Fitbit se estrella ahogada por el Apple Watch

Fitbit se estrella ahogada por el Apple Watch
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Año 2014: Fitbit está en su mejor momento. Comienza a preparar su salida a bolsa, sus ingresos crecen alegremente trimestre tras trimestre y sus pulseras dominan el mercado de los wearables. La llegada de Samsung no fue tan fuerte como se esperaba, la de Nike un par de años antes tampoco y competidores como Jawbone tampoco terminan de dar el salto. Solo Pebble (que acabó siendo comprada y dejada morir por la propia Fitbit) da señales de fortaleza. Placidez absoluta. En ese contexto, Apple presenta el Watch, al que aún le quedaban meses para comercializarse, y el recibimiento tampoco es todo lo bueno que las expectativas del público parecían indicar.

Tres años y medio después, el sueño de Fitbit se ha tornado en pesadilla. Sobre todo, por culpa del Apple Watch. El mercado de las pulseras acabó perdiendo el interés de buena parte del público. La razón principal, sencilla: esas pulseras, la mayoría gomosas y con poco cuidado por el diseño más allá de lo tecnológico, acaban siendo quitadas en cuanto una ocasión mínimamente formal de nuestra vida social lo requiere. Y a menudo ocurría que esas pulseras no volvían a ser puestas, quedándose a vivir en un cajón cualquiera del hogar. Con excepciones, claro. Pero con un patrón nocivo para Fitbit, líder durante semestres de ese mercado.

El reloj que quiso parar el tiempo

Al Apple Watch se le pueden achacar ciertas carencias, tal vez, pero si hay un mérito que nadie debería restarle es el de haberse preocupado desde el principio por el componente de la moda y el estilo. Varios colores, varios materiales, y cada vez más correas con las que personalizarlo. Un teléfono móvil es un instrumento tecnológico, pero un reloj va inevitablemente ligado a un atuendo, una combinación.

Apple Watch

Fitbit empezó pronto su declive, y a principios de 2017 planeó un tabula rasa para partir de cero con otro producto totalmente nuevo. Un reloj, claro. Lo que estaba demandando el público, ni más ni menos. Se planteó una lista de características que se hizo pública antes de que llegase el propio modelo:

  • Reloj, no pulsera
  • Personalizable (aquí entran las correas)
  • Monitorización de la actividad
  • Precio asequible
  • Cuidado por el diseño y el estilo

Esto llegó justo después de anunciar 110 despidos en la empresa. Unos meses más tarde fue presentado el resultado, el Fitbit Ionic.

Fitbit Ionic Imagen: Vitonica.

¿Qué tal han ido las ventas desde entonces? Veamos un repaso de los últimos tres años, entre 2015 y 2017, en comparación con las ventas del Apple Watch, siempre en base a las pistas que deja la propia Apple -todavía no hace públicos los números exactos de ventas- y a las estimaciones de analistas y consultoras.

Fitbit 001

5,4 millones de Fitbit vendidas en el último trimestre de 2017, el de la campaña navideña y el Black Friday, quizás sepan a poco. Lo confirma James Park, CEO de Fitbit, en MarketWatch:

"Teníamos objetivos más ambiciosos con Ionic".

Algunos de los motivos de estas ventas peores de lo esperado: competencia agresiva, bajo número de aplicaciones en el momento del lanzamiento, retraso en la disponibilidad del kit de desarrollo para terceros. En ningún momento pronunció Fitbit la palabra "Apple" durante la conferencia para inversores en el que dio todas estas explicaciones, pero viendo las ventas de uno y otro, parece evidente quien se está comiendo el pastel de los wearables.

Mientras Fitbit se reformulaba sin éxito comercial, Apple se ha convertido en la mayor relojera del mundo

En IDC fueron más allá: antes de ese último trimestre de 2017, Fitbit ya caía un 33%, mientras que Apple subía un 52,4% en cuota de mercado. Por detrás, solo Huawei empujaba con fuerza, y Xiaomi, con sus wearables de precio ultra bajo, lidera en volumen con una muy leve caída de cuota. Demasiadas señales negativas como para pensar que la caída de Fitbit era algo pasajero. La competencia aprieta, y tiene nombre y apellido: Apple Watch. Apple ya vende más relojes que toda la industria relojera suiza.

Los esfuerzos que llevamos dos años viendo en Fitbit están yendo en una única dirección: enfrentarse al Apple Watch tratando de imitar sus armas y fortalezas. Correas intercambiables, software propietario con desarrollo de terceros controlado, sistema de pagos móviles propio (Fitbit Pay), y hasta un acuerdo para el lanzamiento conjunto con un gigante del deporte. En el caso de Apple, Nike. En el caso de Fitbit, Adidas.

Poco espacio para optimistas

La evolución de Apple (que abarca mucho más que el Apple Watch) y de Fitbit (que como GoPro se enfoca en un único tipo de producto) en estos tres años no invita al optimismo. Ni a pensar que la tendencia se va a revertir en este 2018. Todo lo contrario.

Fitbit Stock

Fitbit, que ha logrado muchos méritos en su historia pero la aspiracionalidad no es uno de ellos, puso a la venta el Ionic por 30 dólares más que el Apple Watch Series 2 más económico. Su política de precios no ha ayudado, pero quizás si hubiesen sido más contenidos las cuantas no les hubiesen salido igualmente. Nunca lo sabremos, pero sí que podremos ver hacia dónde van los relojes de Fitbit y los de Apple en este 2018. ¿Alguien preferiría invertir su dinero en los primeros frente a los segundos?

En Applesfera | El Apple Watch y los cadáveres que han ido cayendo por el camino.

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