación para iPhone que gestiona el Apple Watch
Una parte importante del reloj vive en el iPhone: en la aplicación que lo gestiona. Es la aplicación que a todos nos apareció en iOS 8.3, la que realiza el emparejamiento y que gestiona todos los parámetros que configuran su funcionamiento. Es importante conocerla porque desde ella incluso podemos cambiar la disposición de las aplicaciones en el mosaico del reloj (algo que también podemos hacer desde él, por supuesto).
La configuración se utiliza en gran medida para personalizar cada elemento tal y como queramos utilizarlo en el reloj, duplicando la funcionalidad del iPhone. Si se activa esta duplicidad, la opción seleccionada se comunicará con el teléfono y viceversa, y los cambios en cualquier parte se verán reflejados en ambos dispositivos. Por ejemplo, si activamos "Duplicar iPhone" en el Modo Avión, cuando lo activemos en el reloj también se activará en el teléfono, y si lo desactivamos en el teléfono, se desactivará en el reloj también.
Podemos personalizar cómo funciona el Apple Watch hasta el último detalle, para que trabaje para nosotros, no interrumpiéndonos
Un apartado importante dentro de la aplicación es la gestión de las notificaciones. De forma similar a cómo lo hacemos en el propio teléfono, podemos activar o desactivar por aplicación si queremos recibirlas en el reloj. Incluso alguna personalización extra, por ejemplo en Actividad podemos activar los "Recordatorios de levantarse", pero eliminar las "Actualizaciones de progreso". Las aplicaciones con personalización extra son las nativas del reloj, que hoy en día - en watchOS 1.0 - sólo son las trae el sistema operativo. En el apartado de Vistazos encontraremos aquellas aplicaciones instaladas en el reloj que puedan utilizar estos pequeños widgets.Teniendo en cuenta que el reloj es algo que siempre tendremos muy a la vista, Apple nos ofrece dos opciones para aumentar nuestra privacidad: Una, mostrar un punto rojo de notificaciones en la parte superior de la esfera, que nos avisará que tenemos una notificación al menos pendiente de leer. Otra, convertir las notificaciones en privadas: sólo aparecerán cuando se pulsa el aviso. También podemos activar una discreta vibración especial que nos anticipa que nos va a llegar una notificación. Aquí, de nuevo el increíble Taptic Engine ayuda mucho, ya que no es una vibración usual del dispositivo, sino transmitida hacia nosotros.
El apartado "General" contiene la configuración e información típica de forma similar a lo que encontramos en un iPhone, y podremos activar o desactivar la detección de muñeca (eligiendo qué queremos ver cuando se activa la pantalla, la esfera del reloj o la última pantalla que se visualizó), handoff, actualizaciones de software... Una de las opciones interesantes es que podemos silenciar el reloj tapando la pantalla con la mano durante tres segundos, cuando se recibe un aviso.
La instalación de aplicaciones se hace desde el iPhone. Nos aparecerá una lista de todas las aplicaciones instaladas en el teléfono que tienen versión para el Apple Watch, y podremos decidir - por cada una de ellas - si la queremos en el reloj, o no. Como véis, este pequeño gestor es el centro de control de nuestro Watch, y aunque es sencillo de usar, me gustaría que se organizara y aprovechara mejor.
La aplicación que gestiona el Apple Watch en iOS debe mejorarse y especializarse en ser útil y cómoda
Por ejemplo, no encuentro sentido a las pestañas Explorar, Destacado o Buscar, cuando básicamente ahí nos muestran el contenido de la web de Apple del Watch o las aplicaciones. Un usuario ya sabe donde está todo eso, quizás se podrían haber aprovechado esas pestañas para tener más ordenado el gestor. Apple puede hacerlo mucho mejor con esta app, confío en que próximas actualizaciones (quizás de cara a watchOS 2.0) mejoren el enfoque con esta aplicación gestora del iPhone.Así es el día a día con el Apple Watch
Es curioso, pero vivir con un Apple Watch me ha recordado en muchos aspectos a cuando tuve mi primer iPhone en 2007, pero con una diferencia importante: el iPhone era un nuevo teléfono inteligente que evolucionaba un concepto estancado durante años, y el Apple Watch es un objeto cotidiano convertido en algo más. Incluso para los que venimos utilizando relojes inteligentes desde hace años, en mi caso el conocido Pebble.
El Apple Watch parte de una premisa importante: en su primera versión apuesta por ser una pantalla secundaria de aplicaciones del teléfono, contando con aplicaciones nativas que refuerzan la idea de dispositivo cuantificador y deportivo. Por ello, desde el primer momento que lo llevamos, nos servirá para ser más activos: el sensor cardíaco incorporado de forma casi invisible al ponérnoslo es un útil aliado para conocer cuando necesitamos una motivación extra para movernos, levantarnos o conocer con exactitud las calorías que consumimos en una actividad.
No hay un uso típico del Apple Watch. Lo más interesante de un dispositivo tan personal como éste, es permitir que se adapte a nuestro ritmo de vida. No es un objeto imprescindible (hoy en día, ya volveremos a este artículo dentro de unos años) pero cuando aprendes a integrarlo en tu vida, las posibilidades y la capacidad para ayudarte en el día a día hace que merezca la pena. En próximos artículos os contaré todo lo que he descubierto que el Apple Watch puede hacer por nosotros, con aplicaciones o cominando servicios increíbles.
Como segunda pantalla del iPhone y sus aplicaciones es un dispositivo fantástico. No necesitamos sacar el teléfono del bolsillo, bolsos o maletines, y se puede consultar discretamente si tenemos algo urgente que atender sin tener que estar pendiente del iPhone. Las notificaciones interactivas ayudan muchísimo a lanzar respuestas rápidas o a interactuar con las aplicaciones de forma sencilla y directa, de forma mucho más cómoda a cómo lo hacemos con el móvil (sacándolo del bolsillo, desbloqueando, entrando en la app...). En el reloj es un giro de muñeca y pulsar sobre el botón de la notificación.
La intensidad de las notificaciones es algo con lo que debemos auto-educarnos. ¿Es necesario tener notificaciones de todas las Apps? Apple nos permite, como ya hemos comentado, filtrar las notificaciones que el reloj atiende, independientemente de cómo las tengamos configuradas y continúen apareciendo en el teléfono. Es una buena idea para las que queremos tener en el teléfono, pero no en el reloj.
¿Lo necesitas como un pequeño asistente personal? Pues bienvenido a 2015. Se acabó eso de entrar a aplicaciones a apuntar cosas: usar Siri desde la muñeca es una de las cosas más interesantes que aporta tener un pequeño sistema operativo en el reloj: podemos dictarle citas, notas, responder mensajes, preguntarle información, y funciona de maravilla. Muchas veces he echado en falta esta facilidad que no nos puede aportar el teléfono porque no siempre lo podemos tener a mano: un reloj siempre está ahí.
Y estamos asistiendo al preámbulo de algo mucho más grande: no solo pensamos en las posibilidades que nos ofrece Apple hoy, es que combinado con servicios como IFTTT podemos conseguir cosas fantásticas. Yo utilizo este último servicio para, por ejemplo, dictarle notas a Siri que luego almacena automáticamente en una libreta específica en Evernote. En Applesfera os hablaré de esta, y de otras recetas que utilizo con mi Apple Watch, al detalle.
Otro de los grandes usos para el Apple Watch, es utilizar los Mapas para que nos guíe. Podemos utilizar Siri para que nos muestre la ruta desde el reloj, y no necesitaremos sacar el móvil para ello: veremos una ruta de pasos y direcciones para llegar, completamente guiada por el Apple Watch. Rizando el rizo, ni siquiera tendremos que mirar el reloj: el motodo háptico de vibración hará que nos vibre en una zona de la muñeca u otra para avisarnos la dirección hacia la que tenemos que ir.
Passbook, uno de mis aplicaciones favoritas en iOS, tiene una gran versión en watchOS que nos ayudará a entrar en eventos o viajar de forma más cómoda. Se acabó tener que llevar los billetes impresos o el móvil en la mano cargados de maletas: un giro de muñeca y ahí los tenemos todos. Está pensado incluso para que, si situamos el código QR en pantalla, la pantalla del reloj se ilumina al máximo y se bloquea el apagado automático, de forma que podamos voltear la muñeca para validar el tiquet sin que se oscurezca.
Las posibilidades de comunicación clásicas también existen. Podemos hablar por el reloj directamente, utilizando el micrófono y el auricular integrado. Es posible mantener la conversación sin problemas y funciona perfecto, aunque el altavoz no es tan potente como para poder oírlo en ambientes con mucho ruído. También os pasará que la gente os mirará raro: no es muy habitual ver a alguien mantener una conversación con un reloj, tipo Michael Knight. Pero es algo que seguro que el tiempo corrige. ¿Os acordáis lo raro que nos parecía ver a alguien hablando por el móvil en la calle?
Conclusiones
El Apple Watch es un dispositivo especial para Apple. Por primera vez, se presenta una tecnología que está íntimamente relacionada con el usuario que lo utiliza, y además influye en la forma en la que la persona se presenta al mundo, convirtiéndose así en un complemento de vestir. Es un dispositivo concentrador: cuantifica signos vítales de la persona que lo lleva, almacenando esa información de forma privada, pero también sirve para enviarle al mundo varios mensajes.
El primero de ellos, es que estamos conectando con alguna parte esencial del futuro. El Apple Watch no es hoy un dispositivo imprescindible en nuestras vidas, de la misma forma que tampoco lo era el iPhone en 2007 o el iPad en 2010. Todo se traduce, en estos momentos de descompresión de una nueva tecnología antes de salir al gran público, en elecciones personales: ¿queremos anticiparnos a lo que llegará, o preferimos esperar a que sea cotidiano?
No dudéis que algo sucederá con el Apple Watch, de la misma forma que pasará con el resto de dispositivos vestibles que venimos viendo en los últimos años. Como opinión personal, creo que Apple sale tarde pero cuenta con su ventaja de siempre: ecosistema, y ese punto de confianza que la comunidad de desarrolladores da a la compañía a la hora de lanzar sus aplicaciones, sin duda, la clave del éxito de estos dispositivos. De hecho, la rapidez con la que están apareciendo aplicaciones para el reloj en los pocos meses que lleva en el mercado, ya supera a la competencia, algo clave para entender lo que está por llegar.
Incluso el punto de partida no se me ocurre mejor. No haber sido los primeros ni siquiera me parece un problema: el mercado ya conoce algo de las ventajas y Apple lanza su apuesta. El Apple Watch cuenta con un hardware sorprendente muy potente – tanto en capacidades como en potencial – y el software, aunque va por detrás, se ha movido rápido para entender como exprimir el dispositivo.
Si nunca habéis llevado un reloj inteligente, me gustaría alejaros de los tópicos “todo eso ya lo hago con el móvil”, “yo sólo utilizo WhatsApp”. Me recuerda mucho la época en la que nadie necesitaba un teléfono inteligente porque sólo quería llamar y enviar SMS. Un reloj inteligente, y en este caso un Apple Watch, es una forma personal de utilizar nuestras aplicaciones e internet, conseguirá lo que le propongamos. Como habéis visto, sólo nos estamos asomando a las posibilidades y servicios como IFTTT trabajando combinados con él, dan resultados increíbles.
No sólo son notificaciones en la muñeca, aunque también las veremos, y podremos interactuar con ellas. Es incluso menos molesto que con el móvil porque no tendremos que sacarlo del bolsillo para atender alguna que no es urgente en ese momento. El Watch nos dará ese primer vistazo rápido: es para estos casos, un guía. Una primera línea con nuestras aplicaciones y servicios para decidir qué hacer, que posponer. Y sólo esto, puede cambiaros la perspectiva de un día cualquiera.
Pero las aplicaciones también están creciendo: la mayoría han nacido como segundas pantallas pero la independencia que contaremos con watchOS 2 hará que se especialicen. Las tareas que mejor se puedan hacer desde un dispositivo como un reloj, crearán nuevas posibilidades e incluso podrían mejorar en él. Ya está ocurriendo: en mi opinión, por ejemplo llevar Siri y una guía de mapas con vibración háptica en la muñeca es la mejor forma posible der ser guiados por un dispositivo. Y todo esto ya lo hemos vivido: aplicaciones que típicamente hacíamos en el escritorio, luego pasaron al móvil. Y se convirtieron en algo más.
La propuesta de Apple para su Apple Watch se basa en una construcción de calidad, con multitud de opciones de personalización y de accesorios, y un sistema operativo que sólo está comenzando a descubrir las posibilidades. En este arranque oficial, creo que todos somos pioneros. Nos encontramos en un punto distinto y menos conocido que en el que nos encontramos en 2007 y 2010, pero eso también nos debe dar una buena perspectiva de como utilizar un dispositivo así en nuestras vidas. De ver lo que nos puede aportar.
El reloj es cómodo de llevar, destila calidad por los cuatro costados y es muy útil conseguir que se adapte a nuestro ritmo, tal y como hicimos con los móviles inteligentes e incluso con los ordenadores en su momento. He probado muchos relojes inteligentes - por ejemplo en este mismo Mobile World Congress 2015 - y creo que la idea que tienen en Cupertino es la mejor aproximación al concepto de evolución con calidad hacía un dispositivo verdaderamente útil y bonito.
Con "la era del Apple Watch" no hablo de puntuaciones u opiniones absolutas. Es un hardware increíble y creo que Apple ha sabido dar en la diana con un dispositivo tan complicado de entrada: construcción de calidad, un hardware con puntos verdaderamente únicos (como el Taptic Engine, el sensor cardíaco, la Corona Digital o el Force Touch) y un recorrido que tiene a los desarrolladores de su lado desde el primer minuto. No es un producto imprescindible para todo el mundo, pero si os decidís a comprar un reloj inteligente y a morder el futuro, sin ninguna duda el Apple Watch está aquí para liderarlo.
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